viernes, 27 de marzo de 2015

No hay retorno: la tauromaquia se desploma

Por PACMA
 
 
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El descenso acumulado en los últimos diez años no deja lugar a dudas: en todas las modalidades y regiones cae el número de festejos taurinos. Las estadísticas oficiales del Ministerio de Cultura tratan de manipular los datos incluyendo aleatoriamente los festejos populares unos años sí y otros no. En 2010 se incluyeron 5.222 nuevos festejos, que según las estadísticas oficiales se celebraron en un mes ‘desconocido’. La tauromaquia sigue recibiendo millones de euros de dinero público de todas las Administraciones públicas, incluida la Unión Europea.
El análisis de las estadísticas taurinas elaboradas por el Ministerio de Cultura y anteriormente por el de Interior no dejan lugar a dudas: la tauromaquia en España ha llegado a un punto de no retorno. El número de festejos taurinos se desploma.
Ni siquiera la ingente cantidad de dinero público que reciben los empresarios taurinos, las escuelas de tauromaquia y las plazas de toros puede revertir lo que ya es una realidad: los ciudadanos rechazan el maltrato animal y eligen opciones de ocio éticas y respetuosas.
El descenso de los festejos taurinos mayores desde 2003 a 2013 es del 36,62%. Los festejos menores, entre los que se incluyen los festejos populares, tales como encierros o toros embolados, oscilan por miles de año a año y son incluidos aleatoriamente en las estadísticas, por lo que las cifras oficiales se ven alteradas.
Como se puede observar en el informe elaborado por el Partido Animalista, la computación de los festejos menores resulta irrisoria. En el año 2010, por ejemplo, aparecen 5.222 nuevos festejos taurinos, computados en el total, pero celebrados en un mes ‘desconocido’, tal como se observa en las tablas que el propio Ministerio del Interior publicó.
Opacidad de los datos y dinero público
PACMA denuncia la opacidad de los datos y el intento por manipularlos para camuflar el descenso real de los festejos.
La tauromaquia recibe subvenciones de Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, el Estado y la Unión Europea.
Se estima que a través de la Política Agraria Común, los ganaderos de toros de lidia recibirán unos 470 millones de euros entre el año 2014 y 2020.
En la Comunidad de Madrid se han presupuestado para este 2015 más de un millón y medio de euros, aparte de los cerca de dos millones que destinan por su parte los distintos ayuntamientos de la región.
En Andalucía, una de las Comunidades en la que más festejos taurinos se celebran, PACMA estimó en un informe de elaboración propia que la inversión pública en la financiación de la tauromaquia ronda los 20 millones de euros.
Consideramos un absoluto despropósito el engaño al que las Administraciones Públicas están sometiendo a los ciudadanos, y exigimos la retirada inmediata de las subvenciones públicas a la tauromaquia.




jueves, 26 de marzo de 2015

El lobo ibérico, al borde de la extinción en Andalucía

Por Alejandro Ávila

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Más de quince grupos ecologistas reclaman a la Junta medidas drásticas para frenar su desaparición en la región.
Acusan a la administración de incumplir la normativa de conservación y de proporcionar cifras de población inexactas.
La fragmentación del hábitat y el negocio de la caza intensiva, sus mayores amenazas.
“Hoy apenas se escucha el canto del lobo”. Lo dijo Félix Rodríguez de la Fuente hace casi cuatro décadas: el aullido del lobo ibérico se extinguía en la Península tras siglos de leyendas negras, enfrentamientos y persecuciones a manos de su mayor depredador, el ser humano.
Hoy, 38 años después de la emisión del célebre episodio de ‘El Hombre y la Tierra’, el mensaje permanece vigente en su reducto más meridional: dieciséis asociaciones, incluida la que lleva el nombre del naturalista y divulgador, han activado el botón de alarma. “El lobo se encuentra virtualmente extinto en Andalucía”, alertan.

“Nadie sabe cuántos lobos quedan”

Un único grupo reproductor y unos 50 individuos. Esa es la estima del último informe del lobo ibérico elaborado por la Junta de Andalucía. Data de 2012 y los ecologistas se muestran muy críticos con su exactitud. “Nadie sabe cuántos lobos quedan en Andalucía. Las cifras que ofrecen son preocupantes, pero están basadas en estimaciones que hacen a través de la recogida de indicios indirectos. No están basadas en una metodología directa, es decir, en la recogida de muestras y en la observación de fototrampeo”, denuncia José Luis Anguita de Ecologistas en Acción.
“Si somos optimistas, solo hay un grupo reproductor. Y no es seguro. Según las estimaciones de la Junta, hay siete ejemplares por grupo, pero otros especialistas hablan de tres o cuatro lobos por grupo”, añade Anguita. El nuevo censo está a punto de publicarse, pero los ecologistas no se muestran optimistas.
“La tendencia de la población del lobo de Sierra Morena es claramente decreciente. Los factores que asolan la población están relacionados con el hombre. Si no cambian la condiciones para la desaparición del lobo va a llegar un umbral que va a hacer imposible su recuperación“, afirma Jorge Echegaray, uno de los mayores expertos en lobo ibérico.

Una especie en peligro de extinción

Aunque el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía cataloga el lobo como especie en peligro crítico de extinción, y así figura en la propia web de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, el Decreto 23/2012 limita su protección a especie de “interés especial”. Los ecologistas no solo denuncian dichas contradicciones, sino que la administración andaluza esté incumpliendo “su obligación de actuar de oficio con una especie tan amenazada numéricamente como el lobo”. “El hecho de estar en el catálogo supone de facto la aprobación de un plan de gestión o manejo”, subraya Echegaray.
“Nos encontramos por tanto ante una discrecionalidad administrativa totalmente injustificada desde el punto de vista normativo”, añaden las organizaciones ecologistas que han firmado las “propuestas para la urgente recuperación de la población del lobo ibérico”, entre las que se encuentran WWF, Grupo Lobo o la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.
La recatalogación del lobo supondría la creación de un plan de recuperación de la especie con “plazos y objetivos concretos”. De hecho, las organizaciones recuerdan que el gobierno central y la Junta firmaron una Estrategia Nacional “que perseguía, a corto plazo, el establecimiento de 15 manadas y 150 ejemplares en nuestra región”. De eso han pasado ya más de diez años.

Una persecución implacable por el ser humano

Los ecologistas denuncian que el lobo ibérico “ha sufrido una persecución implacable por parte del ser humano en Andalucía” y que eso lo ha llevado al borde de la extinción. En el punto de mira: la fragmentación del hábitat y, sobre todo, el modelo cinegético intensivo. “El problema es la persecución directa. ¿Por qué no se cataloga como en peligro de extinción? Por la presión de mitos, malas famas y los intereses económicos de fincas o empresas cinegéticas, que mueven su lobby para que la población de lobos no se recupere”, afirma Juan José Carmona, portavoz de WWF en Andalucía.
Anguita añade que habría que “ aumentar el control sobre las fincas, ya que, por parte de las administraciones, son difíciles de controlar acciones ilegales, como la caza furtiva”. Es decir, las empresas que organizan monterías en Sierra Morena no quieren ver al lobo ni en pintura en sus fincas privadas.
¿Sería peligroso para el ser humano que hubiera más lobos? “Esa idea hay que desterrarla del imaginario colectivo. La administración tiene la obligación de restituir la imagen del lobo, destacar su funcionalidad en el papel del ecosistema y desechar de una vez por todas los cuentos de Caperucita: no ataca al ser humano, no limita la actividad cinegética y es un recurso económico y turístico. Su recuperación solo va a suponer beneficios”. Ponen de ejemplo la gestión del lobo en la Sierra de la Culebra (Zamora), donde el cánido se ha convertido en una atracción turística de primer nivel.
Echegaray, que estudia al lobo desde hace años, recuerda que “no es cierto que sea peligroso. La primera reacción del lobo es de huida: de eso depende su supervivencia ante el ser humano, que lleva miles de año persiguiéndolo”.


miércoles, 25 de marzo de 2015

─Papá, por favor, no lo hagas. ─Hijo, ¿Por qué lo hiciste?

 
La empatía, o subsiste como un todo o muere desmenuzada
NIÑOS CAZANDO
Por Julio Ortega FraileUn día entré con mi hijo en un mercado ­─qué tendría él, ¿ocho o nueve años?─, y me dirigí a la carnicería, donde le pedí al carnicero que me pusiera, entero, cabeza y patitas incluidas ─excepto piel y vida porque iba para el horno─, un conejo que había en el mostrador. Mi chaval, con la voz quebrada entre la zozobra y la súplica me rogó: “Papá, no lo compres, te lo pido por favor, me da mucha pena que los maten para comerlos”.  Yo le contesté con una sonrisa ancha y alegre y con tono protector y paternal: “Hijo, tranquilo, han nacido para eso. No pasa nada, corazón”.
Meses después, no sé cuántos, iba con él en el coche cuando de pronto vimos un gato atropellado en el arcén que se movía. Mi hijo, con la premura que otorga la desesperación y con la seguridad que infunde la urgencia me dijo: “Papá, para, no está muerto, por favor, vamos a llevarlo a un veterinario”. Y yo, sin frenar, dibujando metros entre la agonía de aquella criatura  y la angustia de la mía, con media sonrisa que quería aparentar algo de tristeza y absoluta infalibilidad, le respondí: “Hijo,  pobre gato, me da mucha pena pero comprende que no puedes salvarlos a todos”.
En otra ocasión, después de aquello, al llegar a casa se nos cruzó en el rellano un ratoncillo que corría como huyendo sin saber de qué ni a dónde pero aterrado. Mis reflejos no fallaron y sólo me hizo falta una patada, le acerté de lleno. El bicho quedó aturdido tras estamparse contra una pared. Aproveché su atontamiento para darle un pisotón y rematarlo.  Mi hijo posó en cada peldaño de aquella escalera su horror y su dolor: “¡No! ─gritó─, ¿por qué lo has matado? Era tan pequeñito y estaba tan asustado. ¿Qué mal te hizo? Eres malo, papa”. Yo, con gesto severo y algo condescendiente le repliqué: “Hijo mío, son asquerosos, hacen daño, no merecen vivir. Sólo era un puto ratón, por favor, déjate de gilipolleces que ya no eres un bebé. Anda, entra en casa, coge una bolsa de plástico, mételo dentro y tíralo a la basura, que no vamos a ser incívicos y dejar aquí esta porquería”.
Unos par de años más tarde me llamaron de su colegio. Les habían puesto en clase un documental sobre los niños esclavo de las plantaciones de café en Honduras, y al acabar les pidieron escribir una redacción sobre lo que habían visto. En la de mi hijo sólo había una frase escrita: “Han nacido para eso”.
No hace mucho iba con él a un centro comercial a comprarle unas zapatillas de deporte, de esas que con lo que valen casi comería una familia de tres miembros durante quince días. En la puerta de la tienda había un hombre de mediana edad, vestido con los restos desgastados, a trozos roídos y bastante sucios, de una ropa sin duda más entera y limpia cuando acudió con ella por última vez a la oficina de empleo, esa en la que le dijeron: “Lo sentimos, pero se le han acabado las ayudas, ya ha agotado su derecho a percibir cualquier prestación”.  Un hombre con una de las miradas más dolientes que he conocido en mi vida. Al pasar a su lado nos dijo: “Por favor, ¿pueden ayudarme con lo que sea?”. Mi hijo se detuvo y lo miró con una mezcla de asco y desprecio, más bajo que aquel señor parecía contemplar desde los cielos a quien se arrastraba por los infiernos. Se apartó un paso, como por no contagiarse, y le soltó: “Que te den, búscate la vida, curra y no pidas limosna, desgraciao”. “¿Pero, qué haces?, ¿cómo le dices algo así” –le pregunté sin poder creer lo que había escuchado, su respuesta fue inmediata y contundente, no había ni asomo de compasión ni arrepentimiento en su cara: “Papá, no se puede ayudar a todos”.
La noche pasada se presentó la policía nacional en la puerta de mi casa. Me preguntaron si yo era el padre de mi hijo y después me pidieron que les acompañase a la comisaría. Mi crío, que ya no es un crío, estaba detenido como presunto partícipe en el apuñalamiento de un homosexual. Cuando lo tuve delante descubrí en él una sonrisa de orgullo, yo estaba desencajado física y psíquicamente y con los ojos encharcados. Le pregunté si lo había hecho y me respondió: “Sí”. Quise saber el porqué y su contestación fue: “era un degenerado repugnante, una aberración, dañaba el buen gusto, la moral y la naturaleza. No merecía vivir, papá”.
Esta madrugada me ha costado muchas horas dormirme, tantas que se me antojaron vidas, vidas perdidas, vidas malgastadas, y cuando lo conseguí soñé con gatos, conejos y ratones, y con mi hijo. En mi sueño esas criaturas estaban vivas y él libre, pero al despertar esta mañana he recordado que todas ellas habían muerto y que él ha pasado la noche en una celda. En este instante entiendo que en cierto modo yo las he matado y que al fin he sido yo quien de alguna manera lo ha condenado. En aquel cuchillo, sin haberlo empuñado, también están mis huellas. No las dactilares, pero sí las morales.

“El hombre ha hecho de la tierra un infierno para los animales” (Arthur Schopenhauer, filósofo).
“Qué es eso que debe dibujar la línea insuperable? La pregunta no es, ¿pueden razonar?, ni ¿pueden hablar?, sino, ¿pueden sufrir?” (Jeremy Bentham, filósofo)
“Un niño que crece rodeado de agresión contra cualquier ser vivo tiene más probabilidad de violar, abusar o matar a humanos cuando sea adulto” (Stephen Kellert, profesor de Ecología Social y Alan R. Felthous, profesor de Psiquiatría Forense).

Julio Ortega Fraile
@JOrtegaFr

martes, 24 de marzo de 2015

Atropellado un nuevo lince en la A-4 en Jaén, la tercera víctima de 2015

por Kaos. Derechos de los animales

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El municipio jiennense de Villanueva de la Reina ha sido el escenario de la tercera muerte de un ejemplar de lince ibérico por atropello registrada en carreteras andaluzas durante el presente año 2015. En concreto, el incidente, en el cual ha perdido la vida un macho radiomarcado de dos años, ha tenido lugar en la carretera A-4.
El responsable del programa de conservación de especies de WWF España, Luis Suárez, ha explicado a Europa Press que la zona donde se ha dado el atropello forma parte del entramado de ‘puntos negros’ –éste en concreto se adhiere al entorno de la localidad de Andújar (Jaén)– denunciados ante la administración, si bien “es verdad que aquí últimamente el Ministerio de Fomento había ido reparando el vallado y acometiendo actuaciones de mejora”.
Sin embargo, “hasta que no se haga un paso de fauna en condiciones no podrá hacerse mucho, porque se trata de una autovía vieja, en la que no estaba prevista la habilitación de este tipo de infraestructura cuando se construyó”, ha abundado Suárez.
El caso trascendió a primera hora de la mañana del pasado sábado 7 de marzo, cuando la Guardia Civil avisó a los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta andaluza adscritos al Programa Life+Iberlince del atropello. El animal fue trasladado al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre (CAD) de la Junta, donde se le practicó la necropsia.
Al hilo, Suárez ha reclamado de Ministerio y Junta que se firme el convenio para poder disponer de fondos y “acelerar” la puesta en marcha de soluciones mayores características, “más allá del mantenimiento”. Ésta será la idea que WWF exponga a partir de las 17,00 horas de este martes en una reunión que mantendrá en Madrid con la Secretaría General de Infraestructuras de Fomento.

lunes, 23 de marzo de 2015

Españoles en el mundo, emigrantes de cuatro patas

Miles de perros abandonados en España encuentran una nueva oportunidad en Alemania, gracias a la cooperación entre voluntarios de ambos países
Quienes trabajan con asociaciones extranjeras, como es el caso de las responsables de Las Nieves, alertan de la necesidad de tutelar la vida de los perros y garantizarles un viaje y un hogar seguros
"Lo que necesita España es un cambio profundo de mentalidad, en el que el respeto a los animales se enseñe y se estimule ya desde la infancia", dicen desde la asociación alemana Galgo-Hilfe
La galga Carinha, que vivió con su adoptante alemana hasta su fallecimiento, ilustra el mes de Marzo en el calendario de Galgo-Hilfe 2013 ©Sabine Gruhn

Desde que vivo en Hamburgo me los encuentro a menudo. Pasean por los bosques, se bañan en el río, visitan los restaurantes, viajan en metro y van de tiendas. Algunos te saludan, otros dan un rodeo para evitar el contacto. Todos son diferentes, pero todos tienen algo especial que los hace inconfundibles. Comparten un pasado de penurias y un futuro prometedor. Y tienen unos acompañantes humanos orgullosísimos de contarte su historia de esperanza y nuevos comienzos. Son los -perros- españoles en el mundo.
Se llamaban Rápido, Sancho, Felicidad, Rayo, Gitano, Dorada o Careto. Nadie sabe exactamente cuántos son, no hay estadísticas que se ocupen de ellos. Jessica Eckelkamp, de la asociación alemana Galgo-Hilfe, tampoco tiene las cifras exactas. "Calculo que son miles anualmente los perros que llegan a Alemania, y de ellos quizás un 10-20% viene de España. Muchos llegan también de Grecia, Rumanía, Italia y el resto de países del Este".
Tinka tiene unos tres años, vive en un barrio residencial a las afueras de Hamburgo y su vida se parece bastante al ideal perruno. Su día a día comienza siempre con un largo paseo lleno de estímulos junto a su compañera Heike. Para su familia humana, es obvio que ya no se hace ningún plan sin contar con ella. Tinka es una más en la oficina de la empresa inmobiliaria de la que son propietarios, les acompaña a los restaurantes, a todas las reuniones con amigos y, por supuesto, va de vacaciones con ellos. "Ahora tengo un ángel a mi lado", dice Heike cuando se le pregunta por ella. De su vida anterior poco se sabe. Un día apareció vagando sola en un pueblo del sur de España. Quizá fue abandonada o se perdió, no llevaba chip y nadie la reclamó.
La solidaridad y la generosidad las encontró Tinka en Alemania, un país en el que la cifra de abandono es residual: "Es cierto que apenas se abandonan animales", dice Jessica, "por un lado, si llega el momento, se lleva al perro a la protectora o se le busca un nuevo hogar. Por otro, las instituciones son muy estrictas en relación al chipado y registro. Si aparece un perro abandonado, se puede identificar al dueño en la mayor parte de los casos". Pero obligar al chipado no es suficiente en una cultura como la española, si después aumenta, como este año, el número de animales que aparecen con una herida abierta e infectada en el cuello, en el lugar donde debería estar el microchip.
Tinka y Heike en la playa del río Elba © Lucía Arana
Tinka y Heike en la playa del río Elba ©Lucía Arana
 
El trabajo de los voluntarios y voluntarias detrás de cada uno de estos rescates es delicado, complejo y no exento de frustración. Por un lado, nunca tienen los medios suficientes para salvarlos a todos y, por otro, las malas prácticas de algunas "protectoras" empañan la tarea ingente de todo un colectivo que se enfrenta con un reto de dimensiones desoladoras. En España un animal es abandonado cada tres minutos. Son más de 150.000 destinos terribles cada año. Somos líderes en sufrimiento animal y desidia de las administraciones.
Galgo-Hilfe tiene su sede en Düsseldorf y rescata animales de la perrera de San Antón, en Villamartín, Cádiz. Durante el 2014 encontró nuevas familias para 153 perros: 60 de ellos eran galgos, 32 bodegueros y el resto de todas las razas y tamaños, desde yorkshire hasta perros pastores.
En ocasiones las críticas provienen de sus propios compatriotas: "Nos vemos obligadas a justificarnos y a veces se nos reprocha que también aquí hay animales en las protectoras. Pero aquí no se sacrifica. No se trata de "salvar" a perros de manera indiscriminada, trayéndolos para dárselos a cualquiera. Solo le hacemos pasar a un animal por el trance de viajar hasta Alemania si su nuevo hogar es realmente bueno. En caso contrario, no lo damos", nos dice Jessica.
Pero no todas las asociaciones son amigas de enviar animales al extranjero. La barrera física y del idioma hacen que el control de los interlocutores y el seguimiento posterior a las adopciones sea complicado. La posibilidad de intervenir si algo sale mal es prácticamente nula, a no ser que exista una cooperación basada en el conocimiento y la confianza mutuas. Mari Carmen, de la Asociación Las Nieves, que lleva más de 15 años rescatando animales y colaborando con protectoras de otros países, tiene una opinión clara al respecto: "Al final, después de tanto tiempo, únicamente colaboramos con una asociación en Bélgica y otra en Alemania, siendo fundamental el hecho de que tutelan de por vida a los animales que entregan en adopción".
Mari Carmen pide la máxima prudencia a la hora de gestionar el destino de estos perros: "Tanto en Alemania, como en Austria, Suiza y Bélgica, pero también en España, hay quienes se lucran con los animales abandonados. El dinero que asociaciones extranjeras donan a las españolas no siempre revierte en el bienestar de los animales y los animales que viajan no siempre llegan a tener una buena vida".
Jessica por su parte sale al paso de las críticas, también en lo que se refiere a los rumores de que algunos animales podrían acabar en manos de mafias o como víctimas de la experimentación: "Claro que en todas partes hay gente poco seria, pero no debería haber problemas si la cooperación se basa en la confianza entre los voluntarios en Alemania y España. En cuanto a la experimentación, aquí se realiza bajo controles legales muy estrictos, por lo que las empresas que experimentan también suelen criar. Es por eso que existe lo que llamamos el 'beagle de laboratorio' que, tras su época como objeto de experimentación, busca hogar y carece de toda socialización".
Así nos ven
La asociación de Jessica rescata animales en las zonas rurales del sur de España. "Puede ser que en otras zonas la situación sea diferente, pero en Andalucía apenas existe protección animal. Los animales son cosas, el perro es una herramienta. Mientras cumpla su función (cazar, vigilar, correr) se le mantiene, hasta cierto punto, alimentado. Cuando deja de cumplirla es abandonado, se le mata a golpes, se le deja morir de hambre o se le lleva a la perrera."
"Protección animal es un concepto poco anclado en la mentalidad y las personas allí no suelen estar abiertas a aprender nada nuevo. El saber se transmite de padres a hijos y muchos horrores ocurren por ignorancia e indiferencia".
"Otro grave problema con el que nos encontramos a diario es la pobreza". Casos como el del dueño del bodeguero Gitano, que llegó un día a San Antón a entregar a su compañero. Había perdido el trabajo y tenía que dejar su vivienda, por lo que no sabía a dónde ir. Su perro lo era todo para él. No quería que el animal tuviera que vivir en la calle, así que lo llevó a la perrera porque había oído que su mejor amigo podría encontrar un buen hogar en el extranjero. Gitano, que hoy se llama Nero, ya ha sido felizmente adoptado en Alemania.
" La mayoría de las defensoras de los animales en Andalucía son mujeres y todavía lo tienen difícil. Las mujeres no suelen ser cazadoras ni galgueras. La cultura andaluza es muy machista y es casi imposible convencerles, por ejemplo, de tener a los machos castrados". Con un problema de estas dimensiones, la castración sería una medida eficaz para reducir el exceso de perros. "Personalmente", añade Jessica, "veo en las corridas de toros un síntoma. El placer de matar a un toro sigue siendo una parte importante de la identidad andaluza y eso conduce a un trato de brutalidad con todos los animales".
Mari Carmen, de Las Nieves, que se relaciona con los gestores, los socios y los adoptantes en el extranjero, se encuentra a veces con cierta incomprensión: "Es frecuente que me digan que no entienden que en España, después de tantos años en que se vuelcan para ayudarnos, la situación de los animales no solo no haya mejorado, sino que incluso es todavía peor".
Una nueva vida
Todos estos animales comparten pasados horrendos y ahora les toca aprender a vivir. La primera parada en Alemania es en albergues o en casas de acogida, que realizan la importante y a veces lentísima labor de rehabilitación. En este período se determina si los animales serán aptos para convivir con gatos, por ejemplo, y qué tipo de familia es la ideal para ellos. "Cuando eres la primera casa de acogida tienes la suerte de experimentar esos momentos en los que el perro recién llegado empieza a tener algo de alegría de vivir. Se atreve a correr un poco, o incluso a jugar, y siente lo agradable que es echarse sobre una camita blanda. Pero también es tristísimo ver como se tumban en el suelo frío, al lado de la manta, porque no saben lo que es eso".
Quizás lo que más conmueve a todas las personas que participan en los rescates y recuperación de estos animales sea la capacidad que tienen de sobreponerse y de volver a disfrutar de la vida. "Esas increíbles ganas de vivir, ese optimismo, ese amor inalterable por el ser humano", dice Ursula Löckenhoff, presidenta de Galgo-Hilfe, hablando de Morpheus, un galgo que apareció gravemente herido en 2009 y que hoy, después de años de dolorosísimas operaciones, es un ejemplo de superación. "Tiene carisma y siempre busca el contacto con las personas y los otros perros. Es juguetón y muy listo. Ha aprendido que sonreír le allana el camino y ha perfeccionado la técnica".
 
Morpheus cuando llegó a Alemania gravemente herido y en la actualidad ©Galgo-Hilfe
Morpheus cuando llegó a Alemania gravemente herido y en la actualidad ©Galgo-Hilfe
 
Que los animales tengan que ser rescatados en el extranjero es una señal inequívoca de lo irrespirable que se ha convertido el aire en España, y no solo para ellos. "La solución del problema de la protección animal en nuestro país, al igual que ocurre con el problema de los humanos, está en tomar medidas en el país de origen y no a través de la entrada masiva de seres en otros países", opina Mari Carmen, "la esperanza no la veo en el extranjero, salvo por su presión al Gobierno español a través de los mecanismos europeos".
Para Jessica, lo que necesita España es un cambio profundo de mentalidad, en el que el respeto a los animales se enseñe y se estimule ya desde la infancia. "También hacen falta más campañas para promover la adopción, y para explicar la importancia de la castración. Hay que encontrar aliados en el intrincado mundo de los cazadores y galgueros. En esos círculos están implicados muchos policías y políticos que no tienen ningún interés en que su hobby se vea limitado por la protección animal. No se enseña a la juventud a respetar a los animales, sino a cazarlos, cuando tendría que ser exactamente lo contrario".
Es evidente que la esperanza de un país desarrollado no puede depender de la solidaridad de sus vecinos. Pero eso que se lo digan a Tinka, a Morpheus, a Nero y a todos los que, después de tanto y tanto sufrimiento, esta noche podrán cenar, disfrutarán de una cama caliente y del amor de una familia.

domingo, 22 de marzo de 2015

Animalistas colombianos, amenazados de muerte por un grupo paramilitar

El grupo paramilitar 'Águilas Negras Bloque D.C.' da 24 horas a los activistas para salir del país. También amenzan de muerte al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.
Los amenazados, miembros de organizaciones de protección animal que ejercen además de actores sociales y políticos de una Colombia que busca la paz, responden en un comunicado que publicamos y que respaldamos en su integridad.
El 10 de marzo de 2015, representantes del movimiento animalista colombiano estamos siendo objeto de hostigamientos por medio de un panfleto firmado por 'Águilas Negras Bloque D.C.', en el cual nos amenazan de muerte y nos dan plazo de 24 horas para salir del país, señalándonos de defensores del terrorismo.
De todas y todos es sabido que el movimiento animalista ha estado proponiendo iniciativas de participación ciudadana para poner fin a la tauromaquia y otras prácticas crueles con animales.
Asimismo, ha apoyado el proyecto 'Bogotá Humana con la Fauna', manteniendo, sin embargo, su autonomía e independencia con respecto al gobierno distrital.
Finalmente, ha apoyado las iniciativas de paz, en aras de la inclusión de los animales, que también han sido víctimas del conflicto.
Por lo tanto, rechazamos de manera categórica la criminalización y amenazas al movimiento animalista que, más allá de cualquier posicionamiento político, trabaja por el respeto a los animales y por una sociedad que viva en armonía con la naturaleza en todas sus expresiones.
La lucha del movimiento animalista busca paz y justicia, y por ello prevalecerá sobre el miedo.
Natalia Parra, Carlos Crespo, Batman Camargo, Sebastián Párraga, Jesús Merchán, Andrea Padilla
Bogotá, 11 de marzo de 2015
 
Panfleto amenazante enviado por los paramilitares colombianos de 'Águilas Negras Bloque D.C.' a los animalistas
Panfleto amenazante enviado por los paramilitares colombianos de 'Águilas Negras Bloque D.C.' a los animalistas

sábado, 21 de marzo de 2015

"He emborronado muchos dibujos con mis propias lágrimas de indignación"

El pintor Paco Catalán Carrión publica cada día una viñeta en las redes sociales: desahuciados, mendigos, ancianos, niños. Y animales. El drama de los animales.
Publicamos una muestra de esas viñetas y entrevistamos a su autor.
Desahucio. Dibujo: Paco Catalán Carrión
 
Empezaron a aparecer cada día, publicadas en las redes sociales. Un viñeta cumpliendo rigurosamente con su cita, como inspirada por una misión ineludible. El trazo clásico de la plumilla, la luz exquisita de la acuarela y la contundencia de un mensaje: desahuciados, mendigos, ancianos, niños... Y animales. El drama de los animales. Perros abandonados, gatos perseguidos, cerdos arrastrados, patos embuchados, galgos ahorcados, toros torturados. Las carreteras de la soledad, las aceras del frío, los camiones del exterminio, los banquetes de la crueldad. Y también la ternura, el calor, la solidaridad, el amor.
 
Río Ebro. Dibujo: Paco Catalán Carrión
 
¿Quién es ese dibujante que, desde hace un año, llama cada mañana a la puerta virtual de nuestra conciencia? ¿Quién es ese artista que comenzó con 20 seguidores en las redes y ahora es seguido y compartido por miles en todo el mundo?
Paco Catalán Carrión (1947) es un pintor valenciano, dos veces galardonado con el tercer Premio Penagos de Dibujo de la Fundación Mapfre: "He dedicado y dedico mi vida  al arte, y desde 1982 también a la docencia, en Enseñanza Media. Tengo página en Internet, por si a alguien se le ocurre entrar, con el nombre de Francisco Catalán". Su trabajo diario puede encontrarse en @pacoayora (twitter) y facebook.com/paco.catalancarrion
 
Matadero. Dibujo: Paco Catalán Carrión
 
¿Por qué los animales?
Los animales son los niños del planeta, la pureza y la inocencia materializada. Los amo profundamente desde que tengo uso de razón. Tener este sentimiento es sinónimo de sufrimiento, además de la impotencia con la gente que considera que los animales están totalmente a nuestro servicio y que podemos hacer con ellos lo que nos parezca. Ya de pequeño me sorprendía el hecho de que nadie te recriminaba si ibas matando pájaros con un rifle o apedreando a un perro o persiguiendo a un gato para fastidiarlo. Nunca hice nada de eso, afortunadamente, pero sí lo vi hacer y sufrí, incluso con cosas mucho peores. Hay que ser conscientes de dónde venimos.
 
Mendigo y perros. Dibujo: Paco Catalán Carrión
 
Decidió difundir sus viñetas en las redes sociales.
Mi única aspiración es arrancar una sonrisa o un sentimiento y poner un pequeño grano de arena para intentar cambiar un poco el mundo. Si somos capaces de ver el mundo de otra forma, lo cambiamos. Busco que llegue a mucha gente y haga el efecto que a mí me gustaría. Siempre procurando respetar a todos. Consuela saber que hay personas maravillosas que hacen que los demás no perdamos la esperanza en el ser humano, pero también la maldad anda suelta y es una pena que sea incontrolable por falta de unas leyes que protejan de verdad a los más débiles e indefensos.
 
Ley de Caza. Dibujo: Paco Catalán Carrión
 
¿Cuál es la respuesta en esas redes?
La respuesta es buena porque algunos dibujos han llegado a compartirse miles de veces. Suelen ser personas estupendas a las que admiro. También soy consciente de que a veces hago representaciones muy duras, pero si las edulcorara dejarían de ser sinceras y, por lo tanto, válidas. Lo que no vale para mí no vale para nadie. De todas formas, hay algunos que no me atrevo a poner y que me han hecho padecer mucho al dibujarlos por el mensaje que llevan. Digamos que muchos dibujos los he emborronado con mis propias lágrimas de indignación. Hay tantas barbaridades que padecen nuestros hermanos pequeños los animales que podría estar dibujando sin cesar para ponerles el grito que ellos no pueden dar.
 
Galgos. Dibujo: Paco Catalán Carrión
 
Aparte de sus dibujos, en su pintura también hay una serie sobre tauromaquia.
Siendo antitaurino acérrimo, hice una serie sobre tauromaquia que se componía de obras claramente antitaurinas (cogidas y otros momentos de la mal llamada fiesta). También instantes del suplicio de uno de los seres más hermosos del planeta, como es el toro. No se entendió. Habría hecho lo mismo si hubiera visto las luchas de gladiadores de la antigua Roma. Hay temas que bajo el punto de vista plástico atraen al pintor, aunque el sentimiento sea de repulsión en otro sentido. Supongo que Goya (salvando las distancias) no disfrutaría interpretando los desastres de la guerra ni los fusilamientos, y a ningún pintor que haya representado una crucifixión le guste ese hecho. Últimamente pienso que los humanos no nos merecemos demasiado las artes en general mientras existe ese infierno que hemos creado para los animales.
 
Plaza de toros no es dehesa. Dibujo: Paco Catalán Carrión 

viernes, 20 de marzo de 2015

Las otras víctimas de la moda

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, publicamos una selección de fragmentos del estudio incluido en el libro Ecología y género en diálogo interdisciplinar, Alicia H. Puleo (ed.), Plaza y Valdés, colec. Moral, ciencia y sociedad, Madrid, 2015.
Su autora, Lucile Desblache, es profesora y directora del Centre for Translation and Transcultural Studies en la University of Roehampton, Londres. En el ámbito de la ecocrítica, su investigación se centra en la representación de los animales en las culturas contemporáneas.
Imagen realizada por la artista Verónica Perales Blanco para la portada de 'Ecología y género en diálogo interdisciplinar'
Imagen realizada por la artista multimedia Verónica Perales Blanco para la portada de 'Ecología y género en diálogo interdisciplinar'

Querría considerar aquí a la moda en ese contexto particularmente "no pensado" de la moda, las mujeres y los animales, centrándome esencialmente en el caso de la Francia de hoy en día. No nos puede sorprender que los animales no sean tenidos en cuenta en la óptica de la corriente dominante de la moda, mercantilizada y masificada. Sin embargo, en el siglo XXI, numerosos movimientos alternativos tratan de pensar la moda como plataforma ética, como metamorfosis social que desafía a la producción de masas. Cuando estos movimientos están vinculados a la ecología o al desarrollo sostenible, a perspectivas feministas o a filosofías que preconizan un retorno a una mejor calidad de vida, como el movimiento lento ( slow), por no citar más que uno, cualesquiera sean las orientaciones de sus miradas, resulta aún más sorprendente que la reflexión sobre los animales -que contribuyen de manera tan fundamental en la vestimenta, los accesorios y el maquillaje, y que son tan frecuentemente víctimas de esta aportación- esté prácticamente ausente. Mi objetivo será, pues, reflexionar sobre esta ausencia. Al haber elegido explorar la paradoja de la negación de los animales, principalmente entre las mujeres, mi objetivo, ciertamente, no es esencializar la diferencia de los sexos en lo que concierne a sus actitudes con respecto a los animales. Hombres y/o mujeres pueden apoyarlos, explotarlos o ser indiferentes a su suerte. Además, la moda, si bien sigue siendo altamente "generizada" y puede constituir casi una obsesión para algunas mujeres, interesa cada vez más a los hombres. Traduce un deseo de "estética de un nuevo comienzo" (Baudrillard, 1976) y de aceptación social para ambos sexos que es inherente a las sociedades occidentales actuales. No obstante, histórica y culturalmente, las mujeres mantienen a la vez relaciones estrechas con la moda -sus maneras de vestir, de peinarse y el hecho de maquillarse responden, en efecto, a ciertas tendencias, presiones o códigos sociales que forman parte de sus hábitos- y con los animales, que se han incorporado siempre a su vida cotidiana de manera quizás más sistemática que en la de los hombres. Esta paradoja, que les lleva en la mayor parte de los casos a ignorar la explotación animal sobre la que se funda la moda, a no reflexionar sobre esta última, es, pues, reveladora de una ambigüedad silenciada y que es necesario examinar.
Numerosos estudios universitarios han documentado que las mujeres mantienen una relación privilegiada de empatía con los animales. Han influido también la etología con formas de pensar y observar a los animales que han favorecido sistemáticamente la escucha de otros lenguajes y dado la palabra a los animales. El primer movimiento anti-vivisección fue asimismo organizado mayoritariamente por mujeres victorianas hacia 1875. Como nos recuerda Emily Gaarder, las mujeres comprometidas en el apoyo a los animales "vieron relaciones simbólicas entre la condición de las mujeres y la de los animales en la sociedad, e identificaron también experiencias personales que consideraban similares a las de los animales, en particular las de la violencia, impotencia, mutismo y ser tratadas como objetos". Citaré algunas cifras de distintos ámbitos que confirman estas relaciones privilegiadas en la Francia actual. Un sondeo efectuado en diciembre de 2012 para la revista Elle muestra que el 86,8% de las francesas está contra el uso de las pieles. Según un sondeo Sofres efectuado en 1997, mientras que el 60% de los franceses (sin distinción de sexo) está contra la caza y el 36% a favor de la misma, entre las francesas el porcentaje del rechazo se eleva al 68%, 18% está a favor y el 14 % no sabe, no contesta. Observemos que Francia es el país que ocupa el primer puesto europeo de la caza y que el 98% de los cazadores son varones. En lo que respecta a la experimentación animal, entre los europeos en 2010, 49% de los hombres se pronunciaba a favor, en contraste con el 39% de las mujeres. Si bien a las francesas no les agrada más que a los hombres ocuparse de las tareas domésticas, a las que consagran, por cierto, una hora y cuarenta minutos más que ellos de media por día, los momentos que más aprecian de esas tareas, después de ocuparse del jardín, son los consagrados a los cuidados a los animales (igual que el tiempo que pasan con los niños). Además, a nivel mundial, las veterinarias son más numerosas que los hombres y en algunos países como Estados Unidos y Francia esta tendencia se ha incrementado en veinte años, con un 75% de mujeres en los colegios veterinarios en la actualidad. Podría continuar exponiendo este palmarés de afinidades de las mujeres con los animales pero estos pocos ejemplos bastan para ilustrar la tendencia general.
El mercado textil y cosmético es inseparable de un uso abusivo de los animales. Del conejo de angora al gusano de seda, del mutón a la cabra, de los avestruces a los jabalíes, de los zorros a las gamuzas, de la foca a la llama, la mayor parte de los mamíferos no humanos y ciertos no mamíferos son cazados o criados y matados para obtener su piel u otra sustancia. La moda, tanto de la ropa como de la cosmética, es uno de los sectores de la industria más florecientes, y uno de los que más explotan a los animales. ¿Por qué se da la prioridad al objeto en vez de dársela al ser vivo? ¿Por qué se aceptan objetos obtenidos a través de un proceso cruel a menudo condenado por las consumidoras? (…) Esta indiferencia y esta falta de toma de conciencia con respecto al mundo natural es más visible y sorprendente en el caso de los animales. Evidentemente, por poner un ejemplo, todo el mundo ha visto una vaca, pero la asociación de esa vaca con el cuero del que provienen los zapatos y los bolsos es, aunque real, distante, percibida como vagamente inevitable y, por lo tanto, no cuestionada. En lo que concierne a las pieles, cuyo uso es condenado por la mayor parte de las francesas, su integración en la ropa es a menudo insidiosa. Así, en el caso de ciertos animales como los zorros, tanto salvajes como de criadero, el 90% de la piel utilizada está, de hecho, actualmente consagrada a accesorios agregados a los artículos de moda de manera poco visible. El consumo de pieles aumenta ciertamente gracias a los nuevos mercados asiáticos pero también en Europa, más subrepticiamente, sin que el público consumidor tenga plena conciencia de una utilización abusiva de los animales. Deseosos de no abrir controversias éticas indeseables y potencialmente perjudiciales para sus cifras de negocios, los fabricantes han encontrado una manera discreta de promover las pieles. Aunque el movimiento ecológico presta cierta atención a la moda, proponiendo una corriente ética de algodón ecológico, materiales reciclados y otras innovaciones, nadie parece cuestionarse este desinterés y sólo algunos movimientos que tratan de promover el bienestar animal plantean algunas cuestiones con el objetivo de restablecer una toma de conciencia de las relaciones entre el producto y el ser del que proviene. Las asociaciones de protección animal proponen páginas con numerosos datos pero buscarlas implica al comienzo cierto deseo de compromiso, en una época saturada de información.
El reemplazo del consumo de animales salvajes por animales de criadero o de clonaje en la alimentación y la moda (en particular en la peletería) es presentado y asumido como una solución aceptable por un público a menudo éticamente bien intencionado. Sin embargo, además de los sufrimientos que implica para los animales, plantea problemas cada vez más insolubles por la contaminación que genera, el control de enfermedades que implica y el aprovisionamiento de animales que exige. Moda, ropa, perfumería: los fabricantes y revendedores han tomado la costumbre de considerar a los animales como materias primas fácil y gratuitamente utilizables, como productos desechables, productos que se matan, transforman y venden. La idea según la cual la cría permite preservar la biodiversidad perpetúa así la peligrosa noción de que los seres humanos pueden construir y otorgarse a sí mismos un ser vivo controlado en paralelo al universo salvaje existente, y que, en ese vivero, todo está permitido.
Si la moda pertenece al mundo del placer del cambio, entonces se trata de un mundo de impulsos en que se compra, espontáneamente, sin reflexionar. Al fin y al cabo, esa es la prerrogativa del placer. En la lógica del mercado propia de las sociedades contemporáneas de la globalización, todo ser viviente o materia prima útil al mercado son necesariamente reducidos al estado de objeto controlado o controlable. Esta lógica domina igualmente el mundo de la moda, un mundo en el que las mujeres mismas son reducidas al estado de instrumentos estéticos deseables y poseíbles. Las modelos desfilan, silenciosas, distantes, felinas en sus "catwalk shows", puestas en escena para promover las nuevas tendencias y destacar los nuevos objetos en venta. Signos idealizados para descifrar y consumir, son reducidas a siluetas animales atractivas. En los desfiles, como en numerosas imágenes publicitarias, se las asocia a fieras salvajes, acentuando la animalidad de su identidad femenina. En la Edad Media y durante el Renacimiento, la presa perseguida durante la caza, a menudo una cierva, era símbolo de la mujer deseada, perseguida y, eventualmente, consumida. En nuestra época, la identificación de un animal salvaje, a menudo vulnerable, siempre estéticamente atractivo, con una mujer está ligada a otra forma de consumo: el consumo mercantil. Un consumo cuyo proceso implica la transformación de seres vivos en objetos desechables que contribuyen a halagar nuestro cuerpo o nuestro ego, a aumentar nuestro atractivo.
Falta pensar, pues, un "sistema de la moda" que no sea ni un discurso que permita descifrar una pertenencia social humana, ni el envoltorio desvitalizado de una naturaleza sistemáticamente explotada o torturada puesta al servicio de la sociedad de mercado. Un sistema de la moda en el que ya no desearíamos objetos que no son más que marcas de prestigio social. Un sistema de la moda en el que los animales no fueran reducidos a objetos de lujo, a instrumentos masacrados y brutalmente apropiados. Un sistema de la moda en el que ellos serían fuentes de inspiración, de ideas creadoras que nos recuerden que todos esos otros que acompañan nuestras vidas humanas también forman parte de nosotros y son la clave de la renovación de nuestras identidades.

jueves, 19 de marzo de 2015

Horror animal por el desbordamiento del Ebro

Las inundaciones del Ebro han convertido Aragón en un infierno para muchos animales: más de 10.000 han muerto ahogados, abandonados a su suerte, hambrientos; miles más continúan atrapados.
La autora denuncia desde Zaragoza la indiferencia de autoridades y ganaderos ante un sufrimiento de varios días, y que muchos solo vean en ello "pérdidas económicas".
Caballo que estuvo varios días aislado por el agua y fue rescatado por voluntarios. Foto: Patri Zalvo
Caballo aislado por el agua, al que un grupo de voluntarios mantiene con vida. Foto: Patri Zalvo

Casi todos los años, como en todo río mediterráneo, hay crecida en el Ebro. Nada nuevo hasta aquí. Año tras año las autoridades van informando del día y las horas punta en las que sucederá el desbordamiento. El río habla, lleva siglos buscando regresar a su origen, llevándose por delante tierras, campos y casas. La eterna discusión entre ecologistas y administración tampoco es nada nuevo. Pero lo que ha sucedido, lo que está sucediendo ahora mismo en Zaragoza, sí lo es.
Esta crecida ha sido extraordinaria. La rabia, la fuerza y el torrente de agua han desbordado, tragándose todo lo que encontraba a su alcance, sin que la administración, con su gobierno del PP a la cabeza, tuviera en cuenta las consecuencias que esto podría acarrear. Las declaraciones de la presidenta de Aragón diciendo que el río había tenido un comportamiento "extraño" pueden dar una idea de la falta de análisis, de lógica y también de cultura del agua de la presidenta y su equipo. Pura incompetencia.
A pesar de los problemas y de la mala gestión, se ha ido realizando cada día el seguimiento de los pueblos inundados o con posibilidad de serlo. Pero, mientras se atendía a las personas y se cuantificaban las pérdidas económicas, miles de animales desaparecían bajo el agua. Animales de granja flotando en el río, ovejas, vacas, cerdos, gallinas, más de diez mil animales ahogados. También perros, gatos y caballos que no fueron rescatados a tiempo por sus dueños o en los que simplemente nadie pensó. De todo ha habido: familias que se negaron a subir al zodiac sin su perro, que se negaron a abandonar sus casas sin sus animales, pero también propietarios de fincas que dejaron a sus perros atados sin preocuparse de más. Y ellos, los animales, como siempre invisibles para la administración, que sólo ve en su muerte "pérdidas económicas".
Líderes de partidos políticos de la oposición han visitado estos días la zona, se han reunido con los afectados y han mostrado su solidaridad con las familias y con los agricultores ribereños, pero ni una palabra sobre la situación dantesca que sufrían los animales. Los partidos de la oposición en Aragón también han ignorado este drama, a pesar de las imágenes de miles de animales a la deriva, atrapados en el fango, sin víveres, muertos de miedo.
Gracias a la gente de Vegan Hope, Pacma, Amnistía Animal y cientos de activistas que sí se han preocupado, se ha urgido su salvamento, obligando en muchos casos a la policía y a los bomberos a insistir en los rescates.
¿Qué debería hacerse en estos casos para no repetir la tragedia? Pues incluir a los animales en el Protocolo de Emergencias, algo que hasta al fecha no se ha hecho ni siquiera desde el Centro de Protección Animal municipal. Una situación tan dramática requería una reunión de urgencia para coordinar el trabajo y no dejarlo solo en manos de voluntarios. Hay que reaccionar ante casos extremos como este.
Como denuncia Pacma, será necesario un cambio normativo en el futuro para evitar las restricciones legislativas que impiden a cuerpos de Seguridad y Emergencias acceder a propiedades particulares sin el consentimiento del propietario, ni siquiera cuando la vida de animales corre riesgo, o que impiden que los propietarios en algunos casos accedan con sus animales a vehículos de rescate o refugios, condenándolos a una muerte segura. Es cierto que no siempre ha sido posible acceder a las zonas afectadas y que, cuando así lo ha comunicado la policía, era porque los metros de barro hacían imposible y muy peligrosa la operación, pero en otras ocasiones la desidia ha sacado la peor cara de este desastre. Habrá que investigar si en algunos casos se ha dejado morir a cientos de animales porque cobrar el seguro era más rentable que rescatarlos, como decía uno de los activistas que participaba en una de las operaciones.
Todos los días han salido voluntarios para intentar salvar animales, para rescatarlos o, al menos, darles de comer si no podían ser trasladados. Es el caso de Atlántico, un caballo que lleva días aislado sin poder ser rescatado por lo peligroso del acceso. Un grupo de personas de la asciación Galgo Leku se ha encargado de que sobreviva, pero otros siete caballos murieron ahogados. Sin el trabajo de esta gente el drama animal hubiera sido aún mayor.

miércoles, 18 de marzo de 2015

La Ruina y Jaime Alekos publican ANIMALADAS

"Quiero llegar a las casas de todos los señores que ven los toros en Canal Plus, y con la misma calidad de imagen. A cualquier persona que vea esto se le tiene que caer el alma a los pies", dice la cantante La Ruina.
"Una vez que has visto la vida que llevan los animales y el sufrimiento al que están sometidos, la reacción no puede ser otra que compasión e indignación", explica el videoperiodista Jaime Alekos.
Advertimos a los lectores de la dureza de las imágenes de los vídeos que publicamos, en especial el grabado en corridas de toros. Precisamente por ello, consideramos necesaria su publicación e instamos a que sean vistos hasta el final.


Jaime Alekos es videoperiodista freelance. Colabora de forma habitual con Periodismo Humano, medio para el que ha cubierto decenas de desahucios y manifestaciones. El pasado viernes 27 de febrero fue detenido mientras cumplía con su profesión en el desalojo y derribo de la casa de Ofelia Nieto 29, en Madrid. Está en libertad con cargos. Sus vídeos son piezas de sobrecogedora calidad.
La Ruina compone y canta sin ánimo de lucro, como medio de expresión y difusión de sus intereses y preocupaciones. Con Producciones Tapia ha publicado trabajos como ' Suenan sirenas' (grabado, mezclado y masterizado por Sonido Cerdo), ' Raíces y brotes' o la trilogía ' El Evangelio según La Ruina'.
Juntos, La Ruina y Jaime Alekos, están realizando una serie de cinco trabajos (canción y videoclip, con instrumentales y mezclas de José Tapia) sobre maltrato animal, que lleva por título ANIMALADAS. Publicamos los dos primeros, 'El Show Más Grande del Mundo', sobre circos, y 'El arte de matar', sobre tauromaquia. Y hablamos con ellos.
 
¿Por qué estáis haciendo ANIMALADAS?
JAIME ALEKOS: El proyecto parte de La Ruina, las canciones estaban hechas antes. La intención es empatizar con los animales. Una vez que has visto la vida que llevan y el sufrimiento al que están sometidos, no hace falta más, la reacción espontánea no puede ser otra que la de compasión e indignación, como mínimo.
LA RUINA: Hasta hace siete u ocho meses vivía ajena a la realidad, auténtica y verdadera, del trato que se da a los animales, de las salvajadas que se les hacen para la alimentación, el vestido y todo lo demás. Cuando me di cuenta de cómo es esa realidad me quedé en shock una temporada. Y, de pronto, de forma casi inconsciente, porque escribo de lo que me ronda por la cabeza, empezaron a salir temas relacionados con el maltrato animal: toros, circos, zoos, granjas de gallinas… Lo hablé con Jaime y decidimos ponerles imágenes.
¿Habíais tenido contacto con el movimiento de defensa animal?
JA: No había hecho antes nada al respecto. Mi trabajo está centrado en la documentación de desahucios, movimientos sociales y represión a estos movimientos.
LR: Por una parte no era consciente de lo que había, pero también tenía una especie de chip que me venía a decir algo así como que con lo mal que están los humanos no tenía tiempo que dedicar a los animales, que tenía que centrar mi atención en los seres humanos. Descubrí que puedo prestar atención a los humanos y a los otros animales, que lo uno no excluye lo otro, al contrario. Es perfectamente compatible preocuparte por las desgracias de los seres humanos y de los animales. Sentí la necesidad de compartirlo, de expresarlo, de que otras personas se den cuenta de que están ahora como yo estaba hace un año. No quiero aleccionar, pero creo que igual que yo he podido cambiar mi punto de vista puede cambiarlo cualquiera.
Los vídeos captan imágenes que no suelen llegar a grabarse. ¿Cómo se hicieron?
JA: Grabamos en varios circos, como el  Gran Circo Mundial en Madrid, el  Gran Circo Holiday en Móstoles, el Nadal y el  Wonderland en Valencia. Están grabados desde el público. En uno teníamos permiso para grabar. Nos quedamos con la sensación de que al ser conscientes de que había una cámara se cohibían de hacer ciertas cosas. A los demás fuimos como público normal y grabé de la manera más discreta posible, como si estuviera haciendo fotos. Las corridas de toros fueron grabadas en las plazas de Las Ventas y Las Rozas, en Madrid, entre septiembre y noviembre de 2014.
LR: No pensaba que del circo íbamos a sacar tanto material porque sabían que estábamos haciendo fotos. Y aún así le dan una patada a un dálmata, por ejemplo. Eso delante de una cámara con teleobjetivo. Si cuando saben que les estás haciendo fotos los tratan así, qué no les harán cuando no hay cámaras.
JA: Es esencial fijarse en los microgestos de los animales. Hay un caballo al que el domador va a hacer una caricia y se aparta de manera refleja. Un comportamiento aprendido que muestra todo lo que hay detrás. Cualquiera que tenga un gato es capaz de apreciar lo que esconden los microgestos de los felinos en los circos. Son reacciones de miedo, de sometimiento, de humillación aberrante.
¿Cuál era la reacción del público ante lo que vosotros estábais percibiendo como claro maltrato?
JA: En las corridas de toros, la atmósfera era de celebración, de alegría. En el caso de los circos, vi a un niño que tenía reacciones de espanto cuando pegaban a los leones, pero todo está enmascarado por la música, se viste de espectáculo. Realmente, no se ve lo que subyace.
LR: Las bandas de música se introdujeron en las plazas para camuflar los sonidos del dolor de los toros. Igual que en el circo, donde la música es un estruendo absoluto. Y, aún así, se puede oír la desesperación de los animales, sobre todo, los elefantes. Creo que una persona puede pensar en el arte de los toros desde la fila 15, porque se ve un bulto y un tío que hace una especie de baile. Pero estoy convencida de que si esa persona se va a la barrera, y desde ahí oye y ve lo que se le hace al toro, a mínimamente sensible y empática que sea se dará cuenta de que ese presunto arte no se justifica. El toro que aún mira mientras le están cortando las orejas no quiere estar ahí.
 


El videoclip de las corridas de toros muestra una crueldad extrema.
LR: Fruto de ver las grabaciones de Jaime, de haber tenido que ir a lo toros para hacer este trabajo y de ver muchas corridas para prepararlo, he llegado a la convicción de que los toros son animales mansos, igual que las vacas, y que lo que se hace es asustar a un animal que no te iba agredir, que come hierba, que si vas a una dehesa y te ve, sale corriendo.
JA: En la biografía de Belmonte se cuenta que, para aprender a torear, cuatro o cinco toreros se colaban de noche en las ganaderías. Tenía un rollo clandestino, de toreo a campo a abierto, de chavales de los años 30 que lo querían imitar. La gente no creía que se pudiera torear a campo abierto, precisamente porque el toro se te va, el toro no te embiste. La técnica que usaban consistía en acorralarlo, en cerrarle el paso unos y otros por todas partes cuando reculaba. Solo llegaba a embestir cuando estaba completamente rodeado.
¿A dónde queréis llegar con ANIMALADAS?
LR: Yo quiero llegar a las casas de todos los señores que ven los toros en Canal Plus y que, con la misma calidad de imagen que les ofrece Canal Plus, si no mejor, disfruten de una corrida de toros como la disfrutamos los cristianos que tenemos ojos en la cara. Ahí quiero llegar. Mucha gente comparte los vídeos pero no puede verlos, y yo los entiendo, porque cuando estás en el activismo estás saturado. Por eso mi objetivo no es llegar a los animalistas sino a las personas que no ven el sufrimiento porque nadie se lo ha enseñado así. Estoy convencida de que en la mayoría de los casos no es falta de empatía ni de sensibilidad, no creo que los taurinos sean gente que está en su casa pensando en hacer el mal, sino que no se dan cuenta de en qué consiste de verdad eso para el animal. Porque cualquier persona que vea eso se le tiene que caer el alma a los pies.

martes, 17 de marzo de 2015

España, tierra de Platero

La obra de Juan Ramón Jiménez es la plasmación de una España que reivindica el humanismo, la pedagogía, la ética, la delicadeza; el protagonismo de un animal menospreciado y humillado para expresar el amor a los más humildes.
Ahondando en la figura de Platero, el autor defiende que el burro sustituya al toro de Osborne como símbolo de España.
'Platero y Juan Ramón'. Ilustración de Carlos Guijarro realizada para El caballo de Nietzsche
'Platero y Juan Ramón'. Ilustración de Carlos Guijarro realizada para El caballo de Nietzsche

Somos muchos los que no nos identificamos con el toro de Osborne, ondulándose en la bandera de España. El toro es un herbívoro de indudable belleza, pero su final trágico en el albero, vomitando sangre y con unos ojos ardientes de pena, es un símbolo de la España Negra, con su carga de crueldad, atraso e intolerancia. Saber que poetas como García Lorca, Alberti, Bergamín o Rafael Morales escribieron meritorios poemas sobre la tauromaquia, no mitiga mi rechazo hacia un espectáculo bárbaro e inhumano. El marqués de Sade es un brillante prosista, pero cuando exalta la tortura y el asesinato su literatura se despeña por el mismo abismo que sedujo a Ezra Pound, Louis-Ferdinand Céline y Pierre Drieu La Rochelle, tres conocidos apologistas del nazismo. El talento y la insensibilidad pueden convivir sin estorbarse, cuestionado la supuesta equivalencia entre verdad y belleza. García Lorca era un poeta extraordinario, con una personalidad cautivadora y un final particularmente dramático, pero su pasión por los toros es un discutible tributo a un casticismo rancio y umbrío.
La penumbra moral aparece donde menos lo esperamos. Podríamos decir lo mismo del patriotismo, un sentimiento que se presta a las peores manipulaciones. España es patrimonio de todos, pero los sectores más conservadores han secuestrado el sentimiento nacional, asociándolo a sus valores. El principio básico de un país democrático consiste en ampliar derechos, no en violarlos o restringirlos. Es una triste paradoja que las leyes españolas penalicen el maltrato de los animales domésticos y toleren las fiestas populares, afirmando que son una expresión de nuestra tradición. Evidentemente, es un argumento falaz, pues ¿qué clase de tradición puede justificar el martirio de seres vivos, con un sistema nervioso central, capaz de experimentar emociones complejas, como el pánico, la angustia o la depresión?
La tradición no es un sinónimo de atavismo, sino de excelencia. Sólo un insensato puede identificar la tradición española con la carnicería que acontece en una plaza de toros. Nuestra tradición nos proporciona ejemplos de ternura y humanidad que deberían constituir nuestra seña de identidad.
Platero y yo se publicó en 1914 y, para muchos, simboliza esa otra España que los caciques, los espadones y el clero combatieron con ferocidad. En algún lugar he leído que a Juan Ramón le gustaban los toros, pero en Platero y yo cuando la fiesta llega a Moguer, el poeta, siempre generoso con los niños, se niega prestarles su burro para pedir las llaves de la plaza. Poco después, se dirige a Platero y le comenta: “…mientras diestros y presidentas se estén vistiendo, tú y yo saldremos por la puerta falsa y nos iremos por la calleja al campo, como el año pasado…”. En otro pasaje, habla de un toro huido y celebra su libertad: “En una polvareda, que el sol que asoma ya, toca de cobre, el toro baja, entre las pitas, al pozo. Bebe un momento, y luego, soberbio, campeador, mayor que el campo, se va, cuesta arriba, los cuernos colgados de despojos de vid, hacia el monte, y se pierde, al fin, entre los ojos ávidos y la deslumbrante aurora, ya de oro puro”. No parecen las palabras de un enamorado de la tauromaquia.
Yo sólo he asistido a una corrida. En los ochenta se puso de moda el toreo. Algunos corifeos de la Movida, con plaza de filósofos, ensalzaban a Antoñete, al que definían como clásico, castizo, telúrico y solar. Yo vi una faena de Curro Romero. Mis compañeros de universidad me aseguraron que era un artista, con esa inspiración andaluza que evoca los grandes logros de la cultura mediterránea. La inspiración de Curro Romero consistió en clavar el estoque en el costado del toro, mientras pasaba a su lado corriendo, con la cara desfigurada por el pánico. El pobre animal necesitó catorce descabellos para morir entre abucheos y almohadillazos dirigidos al matador.
¿Ese brutal y bochornoso espectáculo expresa la esencia de lo español? Creo que no. De hecho, atrocidades semejantes -peleas de perros, peleas de gallos, animales salvajes sometidos a palos en circos ambulantes- son moneda corriente en casi todas las latitudes y sólo reflejan la iniquidad del ser humano con el resto de las especies. Si Kant no se equivocaba y existe un progreso moral hacia lo mejor, el especismo algún día nos producirá la misma repulsa que el racismo o el machismo.
Platero y yo -una indiscutible obra maestra de la literatura universal- es la plasmación de una España que reivindica el humanismo renacentista, el erasmismo cervantino, la espiritualidad sincera de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, la reforma del derecho de gentes impulsada por Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria, el romanticismo liberal de Espronceda, la tradición republicana de Pi y Margall, el krausismo, la pedagogía de Giner de los Ríos, las Misiones Pedagógicas y la Edad de Plata, que despunta en 1902 y muere en 1936. La guerra civil malogró la modernización de nuestro país, pero nada ha podido borrar ese legado. Platero y yo es una lección de ética y delicadeza en un país que sigue ahorcando galgos y arrojando pavas o cabras desde campanarios.
Juan Ramón ama su Moguer natal, pero no oculta el sufrimiento de los animales, los niños, los locos y los pobres. Al observar a Platero -“tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…”-, se pregunta qué suerte habría corrido, “si en vez de caer en mis manos de poeta hubiese caído en las de uno de esos carboneros que van, todavía de noche, por la dura escarcha de los caminos solitarios, a robar los pinos de los montes”. Afortunadamente, Platero “tiene una cuadra tibia y blanda como una cuna” y cuando muera, sus restos no irán “a la marisma inmensa, ni al barranco del camino de los montes, como los otros pobres burros, como los caballos y los perros que no tienen quien los quiera”. El poeta le ha reservado otro destino. “Vive tranquilo, Platero. Yo te enterraré al pie del pino grande y redondo del huerto de la Piña, que a ti tanto te gusta”. De ese modo, “todo el año los jilgueros, los chamarices y los verderones te pondrán, en la salud perenne de la copa, un breve techo de música entre tu sueño tranquilo y el infinito cielo de azul constante de Moguer”.
Yo vivo en las afueras de un pueblo de Madrid. Mi casa linda con la estepa castellana y todos los años escucho los escopetazos de los cazadores, con sus jaurías de perros. Es un espectáculo tan ridículo como repelente, pues se movilizan recursos desproporcionados para abatir a conejos, avutardas o perdices. Los perros a veces son transportados en los maleteros de los coches y, al final de la temporada de caza, muchos son abandonados, a veces con signos de maltrato. No hablo de oídas, pues he recogido varios perros con el terror en los ojos, profundamente traumatizados por vivencias que no puedo ni imaginar. Los perros de los pastores de ovejas no son mucho más afortunados. Sucios y desastrados, las pulgas y las garrapatas forman auténticas colonias en su piel. Y, ¿qué puedo decir de los galgos? Todos los años los veo correr y siento escalofríos al pensar que su esperanza de vida raramente sobrepasa los tres años, pues, apenas declinan sus dotes atléticas, sus desalmados propietarios los ahorcan, los arrojan a pozos o los matan a tiros.
Parece imposible que en la España de 1914 un poeta transformara a un burro en protagonista de un libro de prosa poética, pero no fue un algo casual. Juan Ramón escogió a un ser menospreciado, humillado, escarnecido y explotado para manifestar su amor hacia los más humildes y desamparados. Es famosa su lección de “asnografía”, aclarando que asno no es sinónimo de necio: “¡Pobre asno! ¡Tan bueno, tan noble, tan agudo como eres! […] Paciente y reflexivo, melancólico y amable, Marco Aurelio de los prados…”.
Creo que el toro de Osborne debería ser reemplazado por un burro, pues el poeta no se equivocaba al escribir: “¡Si al hombre que es bueno deberían decirle asno! ¡Si al asno que es malo deberían decirle hombre!”. Me gustaría ver en la bandera de España a un burro como Platero. No sucederá hasta que la sociedad española comprenda que su alma está en la palabra de sus poetas y no en ritos de un pasado que debería hundirse en el olvido.

lunes, 16 de marzo de 2015

El mundo del arte, impasible ante el drama animal

En el mundo del arte que vemos en ARCO no existe ni la más mínima sensibilidad hacia las problemáticas que rodean el mundo de los animales y a las que cada día se suman miles de personas en todas partes.
El autor, que cree en el poder transformador del arte, desea que lo que aporte un verdadero artista al mundo sea conciencia, pues la sociedad no necesita decorar una y otra vez sus espacios habitables sino profundizar en un avance interior, con valores que nos engrandezcan y que el arte nos puede siempre ayudar a descubrir.
'Perro semihundido', una de las pinturas negras de Francisco de Goya
Detalle del 'Perro semihundido', una de las pinturas negras de Francisco de Goya

El interés que suscita en España una feria de arte como ARCO es algo difícil de encontrar en otra parte del mundo ante algún evento similar. ARCO nació en un momento en el que Madrid, y España, estaba ávida de proyectos y señas de identidad capaces de acercarla a la modernidad que durante tanta dictadura se le había arrebatado. Así, lo que Juana de Aizpuru ideó y puso en pie, junto a la recién nacida Ifema, no sólo fue una feria de galerías de arte contemporáneo, sino un gran evento en torno a ellas, y con ello suplir la carencia de bienales u otro tipo de grandes proyectos artísticos inexistentes en esta sociedad. El éxito mediático y popular fue de tal envergadura que la feria devino en pocos años en la gran cita y fiesta del arte de Madrid, haciendo que febrero se convirtiese para la ciudad en el mes de ARCO.
Año tras año son seleccionadas más de dos centenares de galerías de los cinco continentes, que durante unos días muestran en Ifema obras de sus artistas, esperando conseguir que acaben en manos de un coleccionista o de instituciones. Eso es lo importante, aunque aún hoy en día, cuando ya la actividad artística de Madrid es amplia, se siga manteniendo el carácter de evento cultural con el que arrancó en 1982. La feria supone un reflejo de buena parte de lo que los artistas contemporáneos representados por esas galerías, que no lo son todos ni tienen que ser los mejores, producen en ese año. Las tendencias, las modas, los nuevos lenguajes, la eclosión de estrellas o la desaparición de otras se evidencia en este tipo de citas ineludibles si uno quiere ser parte del mundo del arte. A pesar de que ARCO no está considerada, como alguna vez se ha querido vender, entre las ferias más importantes que se celebran en el mundo, sigue manteniendo su dinámica de profesionalidad y aparentando ser uno de los ejes del mercado del arte, aunque el mercado del arte contemporáneo en nuestro país sea minúsculo.
En un lugar como ARCO uno puede sacar muchas conclusiones a través de la vivencia de lo que es la comercialización directa de la obra de arte contemporánea y, sobre todo, puede llegar a apreciar de una forma evidente cómo en el mundo del arte -uno de los reductos últimos de libertad de expresión que persisten en este mundo neoliberal de mente consumista unívoca- las aportaciones de los artistas, al menos de los que se muestran y acceden a ser parte del sistema de mercado galerístico convencional, dudosamente van a llegar a proyectarse e incidir de una forma activa en la sociedad de la que surgen.
El sistema de mercado, que nació en los avanzados Países Bajos prerenacentistas y se afianzó definitivamente en el siglo XIX con el poder absoluto de la burguesía occidental, se mantiene intacto en sus pilares e, incluso, fortalecido en sus pautas clasistas, que residen en entender que la obra de arte es un objeto de lujo solo al alcance de personas con un alto nivel adquisitivo.
Desde que las vanguardistas bombas futuristas y dadaístas fueron desactivadas por las propias instituciones artísticas contra las que fueron creadas, una tras otra, todas las corrientes, todas las obras que atraviesen el espacio del arte, pierden su carga crítica casi instantáneamente. No obstante, el artista sigue soñando y gritando en muchas ocasiones para cambiar el mundo, siendo consciente de que el espacio por el que debe transitar va a silenciar su grito y lo va a hacer intrascendente. Es duro pero es así. Aceptar el sistema es aceptar su brillo pero también su silencio. En el número de este mes de la revista de decoración AD, la de mayor tirada en España, unos reconocidos galeristas muestran impúdicamente su opulenta casa. En el comedor , frente a la mesa, pende una fotografía de gran formato de Boris Mikhailov, en la que aparece un primer plano de un indigente ruso que el autor fotografió para denunciar la situación de miseria latente en Moscú.
Este es, este somos, desgraciadamente el mundo del arte: un lugar en el que todos los gritos pueden acabar convirtiéndose en decoración y, de esta forma, llegar a ser todo lo contrario de lo que habían pretendido ser cuando fueron creados. La paradoja y la hipocresía tiene el bastón de mando en un mundo en el que el artista contemporáneo más cotizado y famoso es un tal Damian Hirst, que desde hace años, a modo de factoría, viene haciendo obras para las que no cesa de asesinar a todo tipo de animales, que muestra troceados en recipientes con formol, o directamente su descomposición orgánica, una vez que son asesinados para deleite de una sociedad impasible ante el verdadero drama animal.
Otro caso de abuso y maltrato animal es el que recientemente ha realizado en su galería neoyorquina el artista contemporáneo español más internacional, Santiago Sierra, que parece que, cansado de hacer denuncia con personas traspasando los límites éticos, ahora la emprendido con los animales y no se le ha ocurrido otra cosa que meter a un rebaño entero de ovejas durante un mes en el espacio de la galería, y no para hablar de ningún tema animalista, nada más lejos, sino para hacer su versión particular de El ángel exterminador de Buñuel.
La perenne postmodernidad en la que estamos instalados desde hace décadas ha acabado imponiendo el triunfo de todos aquellos que han sido capaces de traspasar los límites que imponía un sentido común, hasta hace poco compartido, que partía de entender que toda obra de arte es representación y no puede basarse ni aprovecharse del sufrimiento, dolor o muerte de otro ser sintiente, ya sea este un animal humano o no humano.
Ruth Toledano me pide que hable de animales y ARCO para esta sección suya del periódico, y pienso y pienso y se me cae el alma a los pies, pues hay poco o casi nada que decir. En el mundo del arte que vemos en ARCO no existe ni la más mínima sensibilidad hacia las problemáticas que rodean el mundo de los animales y a las que cada día se suman miles de personas en todas partes. Y digo en el mundo del arte, que no en el de los artistas, que curiosamente son la parte menos importante de este gran engranaje que se sustenta en su trabajo. Cada vez existen más artistas preocupados por esta problemática y luchan para introducirla en sus obras, pero su visibilidad aún no es la adecuada y su grito se expresa, lúcido y necesario, pero, como ya he dicho, siendo plenamente conscientes de que, una vez que atraviesa el espacio arte, quedará reducido a poco.
Soy historiador del arte y no encuentro en mi memoria artistas españoles que hayan tenido esta problemática entre sus prioridades. Me tengo que remontar a Goya y mirar su serie de la Tauromaquia o al recortado cuadro del perro semihundido en la arena, realizados hace ya casi doscientos años, para encontrar una obra que hable contundentemente de este tema, aunque todas las lecturas que la historia ha hecho de esta última obra se centren en su carácter metafórico más que en el hecho mismo del sufrimiento de un animal.
El caso es que han pasado doscientos años tras Goya y no me viene a la memoria ningún artista antitaurino ni ninguna obra de arte que explote contra esta vergüenza que portamos por ser españoles o algo similar. Todo lo contrario, hay toda una caterva de fotógrafos y pintores que se han recreado, y lo siguen haciendo, fotografiando eso que incluso los periódicos más importantes de este país siguen difundiendo desde sus páginas de cultura, y que no es nada más que el mantenimiento de unos valores que, se analicen por donde se analicen, no tienen cabida en el mundo actual que la mayoría queremos construir.
Afortunadamente, ARCO no es el arte sino un reflejo del mundo del arte, que es algo muy diferente. Sin duda, entre los diferentes stands de galerías nos vamos a encontrar con diferentes obras en las que los animales son protagonistas, pero eso es fácil y un recurso sencillo que una y otra vez vamos a ver en la historia del arte. Sin embargo, las obras que nos hablen de la dignidad, de la moralidad, de la ética y de la injusticia animal son escasas. Y digo que afortunadamente ARCO no es el mundo del arte pues allí no vamos a encontrar representadas, bien porque sus galerías no ha sido seleccionadas, bien porque los mismos artistas no tienen galería, las obras de los artistas que sí están visualizando y trabajando en este tema, cada vez más urgente en el mundo.
Por mencionar algunas de las obras españolas que allí no veremos, no estarán los retratos que Amparo Garrido lleva realizando durante más de una década a diferentes perros con su proyecto ‘Soy Tú’; ni los paisajes apocalípticos de Santiago Talavera, en los que la naturaleza es violada por un consumismo devastador; o los impolutos dibujos al carbón de Ernesto Casero, que denuncian el especismo darwiniano en el que se sustenta la desaparición atroz de especies animales hoy en día; o las últimas obras de Lino Lago, que abordan directamente la crítica a la ideología carnista que rige el mundo contemporáneo; ni las viñetas contra el maltrato animal de El Roto o las ilustraciones de Roger Olmos; u obras de animalistas convencidos como Ruth Montiel Arias o Juan del Junco, entre tantos otros para los que la lucha animalista es parte de su vida y, por tanto, de sus obras.
Sin duda que habrá obras sueltas en los stands basadas en una temática ecológica pero, en general, ni en ARCO ni en ninguna parte del sistema artístico establecido y convencional existe un ápice de conciencia animalista. En un paseo por aquellos días podrán ver cómo la gente se pasea con abrigos de pieles sin ningún pudor, o con jerseys de angora, o degustan patés sin hacerse ninguna pregunta. Por cierto, no intenten encontrar una oferta vegetariana en las cafeterías o restaurantes a su disposición en aquellos recintos, como ya existen en todos los espacios internacionales de estas dimensiones, pues aquí no sé si no se quieren enterar de que cada vez somos más las personas que no nos alimentamos con animales o es que les trae al pairo este tema, aún a riesgo de hacer menos caja.
Pero las cosas cambiarán o están cambiando y cada vez más personas y, sobre todo, más artistas, están empezando a ser conscientes de que el despiadado uso, abuso y masacre animal del que uno es partícipe por ser parte de esta sociedad es algo que tiene que empezar a desaparecer definitivamente si aspiramos a ser una sociedad éticamente evolucionada. Las cosas llevan un ritmo mucho más lento del que se desearía, pero aquí estamos y cada vez somos más. El hecho de que ahora yo mismo esté escribiendo sobre la relación del arte contemporáneo y la lucha animalista era algo impensable hace tan solo una década. A pesar del clasismo y de la fortaleza del poder de la hipocresía e inmoralidad de todo mercado, para el que todo es válido siempre y cuando produzca beneficio, cada vez menos personas son indiferentes y cada vez más deciden dar pasos que en su conciencia sabían que tarde o temprano tendrían que dar en relación a esta causa.
Un vídeo que no verán en arco, es el que hace una década, Wolfgang Tillmans hizo para un videoclip del grupo Pet Shop Boys. Con una cámara de vídeo familiar filmó por la noche a unos ratoncillos que vivían entre las vías de los trenes del metro londinense. Los pequeños roedores juegan y comen con nuestros restos mientras se oye la canción ‘Home and Drive’, que habla de echar de menos a alguien desde la seguridad del hogar. El vídeo fue censurado por la MTV, pues no tenía imágenes fulgurantes e impactantes y además hacía pensar, y eso es lo último que un medio de comunicación como ese querría que ocurriese. Tillmas quiso mostrar la ternura en esa familia de ratones pero era demasiado real para lo que el medio necesita vender frenéticamente.
Hace un año, Bansky, en Nueva York, alquiló un camión de transporte de ganado y paseó con él por las calles, sustituyendo los animales reales por otros de trapo que gritaban, sabedores de su, aunque esta vez representado, trágico destino. Conciencia, abrir conciencias es lo que uno desea que aporte un verdadero artista en el mundo, abrir conciencia a través de la magia implícita a toda obra de arte, abrir conciencia aprovechando el espacio permisivo del que el arte aún goza, abrir conciencia, pues la sociedad no necesita decorar una y otra vez sus espacios habitables sino profundizar en un avance interior que nos haga ser mayores y mejores hacia dentro de nosotros mismos, con valores que nos engrandezcan y que el arte nos puede siempre ayudar a descubrir. Los que creemos en el poder transformador del arte seguimos soñando y esperando que ésta, como otras causas, afloren y tengan sentido en este espacio tomado como siempre por los de siempre, con el que mantener los valores de siempre decorando los espacios de siempre.