martes, 30 de septiembre de 2014

Funeral antitaurino en el Ayuntamiento de Logroño

Un centenar de activistas protestamos con lápidas en Logroño con los nombres de los toros que morirán al terminar las corridas de toros programadas durante las fiestas de San Mateo. AnimaNaturalis

Funeral antitaurino en el Ayuntamiento de Logroño

Revoltoso, Sillero, Farruco, Niñito, Ojito, Renacer... 30 toros serán torturados al terminar la feria taurina de San Mateo, a pesar de la creciente oposición a las corridas de toros en España. Con esta singular  acción, AnimaNaturalis pidió este domingo unas fiestas de San Mateo sin crueldad.
Más de un centenar de activistas se dieron cita en la protesta anual antitaurina en Logroño. Activistas de Barcelona, Madrid y Pamplona viajaron hasta la capital riojana para unirse a la protesta.
Recientemente, la Reina de las fiestas de Aranda de Duero, Elena Blanco, se declaró antitaurina y se negó a ir a los festejos. También el año pasado la reina de la peña Riojana, Sandra Arnedo, suscitó la polémica en la plaza a través de un mensaje en su facebook en el que expresaba su absoluto rechazo a las corridas de toros y al maltrato animal. 
AnimaNaturalis viene luchando año tras año, por la abolición de las corridas de toros en la capital Riojana durante las fiestas de la vendimia. “Llevamos muchos años reclamando el fin de la tauromaquia y también el fin de las subvenciones públicas que perciben. Es una vergüenza que se fomente con dinero público una tradición cruel ya casi sin aliento. Los ciudadanos necesitan hoy más que nunca el impulso económico de lo realmente importante como la educación, la sanidad y la cultura”, explica Gascón.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Insultos, agresiones y tres detenidos en la becerrada de Algemesí

Alrededor de 200 antitaurinos convocados por colectivos animalistas se manifestaron en la localidad valenciana contra esta polémica tradición
Entre las características de estas 'becerradas cadafaleras' se encuentra la de torear y matar a toros de entre 10 meses y 2 años produciéndoles una 'lenta agonía'

Una de las manifestantes que resultó agredida / cuatro.com
Una de las manifestantes que resultó agredida / cuatro.com

No es el Toro de la Vega de Tordesillas pero también genera controversia. Como cada mes de septiembre, la localidad valenciana de Algemesí acoge sus fiestas patronales, que incluyen las tradicionales y polémicas 'becerradas cadafaleras', entre cuyas características se encuentra la de torear y matar a pequeños toros.
Esta práctica cuenta con el rechazo de los colectivos animalistas que lo consideran una crueldad en la que se somete a los animales a una 'lenta tortura', clavando espadas y banderillas a los animales -de entre 10 meses y dos años- por todo el cuerpo, provocándoles una larga agonía hasta que acaban muriendo.
En esta ocasión, unos 200 antitaurinos de toda España se han concentrado en Algemesí para protestar contra esta práctica, lo que provocó en la noche del pasado miércoles que la tensión fuera creciendo -cruce de insultos incluido- y acabara todo en un enfrentamiento con vecinos pro-taurinos de la localidad valenciana que defendían esta 'tradición'.
El momento de mayor tensión se vivió cuando un activista animalista se subió a la estructura de madera de la plaza -portando un cartel contra las becerradas- y otros tres festeros subieron hasta este punto para hacerle bajar, intercambiando golpes.
El resultado, varios heridos y tres detenidos, dos hombres y una mujer de nacionalidad española de entre 31 y 52 años por desórdenes públicos, resistencia a la autoridad y desobediencia grave.
Iniciativa Animalista, uno de los colectivos convocante de las protestas, responsabilizaba al gobierno municipal del PP y a la comisión taurina de la escalada de tensión que ha desembocado en un enfrentamiento, mientras que desde el Ayuntamiento han acusado a los animalistas de lanzar objetos provocando lesiones.
Este jueves continúan las fiestas patronales de Algemesí con una programación que incluye una 'becerrada' que en principio se celebrará a puerta cerrada para los medios de comunicación.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Del infierno al paraíso: santuarios de animales

Este blog, El caballo de Nietzsche, ha recibido una donación anónima de 4.000 euros para su apoyo y mantenimiento. Profundamente agradecido, el equipo al completo ha estado de acuerdo en transferir ese dinero a ocho santuarios que en España dan una segunda oportunidad de vida a animales procedentes de toda clase de explotación y maltrato. Nos acercamos a esos santuarios para conocerlos mejor y difundir su labor, basada en el respeto y la empatía.


Ismael con Samuel, un ternero rescatado de la industria láctea. Foto: Santuario Gaia
Ismael con Samuel, un ternero rescatado de la industria láctea. Foto: Santuario Gaia

Animales que se escapan del matadero, abandonados en cunetas, sacados de contenedores de basura. O regalos en una rifa entre empleados de una oficina, como la cerda Magdalena... Las víctimas de los casos más estremecedores de maltrato conviven en perfecta armonía en los santuarios.
¿Habéis visto alguna vez a una vaca jugar con una pelota gigante? ¿A una oca tan cariñosa como un perro saludando a su cuidadora? Quizá os sorprenda saber que una cabra y un cerdo pueden ser los mejores amigos, o que algunas ovejas caminan con la ayuda de ruedas.
Un santuario de animales no es un lugar religioso, aunque el respeto por el prójimo sea la norma y no la excepción. Tampoco es una reserva donde la especie y su supervivencia importan más que el individuo. Un santuario de animales es un espacio donde todos ellos son respetados por ser quienes son. Su vida, su felicidad y su bienestar son lo primero.
La misión de un santuario es sencilla: dar refugio a los animales más oprimidos. No podemos rescatarlos a todos, pero sí podemos mostrar cómo viven, cómo son cuando son y se sienten libres, tranquilos, a salvo.
En tan solo un año hemos vivido en España uno de los momentos más importantes de la joven vida del movimiento social y político de derechos animales: el boom de los santuarios. Se han creado cinco centros: Compasión Animal, Santuario Gaia, Mino Valley Farm Sanctuary Santuario Vacaloura y León Vegano Animal Sanctuary, que se suman a los tres más veteranos: El Valle Encantado Wings of Heart y El Hogar ProVegan.
Esperanza Álvarez, veterinaria y directora de El Valle Encantado, subrayaba hace algunos meses ante los medios de comunicación que millones de animales mueren diariamente por hábitos de consumo “que no son necesarios”. Por ello, los responsables de todos estos santuarios optan por el veganismo como consecuencia lógica de su estilo de vida.
Los creadores de estos lugares son personas que se emocionan cuando recuerdan cómo han vivido sus animales y cómo se han despedido de ellos. La misma emoción que podemos sentir al morir alguien de nuestra familia. Benito, un cerdo que se cruzó en su vida, hizo que Elena Tova pasara de rescatar perros, gatos y otros animales abandonados a crear el que ha sido el primer santuario de España, El Hogar de Luci, hoy llamado El Hogar ProVegan.

Esperanza con Mansita, abandonada en un camino por estar enferma. Foto: El Valle Encantado
Esperanza con Mansita, abandonada en un camino por estar enferma. Foto: El Valle Encantado

Pero, ¿por qué invertir tanta energía en cambiar el mundo? Porque trabajan en las raíces de la empatía: una sola vida salvada ya merece la pena. Nos recuerdan, a través de las historias de cada uno de esos animales, que todos importamos por igual. Nos recuerdan, a través de su compromiso, que tenemos el deber ético de decidir con nuestros actos no dañar a los demás.
En palabras de Eduardo Terrer, de Wings of Heart: “Por eso nos esforzamos en que sus vidas, duren lo que duren, sean vidas que valga la pena vivir”. Su hermano Alberto, responsable de Compasión Animal, explica que el objetivo número uno es “luchar por aquel al que defendemos, sacarlo de la explotación y darle la vida que le pertenece”.
Gatos con leucemia o inmunodeficiencia felina, palomas con paramixovirosis, cerdos con problemas de circulación sanguínea, carneros con las patas debilitadas o sin movilidad, un burro con una prótesis o un gallo con una especie de silla de ruedas: individuos únicos con inmensas ganas de vivir. Haize, Patty, Dalí, Harvey, Flor, Guillem, Dani, Clara, Matteo, Oprah, Wendy, Kero, Tiberio... Todos con nombres diferentes, como diferentes son sus personalidades.
Los activistas saben desde hace mucho tiempo lo que los científicos de la Universidad de Cambridge confirmaron el año pasado y plasmaron en la Declaración Universal sobre la Conciencia Animal: esos animales olvidados son individuos únicos e irrepetibles.
Sin embargo, los hilos de las industrias mueven el mundo de forma diferente. Los animales son criados con un objetivo: dar su carne, dar leche, dar huevos, dar lana, entretener, tirar del carro... El egoísmo humano es superlativo: criamos a esos animales solo para aprovecharnos de ellos. Los explotamos para obtener un beneficio y, si no podemos obtenerlo, nos deshacemos de ellos.
Buen ejemplo de esto fue el reciente accidente de un camión lleno de cerdos, que los trasladaba al matadero y volcó en las inmediaciones de Zaragoza, dejando decenas de animales heridos, necesitados de ayuda. La presidenta de la  Asociación Vegan Hope se personó en el lugar con un grupo de voluntarios, coordinando con los santuarios un rescate masivo. Pero ni siquiera pudo acercarse, porque quienes velaban por la reanudación del tráfico y por atender al único humano implicado, el conductor del camión, impedían que los demás animales sintientes recibieran socorro. Ayudar a los demás es solidaridad. Extender ese círculo de solidaridad a los demás animales es justicia social. ¿Qué tipo de justicia existe cuando negamos el derecho fundamental de socorrer a alguien que siente y sufre como nosotros?
Otro accidente de tráfico junto a La Bañeza (León), obligó a los responsables de León Vegano Animal Sanctuary a rescatar a 46 pollos de la raza broiler atrapados en el camión. Pollos que iban al matadero con tan solo 41 días de vida.
Uno de los responsables del Santuario Gaia, Coque Fernández, es veterinario y explica que hace años mataba cerdos y ahora da su vida por ellos. “Si yo he podido cambiar, tú también puedes”, suele decir. Lo que demandan desde los santuarios es que socorramos a quienes encontramos en el camino, y que adoptemos un estilo de vida responsable con los animales, es decir, 100% vegetariano y libre de explotación.
Las limitaciones a los proyectos de esta envergadura son múltiples y variadas: no reciben subvenciones, pagan el mismo IVA (21%) que los particulares por los servicios veterinarios, y se encuentran en una situación de vacío legal que aumenta su desamparo respecto a otro tipo de asociaciones. Laia García Aliaga, abogada y activista, intenta promover una normativa que les proporcione seguridad jurídica y les libre de registrarse como “explotación ganadera”, una denominación que encarna aquello contra lo que luchan.
Entre esas limitaciones, la escasez de recursos suele ser la más problemática. Vacaloura, uno de los santuarios ubicados en Galicia, se mantiene gracias a los fondos que Inés Trillo y Concha Pereira obtienen de un herbolario que comparten. Mike y Abi Geer, el matrimonio que se ocupa del otro santuario gallego, Mino Valley Farm Sanctuary, han creado la marca de ropa United For The Animals, también con el objetivo de recaudar fondos que mantengan su proyecto de vida en común. Aún así, no es suficiente. Veterinario, comida, transporte, materiales, alquileres... Los gastos se disparan y se ven obligados a seguir apelando a la solidaridad de la gente para continuar con esta actividad sin ánimo de lucro.
Además, se encuentran con una dificultad añadida: los veterinarios especializados en aquellas especies criadas para consumo humano no suelen saber cómo curar sus enfermedades, casi siempre causadas por las condiciones de explotación. Por ejemplo, nunca curan la obesidad hereditaria de los pollos broiler, a los que se selecciona genéticamente para crecer rápido y dar más carne. Si el pollo está bien, nos lo comemos. Y si no, nos deshacemos de él, pero no lo curamos. No es un animal enfermo, es un bien de consumo. Las leyes y las decisiones políticas suelen ir un paso por detrás de la conciencia de los activistas, pero, en el caso de los santuarios, ese paso es abismal.

Abi y Pepe, rescatado del baño de un bar, donde lo había encerrado un cliente antes de matarlo. Foto: Mino Valley Farm Sanctuary
Abi y Pepe, rescatado del baño de un bar, donde lo había encerrado un cliente antes de matarlo. Foto: Mino Valley Farm Sanctuary

Quienes entregan su vida a un santuario tienen claro que los animales han de ser libres desde que nacen hasta que mueren. Por ello, a pesar de estar en contra de la cría de animales, por motivos obvios, se han dado casos de madres que llegaron embarazadas y han parido en un santuario. Esos cachorros han nacido libres.
El comportamiento de los animales cautivos durante toda su vida se asemeja a algunos trastornos psicológicos diagnosticados en humanos. La zoocosis afecta a los animales que viven en zoos o circos, alterando su conducta de forma grave y poniendo en riesgo su salud.
En los mataderos, las cerdas suelen aplastar a los crías porque apenas tienen espacio para moverse. Pero en libertad esos riesgos desaparecen. Los cachorros de Palma, la cerda vietnamita rescatada por el Santuario Gaia, han crecido a salvo de cualquier peligro, porque su madre se comportaba con naturalidad, apoyándose contra la pared y dejándose caer suavemente para evitar aplastar a alguno por error.
A medida que estos santuarios se consoliden y obtengan más recursos podrán estudiar con detenimiento la personalidad de todos estos animales en libertad, su compleja vida emocional y nuestra relación real, de igual a igual, con ellos, para que podamos comprender mejor a nuestros compañeros de planeta, antes de que sea demasiado tarde.
En un mundo carente de justicia, donde la violencia está normalizada, preservar los santuarios de animales es proteger un bastión de alegría, justicia y libertad.
El cuidado diario de animales enfermos, con necesidades alimenticias, veterinarias y afectivas dispares, es una dura prueba para quienes deciden dedicar su vida a ellos. Sus relatos están plagados de momentos inolvidables, por emocionantes, por gratificantes y, también, por duros hasta la extenuación.
Además de cuidar a los animales, los responsables de los santuarios escriben cuentos infantiles, convocan jornadas de concienciación, montan mesas informativas a pie de calle, organizan eventos para darse a conocer y obtener recursos, e incluso uno de ellos, El Hogar ProVegan, edita una revista para dar visibilidad a proyectos que nuestra sociedad suele ignorar por no someterse a la explotación de otros para intentar ser económicamente viables.
Este fenómeno de nacimiento y consolidación de santuarios puede ser considerado un efecto mariposa: cómo un gesto solidario puede cambiar el mundo. Ese efecto se ha extendido, con la rapidez con la que aletea una mariposa, por el pequeño pueblo de San Joan de les Abadesses, y por toda la comarca que rodea al Santuario Gaia, consiguiendo que algunos hosteleros se asomen a las opciones veganas y que los niños de la escuela demuestren espontáneamente su empatía rescatando a un pollito.
Esa empatía es la que tratan de contagiar desde los santuarios. Personas maravillosas que han renunciado a muchas comodidades para dar, a quienes no tienen nada más, la única oportunidad de ser felices. Animales que han sido rescatados de nuestro egoísmo y nos enseñan a vivir con respeto.

sábado, 27 de septiembre de 2014

APDDA: 7 años de lobby por los animales en las Cortes Generales

¿Diputados y senadores hacen algo por los animales? Algunos sí, y más allá de la siglas. Es el caso de los miembros de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Animales (APDDA), cuyo coordinador, el ex diputado Chesús Yuste, recorre en este artículo su historia y actividad desde 2007.
El próximo jueves 19 de septiembre la APDDA celebrará durante todo el día, en la Sala Ernest Lluch el Congreso de los Diputados, la II Jornada Palamentaria de Protección Animal, en la que se abordará la relación entre la violencia hacia los animales y la violencia interpersonal, y la importancia de la educación para estimular la empatía de los más pequeños, así como el respeto y la no violencia con los animales.

El diputado Chesús Yuste entregando a la primatóloga Jane Goodall el Premio Internacional APDDA. Foto: Nano Calvo
El diputado Chesús Yuste entregando a la primatóloga Jane Goodall el Premio Internacional APDDA. Foto: ©Nano Calvo www.nanocalvophotography.com

Vivimos en un entorno y en un tiempo en el que el amor y el respeto a los animales se ha convertido en un valor cada vez más relevante. Sin embargo, en la Unión Europea existe una sensibilidad animalista muy superior a la que hay en España. O a la que se transmite desde la realidad española cotidiana. El hecho de que la Ilustración fracasara en su intento de modernización de nuestro país explicaría por qué han sobrevivido determinadas tradiciones de maltrato animal que sí desaparecieron en el resto del continente.
No podemos asistir impasibles a esa subcultura de maltrato animal tan extendida en España, amparada en la tradición –o creada recientemente aun careciendo de ella–, que encontramos en infinidad de festejos populares –unos tres mil– por toda nuestra geografía, centrados en diversas formas de maltratar y/o matar animales como espectáculo público. ¿Es que no sabemos divertirnos sin provocar dolor e incluso sangre?
La gente debería saber que el estereotipo de España en el mundo es el del maltrato animal. Así nos ven desde fuera y eso debería ser motivo de preocupación. Nos hemos acostumbrado a convivir con el maltrato animal, sin comprender que supone un escándalo para el mundo, donde resulta algo absolutamente incomprensible, constituyendo una de las manchas que salpican la llamada Marca España. Si al Gobierno le preocupara la imagen exterior, debería ocuparse de acabar con la tragedia de los galgos abandonados, arrojados a pozos o ahorcados, que se repite anualmente al acabar la temporada de caza y que provoca campañas de boicot a productos españoles en EEUU, por ejemplo.
La apuesta de este Gobierno por blindar la tauromaquia como Patrimonio Cultural puede acabar perjudicando las subvenciones europeas en favor de las dehesas y de la ganadería si se vincula al toro de lidia, por poner otro ejemplo. Debería ser la ética o el respeto a los valores de una sociedad del siglo XXI quien guiara a nuestros gobernantes en este cambio, pero, si no, al menos que lo hagan por interés económico. Pues hace falta un giro copernicano en las políticas públicas de protección animal en nuestro país.
En ese contexto, algunas personas que nos dedicamos a la política, más allá de nuestras siglas, hemos querido comprometernos para intentar que llegue la Ilustración, por fin, a España y que nos pongamos en el lugar que merecen los animales en nuestro tiempo.
El 19 de diciembre de 2007, un grupo de diputados y senadores decidió constituir la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Animales (APDDA). Eran Francisco Garrido y Joan Oms (Los Verdes), Joan Herrera y Jordi Guillot (ICV), Josep Maldonado (CiU), Isabel Salazar (PSOE) y Joan Josep Nuet (IU-EUiA). Llevaban toda la legislatura promoviendo individualmente iniciativas en favor de los animales (como, por ejemplo, por el reconocimiento del Proyecto Gran Simio, que alcanzó una gran proyección mediática), pero la creación en el Senado de una peña taurina les impulsó a crear una asociación no solo antitaurina, sino dedicada en general a la defensa de los derechos de todos los animales. Casi siete años después, somos unos cuarenta parlamentarios y ex parlamentarios de un amplio abanico, de casi todos los grupos, desde el PP a ERC, que tenemos algo en común: nuestro compromiso personal por los animales, más allá de lo que puedan postular nuestros propios partidos.

Miembros de la APDDA. De izda. a dcha., Anna Puig (secretaría), Jordi Guillot (ICV), Mónica Almiñana (PSC), José Miguel Castillo (PP), Chesús Yuste (CHA), Cristina Narbona (PSOE), Joan Josep Nuet (EUiA), Ascensión de las Heras (IU) y Anna Mulà (asesoría jurídica).
Miembros de la APDDA. De izda. a dcha., Anna Puig (secretaría), Jordi Guillot (ICV), Mónica Almiñana (PSC), José Miguel Castillo (PP), Chesús Yuste (CHA), Cristina Narbona (PSOE), Joan Josep Nuet (EUiA), Ascensión de las Heras (IU) y Anna Mulà (asesoría jurídica).

En la presente legislatura hemos decidido centrarnos en el trabajo político-legislativo, que es nuestra especificidad dentro de las asociaciones de defensa animal, con un doble objetivo: por un lado, exigir la aprobación de una ley marco de protección animal que cubra las lagunas existentes hoy en día en las diversas legislaciones autonómicas, garantizando un mínimo de protección y bienestar animal frente a algunas Comunidades Autónomas que carecen de ley y otras donde se conformaron con un nivel muy laxo; y por otro lado, endurecer las penas por maltrato animal en la reforma del Código Penal.
Traspasado el ecuador de la legislatura, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha elaborado un anteproyecto de ley que, aunque se limita exclusivamente a tenencia y compraventa de perros y gatos, de entrada plantea medidas avanzadas (prohibición de venta de estos animales en tiendas, medidas de control para los perros de caza…), que podrían responder a buena parte de la demanda social del movimiento animalista. Sin embargo, la presión del comercio de animales de compañía y del lobby de los cazadores parece haber convencido al Gobierno para que anule esas medidas antes de aprobar el proyecto de ley y remitirlo al Parlamento. Como asociación, será entonces cuando llegue nuestro momento: estamos analizando el anteproyecto y las propuestas y contrapropuestas de los diversos sectores concernidos, y en su momento elaboraremos nuestras aportaciones para ofrecerlas a todos los grupos parlamentarios durante la fase de enmiendas. Ojalá podamos concitar una amplia mayoría en torno a ellas.
Ese es el mismo sistema que hemos empleado durante la larga tramitación del proyecto de ley de reforma del Código Penal, que continúa en fase de enmiendas. Como APDDA, hemos entregado a los grupos parlamentarios el texto y la extensa motivación de 9 enmiendas. Nuestro principal objetivo es que, en los casos más graves, el maltratador de animales ingrese efectivamente en prisión, por lo que proponemos ampliar la pena de uno a tres años, ya que actualmente con condenas inferiores a dos años y sin antecedentes se suele eludir la cárcel, con lo que la sociedad no interioriza la gravedad de los hechos y no se produce la necesaria sensibilización y posterior condena social. Con el maltrato animal deberá pasar como con el delito ecológico: solo cuando el primer empresario pisó la cárcel por haber contaminado, la sociedad supo que el delito ecológico iba en serio.
Por supuesto que hace falta un gran trabajo de sensibilización social, por eso hemos pretendido servir de puente entre el movimiento animalista y las instituciones, programando con cierta frecuencia actos públicos en el Congreso de los Diputados, como el de  «Cultura contra el maltrato animal» (en noviembre de 2012, con la participación de Ian Gibson, Ruth Toledano, Nativel Preciado, Anna Mulà, Cristina Narbona y Julio Ortega), el foro  «Galgos, España ante el mundo» (en marzo de este año, con Albert Sordé, Sergio García-Valle y representantes de las ONG internacionales SPCA y CREL, y con la proyección del documental ‘Febrero, el miedo de los galgos’, de Irene Blánquez) y el foro  «Proyecto Gran Simio: 8 años después» (en junio pasado, con Pedro Pozas, Francisco Garrido y Jordi Guillot; y con Jorge Riechmann presentando el Manifiesto «Reconozcamos a los grandes simios como personas no humanas»).
Pero sin duda el acto más destacable ha sido la I Jornada Parlamentaria de Protección Animal, celebrada en septiembre de 2013 bajo el título «El animal de compañía en España: leyes y gestión», que se centró en la necesidad de implementar una política pública de protección animal y de aprobar una ley estatal, con la participación de Enrique Alonso, Leonardo Anselmi, Anna Mulà, Arancha Sanz, Agnés Dufau y los representantes de varias protectoras. La jornada fue un éxito, con la asistencia de unas 230 personas representando a un centenar de asociaciones de protección animal de casi todas las comunidades autónomas. Las conclusiones de la jornada han motivado diversas iniciativas que estamos promoviendo desde la Asociación: una nueva ley marco de protección animal, la ratificación del Convenio para la Protección de los Animales de Compañía del Consejo de Europa o la reforma del Código Civil para reconocer, como en el Tratado de Lisboa, que los animales no son cosas, sino seres sintientes.

Numerosa asistencia a la I Jornada Parlamentaria de Protección Animal de la APDDA, celebrada en 2013.
Numerosa asistencia a la I Jornada Parlamentaria de Protección Animal de la APDDA, celebrada en 2013.

Con el mismo objetivo de promover valores de respeto a los animales, hemos creado un Premio APDDA con el que reconocer a personas y colectivos que se hayan distinguido por su labor en defensa de los animales. Hasta ahora hemos premiado a Magda Oranich, creadora de la primera Comisión de Protección de los Derechos de los Animales de un Colegio de Abogados, el de Barcelona, y a los niños y niñas de El Cuarto Hocico, protectora de animales virtual de la escuela rural de Muel (Zaragoza), con su maestro César Bona. Y hemos tenido el honor de que nuestro primer Premio Internacional APDDA lo haya recogido la primatóloga inglesa Jane Goodall, que ha dedicado su vida al estudio del comportamiento de los chimpancés en África y a educar y promover estilos de vida más sostenibles en todo el planeta.

La abogada Magda Oranich, los niños y niñas de El Cuarto Hocico, y su maestro, César Bona, reciben los Premios APDDA 2012.
La abogada Magda Oranich, los niños y niñas de El Cuarto Hocico, y su maestro, César Bona, reciben los Premios APDDA 2012.

También hemos promovido, a instancias de la Fundación Darwin, una Proposición No de Leyen la Comisión de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Congreso de los Diputados, firmada por todos los grupos salvo el mayoritario, para prohibir el comercio y tenencia de primates entre particulares, así como para permitir la tenencia sólo a instituciones, centros de rescate, refugios u otras entidades expresamente autorizadas y legalmente reconocidas. Lamentablemente aún no se ha incluido en el orden del día para su debate.
Por otra parte, desde la APDDA hemos instado al Gobierno español a que defendiera, en la Reunión del CITES de Bangkok, en marzo de 2013, el freno al comercio de marfil para proteger a los elefantes africanos y la prohibición del comercio internacional del rinoceronte blanco y del oso polar.
Asimismo, han sido infinidad los asuntos denunciados públicamente por los miembros de APDDA a través de preguntas parlamentarias: la colocación de cepos en caballos, las batidas injustificadas de lobos en Asturias, la retransmisión de corridas de toros en horario infantil, los recursos públicos de TVE destinados al fomento de la tauromaquia, la política de subvenciones a circos con animales a pesar de que no se garantice el bienestar animal, la falta de regulación de la tenencia de galgos, el maltrato y muerte de galgos después de la temporada de caza, la necesidad de incluir expresamente la zoofilia como maltrato animal en el Código Penal, la obligación de promover métodos alternativos a la experimentación animal y, más concretamente, lograr el reemplazo, reducción y refinamiento tal y como dispone la directiva europea de 2010, el uso de animales de especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial para actuar en espectáculos y en televisión y publicidad...
Para este curso, la APDDA, como siempre con la colaboración desinteresada de la Fundación Franz Weber, además de seguir trabajando para trasladar en forma de iniciativas parlamentarias las conclusiones de las jornadas y foros que hemos realizado, ha organizado la  II Jornada Parlamentaria de Protección Animal bajo el título «Violencia de Especie: estrategias educativas para una cultura de paz sin discriminación», que tendrá lugar el 19 de septiembre, viernes, en la Sala Ernest Lluch del Congreso de los Diputados, de 10 de la mañana a 8 de la tarde, abierto a la participación de todas las organizaciones animalistas que lo deseen.
La jornada contará con varias mesas redondas a lo largo del día, en las que se abordará la relación entre la violencia hacia los animales y la violencia interpersonal, y la importancia de la educación para estimular la empatía de los más pequeños, así como el respeto y la no violencia con los animales. En este sentido, también se tratarán los derechos del niño, a partir de la Declaración del Comité de los Derechos del Niño de la ONU del pasado mes de febrero, por la que los menores no deben asistir ni participar en eventos taurinos. En materia educativa, se expondrán como ejemplos la experiencia de los niños “El Cuarto Hocico” de Muel y el estudio científico en el Santuario “Equidad” en Argentina con niños víctimas de violencia y animales recuperados.
Entre los ponentes que van a participar destacan el catedrático de Filosofía Javier de Lucas, el profesor de Derecho Civil Carlos Villagrasa, los abogados Anna Mulà y Agustín Mansilla, las pedagogas Mariví Vaquer y Esperanza Otero, la periodista Alejandra García, así como los profesores César Bona y Chema Lera. Las mesas estarán conducidas por varios diputados y senadores miembros de la APDDA.
Somos conscientes de las dificultades que atravesamos y de la lentitud en que suelen producirse los avances en el mundo parlamentario, pero sabemos que el trabajo que realizamos terminará dando frutos, en esta o en próximas legislaturas, porque la causa es justa y se corresponde con la sensibilidad mayoritaria y creciente en nuestra sociedad del siglo XXI.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Un ciclista vegano hace en una sola etapa el Camino de Santiago

El ciclista Pedro Jesús López-Toribio realizó en agosto una gesta deportiva: recorrer de un tirón el Camino de Santiago, de Roncesvalles a Santiago de Compostela. Con una equipación en la que se leía NO COMO ANIMALES, este otro Perico pedaleó sin parar esos 780 kilómetros durante más de 40 horas para cumplir con un reto: demostrar que se puede estar en plena forma siendo vegano, es decir, sin consumir productos de procedencia animal.

Pedro Jesús López-Toribio, ciclista vegano
Pedro Jesús López-Toribio, ciclista vegano que ha realizado non-stop el Camino de Santiago. Foto: María José Alcázar Martínez

Es capaz de superar con su bici los repechos más infernales, pero no puede evitar las lágrimas al recordar el infierno por el que pasó Elegido, el toro linchado hace unos días en Tordesillas. Pedro Jesús López-Toribio, ciclista de 41 años, vegano por ética animalista y medioambiental, es todo piernas y, más que nada, corazón.
En esta entrevista nos cuenta sus motivaciones y sus hitos deportivos, que también ha recogido, por ejemplo, TV Animalista.
Publicamos también, a continuación, su propio relato del Camino de Santiago.
¿Cómo surge la idea de hacer así el Camino de Santiago?
Surge en una conversación con Alberto Peláez Serrano, corredor a pie de montaña, vegano. Es un campeón y siempre sube al podio a recoger el trofeo con su camiseta de NO COMO ANIMALES. Él ha sido mi inspiración. Íbamos a hacerlo juntos, pero él logró plaza para competir en la Ultra Trail del Mont Blanc, una de las carreras a pie más duras de Europa. Me quedé solo para llevar a cabo nuestro reto, pero a mí ya se me había metido entre ceja y ceja.
¿Cuál era el objetivo de ese reto?
Derribar los mitos infundados sobre la alimentación vegana: que los veganos estamos débiles, que nos faltan proteínas y nutrientes, que nos vamos muriendo por las esquinas. Mostrar al mundo que eso no es cierto y que una alimentación vegana, equilibrada como lo debe ser cualquier alimentación, nos da mucha fortaleza y una energía, además, mucho más lineal. Quería plantear una reflexión sobre cuestiones que muchas personas no han pensado pero han dado por buenas, hacerles ver que todo lo que nos han contado respecto a la alimentación no es verdad, que todos los tabúes sobre el veganismo y la alimentación vegana no son ciertos. Quiero ayudar a la gente a derribar esos mitos, a que se animen a probar, a cambiar o, al menos, a reflexionar.
Roncesvalles-Santiago de Compostela sin bajar de la bici es una prueba durísima, que en ocasiones le habrá llevado al límite de sus fuerzas. ¿En algún momento se planteó abandonar?
No. Tuve dos momentos críticos. Uno, al final de la primera noche. Estábamos en Logroño y tuve que soportar una diferencia de temperatura que había bajado en la noche a 10,5 grado y por el día subió a 39. Con cansancio y sueño, esa diferencia de 29 grados mina bastante. Después, a la salida de Pamplona, me falló el GPS e hice 10 kilómetros más. Y en Ponferrada, tras pasar el puerto de El Manzanal, me forcé a comer, pues con tanto esfuerzo ya me costaba, y el sistema digestivo se me resintió. Además, en Logroño dirección Burgos me encontré casi un huracán de cara. Pero nunca tuve dudas de continuar. Me impulsaron siempre los sin voz, los animales. Eché un pedal detrás de otro por ellos, y por el orgullo de tanta gente que me estaba apoyando a través de las redes sociales. En las últimas horas el cansancio y el sueño me comían, pero físicamente me he encontrado genial, aunque Galicia fue durísimo, pues no tiene un metro llano y se me echó una segunda noche encima. Me dieron alas también las personas que me estaban esperando en la plaza del Obradoiro.
En las redes sociales lo seguían miles de personas.
Fue increíble, siempre me acompañó esa fuerza. Mis piernas eran como dos bielas a las que impulsaba toda esa gente. No puedo describir esa emoción.
Las personas veganas estamos sometidas al escrutinio permanente de los demás, y una demostración de fuerza como la suya representaba a mucha gente. Pero, principalmente, a los que usted se refiere como “los sin voz”, los animales. ¿Pensaba sobre la bici que su enorme esfuerzo podía ser de ayuda para ellos?
No solo durante el reto, sino a lo largo de toda la temporada, mientras me preparaba. Han sido 11 meses con 13.000 kilómetros detrás de entrenamiento, natación, carrera a pie, gimnasio… Y cada día he pensado en ellos. Es imposible cuantificar los resultados, solo pretendía que el mío fuera un granito más en la arena de esa playa que cada persona, en el formato que le es posible, está creando para que cada vez haya menos dolor, menos sufrimiento, menos infierno para ellos, para que el mundo vaya cambiando, siendo cada uno de nosotros el cambio que queremos ver. Todos podemos hacer algo si queremos un mundo más justo. Hay que luchar por ello.
¿Iba acompañado durante el Camino?
Sí, llevaba un coche de apoyo con tres amigos que me iban dando comida y bebida, apoyo técnico (como cuando tuve que cambiar la rueda porque se me rompió), y apoyo moral: me ponían en la ventanilla carteles de ánimo para que siguiera empujando. Han sido imprescindibles para mí, sin ellos esto no habría sido posible: Mari Jose, Elena y Pepe.
¿No durmió nada en esas 40 horas?
No. En Galicia, en uno de esos interminables repechos, empecé a hablar conmigo mismo para que no se me cerraran los ojos. Mi convicción era incombustible a pesar del cansancio físico y del sueño. Y para comer paré muy poco tiempo, para que no me bajaran los biorritmos.
Para llevar a cabo ese enorme esfuerzo, ¿ha necesitado algún tipo de suplemento alimenticio extra por el hecho de ser vegano, o la alimentación vegana no solo es sana para cualquier persona sino también para un deportista extremo?
Lo único que tomo por precaución en B12, aunque ya tomo alimentos enriquecidos con esa vitamina. La tomo como la podría tomar cualquier persona que no sea vegana, pues hay muchos estudios que demuestran que es muy frecuente la deficiencia de esa vitamina, que no siempre se obtiene como se da por hecho. Intento llevar una alimentación variada y no me obsesiono con ello a diario, ni hago ciclos ni nada parecido. Simplemente, trato de mantener una alimentación completa. Y sabrosa, que es otro de los prejuicios sobre la alimentación vegana: los veganos no comemos solo un hoja de lechuga con un chorrito de aceite, como demuestran fantásticos cocineros y portales de gastronomía vegana, como Dimensión Vegana. Puede ser un placer para los sentidos comer 100% vegetal, sin crueldad, opresión y muerte de millones de animales cada día, y cuidando la sostenibilidad de un planeta al que, a este ritmo, no le queda demasiado tiempo. Si no cambiamos el mundo por ética, habrá que hacerlo por pura sostenibilidad y por las repercusiones que este sistema de producción y consumo tiene para el Tercer Mundo.
¿Cómo fue su proceso al veganismo?
Pasé por un periodo de ovolactovegetarianismo, pero en cuanto me enteré de los horrores de la industria ovoláctea deseché también esos productos. Era un camino a mitad de recorrer, que no tenía sentido, pues lo que me movía era la ética. He ido avanzando en información, en crecimiento, enterándome de lo que hay detrás de la industria alimentaria.
¿Desde cuándo practica deporte?
Me ha gustado practicar deporte desde pequeño, sobre todo fútbol. Pero a los 18 años me enganchó la bici de carretera y ahí sigo, dando pedales. Estuve federado, pero a mí no me gusta competir sino conmigo mismo, y para ser profesional hay que tener una genética privilegiada. Soy un enamorado del ciclismo y he seguido como aficionado. Los últimos años han sido los más serios, rondando los 15.000 kilómetros al año. Llevo cinco años siendo vegano y si realmente tuviera deficiencias nutricionales ese esfuerzo me estaría ocasionando graves problemas físicos, más allá de que no habría alcanzado el reto que acometí en el Camino de Santiago. La linealidad de lo que llevo haciendo durante estos años demuestra que esta alimentación incluso me ha hecho dar un salto de calidad. Mi techo deportivo, lejos de mantenerse en un nivel o decaer, está subiendo. Voy cumpliendo años y, sin embargo, ese techo crece. Noto mejoras en muchos sentidos, mi recuperación es buenísima y tanto física como espiritualmente me siento fantástico. El cambio es descomunal y es de lo que más orgulloso me siento en mi vida: haber abierto los ojos, haber sido capaz de reflexionar y de hacer ese clic. Lo mejor de mi vida, sin duda.
¿Qué otras subidas importantes ha realizado con la bici?
Ya como vegano, hice Murcia-Madrid con mi club, 434 kilómetros. Fue una epopeya que he superado en solitario con entrenamientos de 500 kilómetros para el Camino de Santiago. En 2011, con otros dos compañeros, hice en Asturias un reto al que llamamos “el Everest”, que consistió en acumular durante 22 horas los desniveles del Everest subiendo 11 puertos. Incluso, acumulamos 20 kilómetros más: 8.868 metros. Una experiencia maravillosa porque a mí lo que me gusta es subir puertos, y Asturias es preciosa. También he corrido en los Alpes suizos la Alpen Brevet Platinum, que se considera la marcha cicloturista más dura de Europa, pues tiene 275 kilometros, 7.000 metros de desnivel y se suben 4 puertos fuera de categoría y 1 de primera. Fui el primer español en llegar a meta, con más de una hora de diferencia sobre el segundo. La marcha de mi vida. He participado en muchas otras marchas cicloturistas, porque la disciplina de la bici que más me gusta es el ultrafondo. He subido casi todo Alicante, Jaén, Granada, y también he subido el Teide, aunque entonces todavía no era vegano.
¿Puede hablarnos de otros deportistas veganos?
Somos muchos, no solo yo. Entre otros, Alberto Peláez Serrano, Fran Godoy (que hace carrera a pie), Marcos Nuñez, Eneko Llanos (que hace, precisamente, Ironman, un ganador). En cuanto a deportistas famosos, está Fiona Oakes, que es vegana y campeona del mundo de maratón, y recomiendo conocer porque es un referente. También las hermanas Williams, tenistas. Solo hay que ver su descomunal potencia física para cuestionarse el mito de la proteína animal. Y alguien tan mítico como el velocista  Carl Lewis también era vegano. Pruebas vivas de que no solo es posible sino que es mejor. Para mí ha sido un salto de calidad, he mejorado. Una dieta 100% vegetal evita muchas enfermedades que conlleva la ingesta de animales y sus productos, como la arterioesclerosis, la diabetes, la orteoporosis, enfermedades cardiovasculares etc.
¿Ayuda a los animales de alguna otra manera, aparte del deporte?
Sí. Difundo el veganismo cada día a través de las redes sociales. Interactúo en el plano individual, de manera constructiva, con la gente con la que me voy encontrando. Doy charlas sobre veganismo en Murcia y otros lugares, para tratar de ayudar a la gente a que haga ese cambio o, al menos, a que lo piense. Y también soy mentor en el programa del Santuario Gaia llamado “ Veganízate con Gaia”. Invito a cualquier persona interesada a que escriba al correo vegan@santuariogaia.org, donde se le podrá asignar un mentor y, gratuitamente, vía email, se le ayudará a despejar sus dudas y se le ofrecerá información sobre salud, ética, cuestiones medioambientales relacionadas con la industria carnista, etc. Es un programa maravilloso que está funcionando muy bien y con el que estamos ayudando a muchísima gente. Incluso hay lista de espera. También, en la medida de mis posibilidades, ayudo económicamente a santuarios y refugios. Los santuarios necesitan mucha ayuda, pues muchos tenemos una conexión fuerte con perros y gatos, pero hay otros animales que son olvidados, aunque también son sintientes e indefensos, y están muy necesitados. Hay que arrimar el hombro ahí.
¿Tiene previsto algún otro reto?
En 2015 voy a tratar de atravesar los Pirineos de este a oeste, desde las inmediaciones de Perpignan hasta San Juan de Luz. Y tengo en la cabeza el Ironman, ya lo he hablado con mi entrenador Nunca he hecho triatlón y tengo que prepararme para correr y nadar, que no son mis deportes. Pero quiero que un vegano lo haga, si no lo ha hecho ya. Lo que quiero es seguir en esta línea. Viendo la repercusión que ha tenido, pienso que es una ventana fantástica para difundir el veganismo, para hacer que alguna persona revise su disco duro, donde tenemos ideas profundamente arraigadas desde la cuna. He aunado mis dos pasiones: los animales no humanos y el ciclismo.
¿Cuál sería su mensaje final?
Estamos en la era de la información, también soportada por bibliografía, así que invito a todo el mundo a que se informe. Tenemos que romper nuestro estatus mental y abandonar el derrotismo, pues cada persona que cambia es un triunfo, una batalla ganada. El cambio es individual y todos sumamos.

El ciclista vegano Pedro Jesús López-Toribio durante su recorrido non-stop del Camino de Santiago.
El ciclista vegano Pedro Jesús López-Toribio durante su recorrido non-stop del Camino de Santiago. Foto: María José Alcázar Martínez


167 mil pedaladas por los sin voz
Por Pedro Jesús López-Toribio
Aproximadamente esas pedaladas fueron las que di durante las 40 horas y media que duró este proyecto en forma de reto deportivo que me planteé a principio de temporada.
Creo que hay mucha gente (quizá más de la que pensamos) que necesita, merece e incluso pide (a veces sin pedir) ayuda para reflexionar y replantearse cosas que jamás se replantearon. Vivimos en un statu quo de explotación, horror y muerte que retroalimentamos con nuestros actos cotidianos, a costa de otros seres sintientes, tan inocentes e indefensos como nuestros perros y gatos, a los que tanto queremos, protegemos y cuidamos. Sin embargo, salir de esa incoherencia no suele ser tarea fácil, dado que tenemos inoculado en nuestro disco duro este modo de vida desde que estamos en la cuna, de generación en generación, tan enraizado, tan arraigado, que nos cuesta (a unos más que a otros) intentar liberarnos de esas cadenas, empujados además a no pensar, a no sentir, a avergonzarnos y señalar con el dedo a quien intenta salir del rebaño, por unas sociedades basadas en el “pobrepensamiento”, enseñados, adoctrinados para creer sin razonar, para dar por buenas cosas que jamás pusimos siquiera en cuarentena antes de dogmatizarlas sin más.
Creo que el mundo está cambiando. No se si es el hecho de que las generaciones jóvenes se van haciendo notar, y que otras que vienen de tiempos más rancios y caducos van quedando atrás progresivamente; un poco de cada, supongo. Mi percepción, al menos, es que cada vez hay más librepensadores que están dispuestos a ser ellos el cambio que desean ver en el mundo, parafraseando una de las célebres citas del gran Mahatma Gandhi, en lugar de seguir esperando que el cambio sea el de al lado. No sé si llegaremos a tiempo de salvar al mundo y, con ello, a sus habitantes no humanos, e incluso a evitar fagocitarnos a nosotros mismos (raciocinio, le llaman) con el halo de destrucción que dejamos allá por donde pasa nuestra especie. Pero al menos tenemos que andar el camino sin ahogarnos en la preocupación de si lo conseguiremos o no.
En este marco, creo que hay mucha gente que está conectando, despertando de este estado de hibernación ética en el que nos hemos dejado sumir. Personas que están empezando a darse cuenta de que se impone una filosofía de vida basada en la justicia, en el respeto a la vida, en la empatía, en la compasión por quien está o puede estar a merced de nuestros actos.
Cada día más y más personas se plantean si es correcto continuar en este estilo de vida basado en el horror y en la muerte de otros. Pienso que ya hay una conciencia bastante generalizada acerca de preocuparse en no utilizar productos testados en animales no humanos, en no financiar con el pago de una entrada a empresas que se lucran haciendo del horror, la tortura y la esclavitud a otros seres en zoos, circos, delfinarios, etc., un negocio basado en un “espectáculo” denigrante, humillante y vergonzoso. Cada vez somos más conscientes de que podemos abrigarnos e ir a la moda sin infligir sufrimiento y muerte a otros. Pero creo que es en la alimentación donde a la gente le cuesta mucho más, porque, como decía antes, es donde más nos han adoctrinado para hacernos creer a pie juntillas que debemos comer productos animales para no enfermar e incluso morir. Productos procedentes de una industria del horror y la muerte inimaginable para nuestros sentidos, que además es la que más vidas se cobra con diferencia, miles de millones a diario. En este sentido, creo que tenemos que ayudar, cada uno en sus circunstancias y en el marco que mejor domine, a desterrar esos mitos infundados.
Y es ahí donde cobra sentido este reto que planeé, para intentar mostrar que, lejos de las falacias repetidas una y mil veces para tratar de convertirlas en verdad, los veganos somos personas saludables, algo que de otro modo imposibilitaría acometer con éxito algo así. Si tan cierto fuera que nos faltan nutrientes, que nos faltan las tan afamadas como manoseadas proteínas, ¿sería posible recorrer más de 800 kilómetros en algo más de 40 horas sin dormir ni descansar?: la respuesta se me antoja bastante obvia. Mi ilusión y el fundamento de todo esto es que quien esté preparado para recoger el mensaje, lo haga y, sobre todo, más pronto que tarde, lo ponga en valor.
Y así, tras más de 13 mil kilómetros de entrenamientos en carretera este año, además de sesiones de gimnasio, mountain bike, natación, carrera a pie, senderismo, rodillo, etc., llegaba el tan ansiado día 10 de agosto, ese momento donde detrás del que se escondían cientos y cientos de horas de trabajo y de sudor ilusionado en ayudar a cambiar las cosas.
Rondándome en mi coche de apoyo, un maravilloso equipo de tres personas: Mari Jose, Elena y Pepe, que no cesaron en todo momento de darme ánimos, bebida, alimento, soporte mecánico cuando aparecieron las averías. Sin ellos no hubiera sido posible.
En una aventura tan larga es probabilísticamente imposible que no aparezcan los problemas, y ya finalizado todo puedo decir que eso hace que sienta aún mayor orgullo al haberlos superado. Al mismo tiempo, es como si fuera una metáfora, como el remar contra la marea con la que los veganos estamos acostumbrados a luchar a menudo.
Empecé muy tenso, con el peso de la responsabilidad de todo ese trabajo que tenía que plasmar en ese día y medio, y sabedor al mismo tiempo de que mucha gente estaba pendiente de mí y había depositado su confianza, su cariño, aliento y apoyo en mi propuesta. Bajaba los descensos tieso como un palo los primeros kilómetros, hasta que, por fin, tras 20 o 30 kilómetros, se impuso que consiguiera ir soltándome poco a poco. Me perdí a mi paso por las calles de Pamplona y acabé dando vueltas en la ciudad para salir en dirección correcta hacia Logroño. Dejar de comerme el tarro tras ese episodio, sabiendo que había gastado energías tontamente haciendo kilómetros extra y sabiendo lo que me quedaba por delante, no fue tarea fácil.
En Logroño me recibieron 39,5ºC de temperatura y una salida de la ciudad que fue mucho más allá de lo surreal: una vía de servicio de la autovía Logroño-Burgos que de asfalto se convirtió en pista de tierra, y de pista de tierra se convirtió en un infierno: zanjas, arena, piedras enormes en cuestas desproporcionadas. La frase “¿que hago yo aquí?” no dejaba de rondarme la cabeza en esos momentos. Seguir adelante por allí fue tirar una moneda al aire, sabiendo que si me caía y me hacía daño todo habría acabado, y que desandar todo eso en esas condiciones buscando otra salida correcta hacia Burgos sería (de nuevo) hacer más kilómetros de los que ya eran de por sí. Por fin, aquel calvario terminó a la salida de unos huertos y enganchamos la carretera otra vez, con viento fuerte de cara y con ligera pendiente ascendente. El temido viento que anunciaban las previsiones no faltó a su cita. Por suerte, me lo tomé con filosofía, confiando en las previsiones que también decían que, conforme se acercara la noche, iría rolando de componente oeste a nordeste, algo que felizmente se cumplió, y así inauguré el sector nocturno con ánimos y mucha entereza física, pensando que el amanecer me esperaba más o menos a la altura de León. No obstante, también me esperaban 10ºC de temperatura que hicieron que el frío se fuera apoderando de mí, ya tras 24 horas de esfuerzo.
Más adelante, tras pasar Astorga, apareció el puerto de El Manzanal, que no creía tan largo como en realidad es. Asfalto irregular y parcheado, de ese que hace que la bici no ruede bien, y viento de cara de nuevo, lo que, siendo un puerto bastante abierto, se hizo notar. Subí el puerto con la chaquetilla puesta, ya que no conseguía entrar en calor, algo que no suele ser nunca buen presagio. Llegar arriba, lejos de ser el fin de un suplicio, se convirtió en el primer directo a la mandíbula que me encontré: el GPS de mi bici dice adiós para no volver, y al empezar el descenso hace lo propio el núcleo de mi rueda trasera. Por suerte, había echado mi otro juego de ruedas de repuesto en el coche y proseguimos, aunque el frío, el cansancio que ya empezaba a decir seriamente aquí estoy yo, los problemas ya para ingerir alimento... todo ello empieza a hacer mella. Al terminar el descenso a nuestra llegada a Ponferrada, paro para intentar comer pero ya solo me entra un poco de pasta con tomate, soja texturizada y especias. Quizá todo lo anterior unido hace que por un momento me pregunte cómo voy a subir Piedrafita. Y por unos instantes me derrumbo y me pongo a llorar. Tras recomponerme y cambiarme la equipación usada por una limpia de repuesto, continúo, pensando en un “kilómetro a kilómetro” al estilo Cholo Simeone, y empiezo Piedrafita, tan largo como El Manzanal (26 kilómetros). Justo en esos momentos, en los que tan jodido iba en general, y en particular por la pérdida de mi GPS, Mari Jose me saca un cartel por la ventanilla del coche que dice “Tu fuerza es mejor que la tecnología”, lo que me emociona muchísimo y al mismo tiempo me espolea.
Piedrafita es un puerto muy extraño porque te hace subir para luego conducirte al fondo de un valle que te obliga otra vez a mirar hacia arriba para ver dónde tienes que acabar por subir. Me puse en modo piloto automático, pensando solo en echar una pedalada detrás de otra, sin desesperarme ni comerme el tarro, pensando que cuando estuviera arriba ya todo lo peor habría acabado. Error garrafal, nada más lejos de la realidad.
Cuando llegamos arriba, el Camino de Santiago en dirección hacia Triacastela te hace ir bordeando una especie de circo que te obliga a ir subiendo otros tres puertos cortos alrededor del mismo. Era la seña de identidad de que acababa de entrar en Galicia. Tras salir de allí me encontré con lo inimaginable: una sucesión de innumerables cotas de 2-3 kilómetros cada una, bastante duras la mayoría. “A ciegas”, ya sin mi GPS, no podía saber lo que me esperaba por delante, y la primera docena de subidas las hice maldiciendo y jurando en arameo, pensando cuándo acabaría semejante tortura, mientras la noche me caía encima de nuevo, algo que pensé que no ocurriría cuando al amanecer de ese día le quité las luces a la bici. Me tuve que ver colocándoselas de nuevo cuando cayó la noche.
Aparece mi buen amigo Carlos entre Triacastela y Sarria, nos damos un abrazo enorme. Verle fue algo increíble y sin duda me infundió unos ánimos que no puedo describir con palabras.
Desde Ponferrada no había vuelto a comer porque solo pensar en ello me daban ganas de vomitar, e incluso ya no tenía ganas de beber, y tan solo pegué algún trago de los míticos cafés-bomba de Pepe, que me daban algo de chispilla.
A partir de ese momento decidí liberarme de toda esa negatividad, fruto del cansancio que a esas alturas ya me devoraba, y fue así como conseguí entrar en un estado zen donde me convertí en una especie de autómata con dos bielas por piernas. La oscuridad me rodeó, el coche de apoyo me pasaba en las bajadas y se iba a esperarme arriba en las subidas, y allí me quedaba yo solo, con la única visión del circulo de luz de la linterna de mi bici y la silueta del horizonte que se dibujaba en las nuevas montañas que una y otra vez aparecían delante, ayudada esa visión por mi amiga la luna. Hubo un momento en que cerré por espacio de cinco segundos los ojos en una de las subidas, y fue una sensación muy desagradable, así que me esforcé en no volver a hacerlo.
Allí solo, en la oscuridad, en medio de esos bosques gallegos, me ponía a divagar, a veces cantaba, a veces hablaba en voz alta, en un estado de semi-delirio pero con la convicción inquebrantable de que lo iba a hacer, de que iba a llegar, sabiendo que ni el peor de mis momentos era comparable a ninguno del que tienen que sufrir los seres por los que estaba luchando en este reto. Parecía que los kilómetros no pasaban pero ya todo daba igual: lo iba a conseguir. Pensaba todo el tiempo en los sin voz, y también en la gente que me estaba esperando en Obradoiro, y en todos los amigos que tanto cariño y apoyo me han dado en las redes sociales. Imposible fallar, literalmente. Llegar o morir.
Y al fin llegamos a Santiago. Tras alguna vuelta que otra sin aclararnos muy bien de por dónde paraba la Plaza del Obradoiro, al fin la encontramos. Mi equipo mete el coche en un parking y, mientras se van hacia la plaza, me siento en un banco y miro al cielo besando el anillo de mi madre. “Lo he hecho, mamá, lo he conseguido”. La estrella que estaba mirando centellea y pienso que me has guiñado un ojo. Siempre me cuidas, mamá.
No podía llorar. Tantas veces he recreado este momento en los entrenamientos y lloraba solo de imaginarlo, y cuando llegó el momento, agotado por el cansancio y el sueño, no me salían las lágrimas. Tan solo afloraron un poco cuando en una casi solitaria Plaza del Obradoiro, la docena de corazones que estoicamente habían estado allí aguantando el frío que a la 1:30 de la madrugada ya hacía allí, se pusieron a aplaudirme y vitorearme.
Y así acaba esta historia. Yo no soy un personaje público, ni un deportista famoso, y por tanto se que esto no alcanza a tener la repercusión que tienen las últimas declaraciones de Belén Esteban o el último amorío de cualquier otra celebrity. Pero me gustaría que a quien alcance esta historia, por favor piense que ese trozo de carne en su plato, ese queso, ese vaso de leche, esos huevos, tienen detrás una historia de horror insufrible de alguien que sintió, que amó, que querría haber podido luchar por su vida como nosotros lucharíamos si alguien nos fuera a quitar la nuestra, pero en cambio vivió horrorizado su corta existencia y murió de la misma forma.
Basta ya, por favor, basta ya. No necesitamos que un corazón muera para que el nuestro siga latiendo.
Go vegan.

jueves, 25 de septiembre de 2014

19 linces muertos en lo que va de año tras un nuevo atropello en Jaén

Escrito por  Kaos. Derechos de los animales

Un nuevo atropello a un lince, concretamente un macho sin radiomarcar, en la carretera A-301 La Carolina-Vilches (Jaén), eleva a 19 los ejemplares de esta especie muertos por atropello en lo que va de año 2014 en Andalucía. 
 
Agencias

Del atropello, del que informa este viernes el diario 'Ideal' y la web de Iberlince, consultada por Europa Press, se tuvo constancia este jueves día 18, cuando a primera hora de la mañana técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio adscritos al programa Life+Iberlince recibieron el aviso de un atropello de un lince ibérico en la carretera A-301 La Carolina-Vilches.

   Así las cosas, el animal ha sido trasladado al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre (CAD) de la Junta de Andalucía para practicarle la necropsia, según informa la web de Iberlince.

   Con anterioridad a este suceso, el último atropello mortal de un lince en la comunidad registrado en el citado portal de Internet se conoció el pasado domingo día 14 en la carretera de Puente Mocho a Villafranca (Córdoba), y elevó a 18 los ejemplares fallecidos por dicha causa en lo que va de año.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Izquierda Unida en Andalucía a favor de la programación taurina en Canal Sur

Escrito por  La Otra Andalucía 
 
El consejero de la Radio Televisión de Andalucía (RTVA) en representación de Izquierda Unida (IU), Juan de Dios Villanueva, vicesecretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA), ha manifestado estar a favor de la programación taurina en Canal Sur.
Villanueva ha afirmado, en declaraciones realizadas a Europa Press, que: “la RTVA debe tener programación de toros, pero no puede convertirse en la cadena del mundo de la tauromaquia, porque también hay que respetar a la ciudadanía que está en contra de esta fiesta”. O sea, que este “progresista” defiende la difusión de esa tipología de maltrato ritualizado de los toros en los medios de comunicación púbicos andaluces. Maltrato al que califica de “fiesta”, la misma denominación utilizada para referirse a las corridas de toros, “fiesta nacional”, por la reacción.
A Villanueva y a IU no les parece mal que se retransmitan constantemente sangrientas corridas de toros y otros programas que ensalzan la tortura hasta la muerte de dichos animales, tan siquiera el que se ensalce y propague dicha “fiesta” incluso entre menores, como se hace en el concurso en torno al mundo de la tauromaquia “la suerte está echada”, lo único que le molesta el que todo ello se haga en exceso. Y le parecen mal ahora, puesto que hasta ahora, ni él ni su grupo no habían dicho nada al respecto.
Dichas declaraciones las ha realizado en el contexto de otras más amplias en las que critica la parrilla de programación de Canal Sur para ésta nueva temporada. IU, a través de su consejero, ha votado en contra de la misma. Villanueva ha afirmado que lo han hecho por estar ésta “excesivamente vinculada al tópico”.
Tras varios años de silencio al respecto, casualmente ahora, cuando se acercan varios periodos electorales, IU se da por enterada de que la parrilla de la televisión andaluza está repleta de programas que promueven el tópico de la Andalucía de charanga y pandereta, cosa que en el fondo tampoco le parece mal al consejero. Recordemos que Villanueva lo que critica no es la difusión del tópico en sí, sino sólo el que se haga “excesivamente”.
La programación de Canal Sur es una vergüenza para cualquier andaluz consciente, y resulta indefendible desde posicionamientos de izquierda. Además de la asidua presencia programas alrededor del mundo del toreo y constante retransmisión de corridas, la parrilla  cuenta con otros como “Andalucía en la Historia” que difunden una versión anti andaluza de nuestro pasado. Otros como “se llama copla” que inciden en la versión más manipulada de nuestra cultura popular, y aún otros como aquel de “tiene arreglo”, que propagan una falsa concepción de la solidaridad que en realidad es “caridad”, a semejanza de los antiguos programas franquistas. Prueba de su sentido reaccionario es que rápidamente fuese imitado por el PP en TVE 1, con el nombre de “entre todos”.
Ninguno de estos programas son nuevos y contra ninguno de ellos, ni su propagación de una Andalucía “de charanga y pandereta”, al más puro estilo franquista,  se ha manifestado aún ni Izquierda Unida, ni el PCA o cualquier otro componente de esta federación de “izquierda”.
Por cierto que cuando comenzó su andadura en su versión estatal “entre todos”, tanto IU como el PSOE y sus medios afines lo criticaron hasta lograr su retirada de la programación de la TVE 1. Aquí, en cambio, permaneció durante largo tiempo en la programación de Canal Sur, con los mismos contenidos, el mismo estilo e incluso la misma presentadora, Toñi Moreno,  sin que lo impidiesen o tan siquiera manifestasen la más mínima  oposición al mismo.

martes, 23 de septiembre de 2014

Algemesí: contra la tortura taurina, Unitat Popular. Per Encarna Canet

Escrito por 
Algemesí és el millor exemple del que representen les festes i les tradicions, però aquesta part de la festa embruta el nom del municipi, del nostre País Valencià, i de tot el nostre entorn cultural.
Dissabte 13 de setembre en plena ressaca per la Diada de Catalunya els homes i dones d’Iniciativa Animalista juntament amb molta altra gent, ens manifestarem a Algemesí (Ribera Alta) com cada any per aquestes dates des de fa 9 anys. Deixarem a casa el cansament perquè considerem que la nostra lluita contra la barbàrie és una lluita que cal fer de tot el poble i de manera constant. I així considerem que va ser.
Les Festes de la Mare de Déu de la Salut d’Algemesí, estan consideradesPatrimoni Cultural Immaterial de la Humanitat i per tant, com a tresor de la nostra cultura que son, considerem que cal preservar-les i respectar-les. Però aquestes festes tenen tacades de sang la seua imatge, perquè dues setmanes després, arriba com si fos una continuïtat la setmana de bous, on son torturats fins a la mort al voltant de 40 animals. Segurament a la UNESCO no li agradarà gens saber-ho.
I, al mig, i més cruentes encara si cap, estan les jonegades (becarrades) cadafaleres, una pràctica de barbàrie contra jònecs de menys de dos anys de vida, que son massacrats per la gent aficionada del poble, inclosos menor d’edat.  Una manera de socialitzar la violència entre la població i entre la gent jove que intenten amagar les autoritats del PP adornant-la de carnaval, amb disfresses, balls i alcohol.  Des de la comissió taurina també les han intentat disfressar amb normes que després no es cumplen, controls veterinaris i cursets preparatoris.
Però allò cert es que els animals, mamífers com nosaltres, que no es poden defensar de cap manera, pateixen banderilles i estoc per tot el seu cos, fins la mort mentre la gent assistent xilla i es riu en una espècie de ritual ancestral i groller que res te a vore en la cultura.
Algemesí és el millor exemple del que representen les festes i les tradicions, però aquesta part de la festa embruta el nom del municipi, del nostre País Valencià, i de tot el nostre entorn cultural. Per això hem considerat tan important organitzar aquesta manifestació per defensar la nostra cultura i lluitar per la vida de totes i tots, també dels animals, i per la dignitat de la ciutat.
Pensem que la bona tradició és tot allò que cal conservar com un tresor, perquè val la pena mantenir-ho. Però la tradició no poden ser els errors i les injustícies del passat.
Aquest any, els grups de l’oposició municipal d’Algemesí consensuaren una proposta que només eliminava el martiri dels vedells i la seua mort davant del públic.  Aquesta demanda tan limitada, que només hauria estat un xicotet pas endavant, fou rebutjada com totes les anteriors. El PP una vegada més es queda sol, donant  mostres sobrades de la seua indigència cultural i del seu menyspreu cap a la ciutadania i s’erigeix en l’única força política que aposta pel manteniment de les jonegades cadafaleres d’Algemesí.
Enguany, a més de la nombrosa manifestació en la qual contarem amb la presència de diputats del PSPV, Compromís i Esquerra Unida, de regidors/es d’Algemesí i altres municipis, també  hem elaborat el Manifest d’Algemesí: que la tradició no impedisca el futur que ha estat signat per centenars de persones i organitzacions del mon de la cultura, la política, el sindicalisme, els moviments veïnals i socials, la docència, treballadors i treballadores a títol particular... i organitzacions de tot tipus representatives del País Valencià i dels Països Catalans.
Aquest ventall tant i tant ample de suports a vingut a dibuixar el que es pot  definir com una veritable Unitat Popular. Una unitat popular feta sobre un tema concret, però que te indubtables ramificacions, ètiques, filosòfiques, socials, econòmiques, ecològiques, es a dir polítiques. Una unitat popular enfront de la violència defensada en aquesta ocasió únicament pel PP i els sectors més garrulos de la societat.
La majoria de les persones que defensem els drets dels animals també  participem  en tots els processos de participació i  canvi que s’estan donant al nostre poble ara i abans,  i per això pensem que s’ha d’aprofitar la possibilitat que generen estos canvis globals  per posar damunt l’agenda política i social la necessitat d’acabar amb la barbàrie, la violència gratuïta i la incultura.
Pensem que aquesta manifestació d’Algemesí ha segut una expressió concreta de la unitat popular que tant desitgem i tant necessitem, donat que hem aconseguit sumar als esforços dels grups animalistes, la veu de l’independentisme, del dret a decidir, del feminisme i del activisme LGTBI, dels partits polítics i dels sindicats, de la investigació i la ciència, de la cultura en majúscules per damunt de les diferències polítiques que ens caracteritzen. I hem donat veu als qui no son escoltats.
Moltes gràcies a tots i totes.
ENCARNA CANET, MEMBRE D'INICIATIVA ANIMANLISTA I DE LA CUP D'ALMÀSSERA 
 

lunes, 22 de septiembre de 2014

PACMA denuncia al Ayuntamiento de Càrcer por el uso de un oso en un desfile

El Partido Animalista ha incluido en la denuncia que ha interpuesto ante el SEPRONA a la comparsa que contrató al domador que dejó atado al oso a una farola mientras se encontraba en un bar.
PACMA denuncia al Ayuntamiento de Càrcer por el uso de un oso en un desfile

En la calle, atado a una farola bajo una tormenta. Su propietario, emborrachándose en el bar. Así se encontraba un oso el pasado 7 de septiembre en la localidad valenciana de Càrcer.
Una comparsa del municipio contrató a un domador para que su oso bailara y tocara la trompeta durante el desfile de Moros y Cristianos. El animal iba suelto por las calles de la localidad de la Ribera Alta  y sin la atención necesaria, pues su propietario iba visiblemente borracho. Mientras se estaba celebrando el desfile, se produjo una tormenta con granizo que obligó a finalizar el festejo antes de lo previsto. Por ello, el domador dejó atado al oso a una farola durante dos horas y continuó bebiendo dentro de un bar.
El Partido Animalista - PACMA ha interpuesto una denuncia ante el SEPRONA porque estima que se está incumpliendo el Decreto 52/2010, de Espectáculos Públicos, ya que en su Artículo 7 “Espectáculos con animales” especifica que “El maltrato o tratamiento antinatural ocasionado a los animales durante el desarrollo de la actividad, dará lugar a la asunción de la correspondiente responsabilidad”. Tanto el Ayuntamiento de Càrcer como la comparsa organizadora han cometido una ilegalidad al permitir el uso de animales salvajes en un festejo popular, puesto que hicieron uso de un tratamiento antinatural al oso participante del desfile.
“Desgraciadamente, en nuestro país son habituales los festejos populares en los que se hace uso de los animales. Con las diversas alternativas de ocio que existen, parece que la única diversión sea maltratar toros, patos, cerdos, o en este caso, osos” afirma Ana Espinosa, coordinadora del Partido Animalista - PACMA en la provincia de Valencia.

domingo, 21 de septiembre de 2014

El Toro de Ronda de Cariñena (Zaragoza), declarado de Interés Turístico

Los grupos políticos con representación en la localidad han apoyado de forma unánime la declaración.
El Toro de Ronda de Cariñena (Zaragoza), declarado de Interés Turístico
Durante la fiestas, 6 toros seran ensogados, embolados y se les prenderá fuego a las bolas sobre su cabeza, soltandoles por las calles y plaza de toros de Cariñena

Lo vergonzoso de que la marca e imagen turística de este municipio se sustente en el cruel maltrato a los animales, no tiene detractores entre ningún partido político. Todo lo contrario, todos han apoyado de forma unánime la declaración. El alcalde de Cariñena incluso declara que  “El yugo no le hará especial gracia al toro, pero las varillas que sujetan el fuego son muy altas y la llama no le llega al ojo”.
El Partido Animalista no es como el resto de partidos políticos.

PACMA será la única formación política de Aragón que presente alegaciones a esta vergonzosa protección de la crueldad y el maltrato a los animales.

sábado, 20 de septiembre de 2014

PACMA denuncia el Toro de la Vega

Hemos detectado graves irregularidades que hemos denunciado ante la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León.
PACMA denuncia el Toro de la Vega

El Partido Animalista - PACMA ha presentado hoy ante la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Valladolid un recurso al expediente de autorización del Toro de la Vega, en el que hemos encontrado serias irregularidades, como las siguientes:

No se detallan los efectivos médicos y sanitarios que se dispondrán para el festejo, máxime cuando el Toro de la Vega de este año ha sido especialmente peligroso y polémico.

No consta el alta en la Seguridad Social del director de lidia.

El certificado del arquitecto no estaba visado por el colegio profesional de arquitectos.
Este es un primer paso para denunciar en los juzgados el Toro de la Vega. Pretendemos que se dirima por vía judicial la legalidad del festejo, que desde PACMA ponemos en duda.

Pese a que los participantes y organizadores se empeñan en ocultar y evitar que se tomen imágenes de lo que sucede en Tordesillas en el Torneo del Toro de la Vega,  PACMA ha documentado este año cómo Elegido fue alanceado, y cómo se le quedó clavada una lanza de 50 centímetros en un costado, cuando el propio reglamento taurino prohibe herir, pinchar y golpear al animal en los encierros.