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Kaos. Derechos de los animales
La localidad de Mataelpino, en la sierra de Madrid, decidió hace
cinco años sustituir las vaquillas del encierro por una bola gigante que
recorre las calles del pueblo. 125 kilos y tres metros de diámetro de
poliespan caen calle abajo mientras los habitantes del pueblo corren
delante de ella.
Agencias/Prensa
En Matalpino, una localidad en la sierra madrileña, debido a
cuestiones económicas, y para evitar algún susto, decidieron reducir el
número de encierros con animales. A cambio, los vecinos y curiosos que
se acercan pueden correr delante de la gigantesca pelota. Hay que tener cuidado, son 125 Kilos y tres metros de diámetro de poliespan calle abajo.
La pelota se tira hasta en dos ocasiones. En la primera, es en la que
se la prepara y se la coloca el cencerro. Los niños también tienen su
particular encierro, y corren delante de otras bolas más pequeñas.
La iniciativa fue bien acogida desde el primer momento, excepto para los comerciantes de la zona, quienes han visto reducidos sus ingresos y reclaman la vuelta del encierro taurino.
Este original encierro es ya una tradición en el pueblo. Por el
momento, conviven las dos, aunque la pelota le ha comido terreno al
toro.
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