Eran las siete de la mañana aproximadamente cuando ocho
policías encapuchados vestidos de paisano y dos guardia civiles
uniformados con metralletas se plantaron en mi casa con una orden de
registro. No era el único, once compañeros más, activistas del
movimiento de Derechos Animales en el que llevo involucrado más de una
década corrían la misma suerte que yo. En un operativo sin precedentes,
más de 200 policías se desplegaron en lo que viene a ser el primer golpe
represivo al movimiento de Derechos Animales en el Estado español.
Los
doce activistas pertenecíamos a las organizaciones Igualdad Animal y
Equanimal, ambas conocidas por sus vistosas acciones (irrupciones,
saltos a plazas de toros, sabotajes a la caza, descuelgues, …) y por sus
investigaciones en centros de explotación animal de las que se han
hecho eco tanto medios estatales como internacionales.
Una parte de nuestro activismo se enmarca en lo que se conoce ya
históricamente como Desobediencia Civil y nuestra forma de actuación
siempre es a cara descubierta y pública. Cuando realizamos una
investigación en un centro de explotación animal, tratamos de mantener
temporalmente la máxima discreción para poder asegurar su realización,
pero una vez acabada la hacemos pública con el fin de que la sociedad
conozca lo que les ocurre a los animales en esos lugares donde los
confinan de por vida.
De qué se nos acusa.
Se nos pretende responsabilizar de las liberaciones de miles de
visones que ocurrieron en los años 2007 y 2009 en Galicia, algunas de
ellas reivindicadas por el Frente de Liberación Animal. Para tal
propósito se emplea en nuestra contra como supuestas “evidencias” dos
investigaciones que llevamos a cabo Equanimal e Igualdad Animal
respectivamente en casi la totalidad de las granjas de visones que se
encuentran en la geografía estatal.
Además se nos responsabiliza de toda de una serie de acciones
perpetradas de forma clandestina como sabotajes a infraestructuras de
centros de explotación animal, así como de organización ilícita y
amenazas.
Nuestra forma de hacer activismo, lejos de ser clandestina, es
pública y conocida hasta tal punto que invitamos, siempre que tenemos la
oportunidad, a periodistas que nos acompañan para asegurar la
objetividad de aquello que denunciamos. Mostramos abiertamente quiénes
somos y nos presentamos públicamente en las acciones e investigaciones
que llevamos a cabo.
Es cierto que en ocasiones algunos de nosotros hemos entrado sin
permiso a en las granjas que han sido objeto de nuestras
investigaciones; y por ello se nos acusa también de allanamiento de
domicilio de persona jurídica. Sin embargo, si no hubiésemos traspasado
esos muros la realidad que padecen los animales seguiría siendo
desconocida para la sociedad que no podría tomar decisiones informadas
sobre su apoyo a esta industria, por lo que consideramos que hemos
actuado con plena legitimidad.
Montaje policial, judicial y mediático.
Cuando leí el auto que ordenaba el registro tuve claro de qué iba
esto. Estábamos siendo víctimas de un montaje (policial, judicial y
mediático) cuyo objetivo no era otro que la criminalización de un
movimiento que está poniendo en entredicho a los grandes poderes
económicos que se lucran con la explotación de los animales.
Para tal propósito, los autores de todo este montaje, se sirvieron de
los medios de comunicación con el único fin de vender la gran mentira
del “ecoterrorismo”.
En Euskal Herria, a diferencia de lo sucedido en Madrid, Galicia o
Asturias —los otros tres lugares donde tuvo lugar la redada—, fueron los
GAR los que ejecutaron los registros. No es de extrañar que las únicas
imágenes que se retransmitieron en los medios de comunicación fueran
estas últimas, donde las redadas fueron más espectaculares y el
despliegue era propio de lo que el Estado denomina “operaciones
antiterroristas”.
Calabozos, cárcel y veganismo
Tras los registros, los once activistas detenidos —otro se encontraba
fuera de su domicilio en esos momentos por lo que no llegó a ser
detenido— fuimos trasladados a Galicia en furgones policiales. Quiero
destacar que en todo el trayecto fuimos esposados sin cinturón de
seguridad encerrados en una especie de “jaula metálica”.
Pasamos junto al resto de compañeros tres días en los calabozos hasta
que finalmente fuimos puestos a disposición judicial. Nueve compañeros
fueron puestos en libertad provisional con cargos al cuarto día y para
Eladio, para Olaia y para mí se ordenó la prisión preventiva. En la
cárcel pasamos 19 días hasta que la Audiencia Provincial, gracias a un
recurso que interpusimos, calificó de improcedente la decisión del juez
Vázquez Taín al ordenar la prisión preventiva.
Conociendo el funcionamiento de este tipo de montajes, así como el
trato que suelen recibir los presos políticos represaliados, no
imaginábamos que nuestra puesta en libertad provisional fuera tan rápida
—aunque nos la mereciéramos—. Por ello, una de nuestras principales
preocupaciones era el veganismo en la cárcel.
Respetar a un animal implica rechazar su explotación. Para cada
animal su vida es todo lo que tiene y le importa tanto como a nosotros
la nuestra. La alimentación con productos animales supone acabar con la
vida de un animal además de impedirle que disfrute de la misma. Como
activistas defensores de los animales nos negamos a participar de la
explotación animal y por ello somos veganos.
En la cárcel, además de enfrentarte a los típicos prejuicios de una
sociedad que menosprecia a los animales, te enfrentas a carceleros,
médicos, asistentes sociales, etcétera, cuyo poder, del que generalmente
hacen uso y abuso, les permite ignorar tus peticiones sin ninguna
consecuencia.
Tras varios días sin apenas comer nuestra situación empezó a ser
conocida por el resto de presos. En la cárcel todas las tareas de
mantenimiento las hacen los presos y los encargados de la cocina
comenzaron a separarnos los vegetales del resto de la comida. Aunque
pueda parecer un detalle insignificante para nosotros marcó una
diferencia que supuso poder comer. Nuestra preocupación al respecto
seguía siendo importante pues seguíamos sin satisfacer las necesidades
nutricionales que requiere nuestro organismo.
Fue de agradecer el importante trabajo que realizó la Vegan Prisioners Support Group que
contactó tanto con los cuarteles donde permanecimos varios días
detenidos como con la cárcel para que se nos ofreciera comida y
productos de aseo libres de explotación animal.
Las irregularidades
Todo este proceso ha presentado serias irregularidades. No hemos
podido estar presentes en todo el registro; el juez que instruye el caso
ha obviado nuestra presunción de inocenciay nos ha acusado públicamente
de ser los responsables de los hechos así como de ejercer el terror; la
Audiencia Provincial ha declarado que nuestra puesta en prisión
preventiva no estaba justificada; pocas horas después de los registros
las imágenes de nuestras casas estaban siendo emitidas por los medios de
comunicación violando así el secreto de sumariobajo el cual se
encontraba nuestro proceso.
Todo ha sido orquestado con un único objetivo: confeccionar una
historia para generar “nuevos terroristas” y poder justificar cualquier
maniobra policial y judicial contra nuestro movimiento. Para ello se
sirven de registros espectaculares, detenciones en varios lugares del
Estado, puesta en prisión preventiva de varios activistas y
declaraciones del juez a los medios de comunicación llamándonos
“ecoterroristas”.
¿Qué es eso del “Ecoterrorismo”?
El término “ecoterrorismo” fue acuñado en 1982 por Ron Arnold,
vicepresidente de un grupo de relaciones públicas financiado por las
industrias de explotación animal. El término fue inventado para
desacreditar a quienes atentan contra sus intereses comerciales.
En una declaraciones al New York Times en 1991 decía:
«Nosotros, el Centro para la Defensa de la Libre Empresa, hemos creado un sector de opinión pública donde antes no existía.
Nadie pensaba que el ecologismo fuese un problema hasta que llegamos nosotros.
Nuestro objetivo es destruir y erradicar el movimiento ecologista, estamos muy cansados.
No vamos a aguantar más, vamos muy en serio y lo vamos a destruir.»
Sus intenciones eran claras: el movimiento ecologista y el movimiento
de Derechos Animales son un problema para las empresas que se lucran
con la explotación de los animales y con la destrucción de la tierra y
por ello hay que destruirlos.
El uso del término “ecoterrorismo” viene a seguir el
mismo patrón que el uso del término “terrorismo”: un cajón de sastre
donde poder incluir a cualquier activista que suponga una amenaza para
los poderes económicos y políticos.
La represión a nivel internacional
Todo este golpe represivo forma parte de una agenda internacional
dirigida a destruir al movimiento de Derechos Animales. Nuestro
movimiento cuestiona la explotación de los animales y promueve el
veganismo. Cada persona que deja de participar en la explotación animal
afecta a la demanda y por tanto a las empresas que se lucran con la
explotación y muerte de animales. No estoy hablando de una cantidad
insignificante, solamente en los Estados Unidos el número de veganos
ascienda ya a siete millones sin contar una cantidad aún mayor de
personas que han decidido dejar de comer carne o dejado de usar pieles
fruto de campañas pro-veganismo.
La investigación en granjas peleteras llevada a cabo en Noruega por
la organización Network for Animal Freedom, similar a las
investigaciones que hemos realizado en Equanimal e Igualdad Animal, ha
generado una situación que podría culminar en el cierre de todas esas
granjas. La Organización Empresarial Española de Peletería (OEEP) forma
parte de la Asociación Europea de Criadores de Pieles (EFBA) y es muy
consciente de toda esta situación, por ello no es casual que hace dos
meses escribiera un comunicado titulado “El sector peletero reclama
medidas de sanción ante posibles ataques animalistas” que pedía a la
Delegación del Gobierno que nos vigile:
«Ante las situaciones de coacciones graves que se
producen, impidiendo el ejercicio del derecho fundamental al trabajo,
anteponiendo el ejercicio de la libertad de expresión, vengo a requerir
de la Delegación una vigilancia y prevención de acciones que excedan de
lo legítimo, instando de vosotros el amparo debido a una actividad
empresarial absolutamente legal.»
Con esto alertaban del supuesto peligro que suponía la realización de
una manifestación legal frente a una granja de visones en Madrid
convocada por Igualdad Animal. Tienen miedo a que sus negocios sean mal
vistos por la sociedad y van a hacer todo lo posible para acabar con
nosotros.
LA AEPA Y LA AETA (Animal Enterprise Terrorism Act)
En 1992 varias empresas estadounidenses relacionadas con la
explotación animal se reunieron a modo de lobby con diferentes
representantes políticos para crear una nueva ley, la AEPA, que
convertía en delito cualquier práctica que interfiriese en las empresas de explotación animal,dando al juez libertad para interpretar qué es interferir y qué no lo es.
Bajo esta ley, y a falta de pruebas, seis activistas de SHAC, fueron
condenados a seis años de cárcel por administrar una web. Años más
tarde, en el 2006, las empresas que propusieron la AEPA repitieron los
mismos argumentos —defender sus negocios de los ataques violentos
perpetrados por los defensores de los animales— alegando que la AEPA no
era suficiente con el objetivo de crear una ley aún más dura: la AETA
(Animal Enterprise Terrorism Act). Esta nueva ley define con más
exactitud qué es una “industria animal” pudiendo cubrir más acciones de
los activistas a empresas relacionadas con el negocio. Si“industria animal” es
cualquier negocio relacionado con la explotación animal pudiendo ser
éste desde su agencia de publicidad hasta su empresa de mensajería, y
si “interferir”es un término tan ambiguo que puede
referirse a quien quema un matadero como a quien reparte un folleto
delante de una carnicería, las posibilidades de esta ley de acusarnos a
todos los activistas de “terroristas” son absolutas.
La AETA considera que entrar en una granja sin permiso a grabar la
situación que viven allí los animales es “terrorismo”. Algo que todo
consumidor debería conocer permanece oculto por estas industrias —y es
sólo gracias a activistas que logramos infiltrarnos en dichas
industrias, bien mediante cámaras ocultas o bien entrando sin permiso—
que la situación que padecen los animales sale a la luz y es conocida
por la sociedad.
EUROPA, INGLATERRA, FINLANDIA, ASBO´s E INTERPOL
El 01 de marzo del año 2007 la policía belga y holandesa llevó a cabo
treinta y dos redadas policiales para las que hicieron falta
setecientos agentes en el mayor intento de acabar con el movimiento de
Derechos Animales en Europa que ha tenido lugar hasta la fecha.
Treinta activistas fueron detenidos y dieciséis de ellos fueron
acusados de conspiración por sus campañas pacíficas contra HLS. El 21 de
Enero del año 2009 siete activistas de SHAC UK fueron condenados a once
años de cárcel.
A muchos de los activistas que fueron detenidos se les aplicaron las ASBO´s —medida
introducida por Tony Blair en el año 1998 cuyas siglas hacen referencia
a Orden de Conducta Antisocial— cuya finalidad es restringir ciertas
libertades a las personas que potencialmente pueden cometer algún
delito. Cuando las ASBO´s son dirigidas a activistas
en defensa de los animales se busca penalizar cualquier participación en
una campaña por legal que sea ésta. En el caso de los activistas de
SHAC, cualquier acto o participación en una campaña contra la
vivisección, administrar un sitio web u organizar una reunión podría
significar su entrada o vuelta a prisión.
En un informe de la Europol en el año 2002 titulado Situation in the
terrorist activity in the European Union: situation and trends hay una
cuestión que llama mucho la atención:
En adición a estos ataques —refiriéndose a los sabotajes a
infraestructuras perpetrados de forma clandestina— los activistas
extremistas por los Derechos Animales utilizan métodos de desinformación
para desacreditar a sus objetivos y conseguir la aceptación del
público. Imágenes de animales enfermos y explotados son hechas públicas en documentos audiovisuales.
Se hace referencia a que las investigaciones en granjas de
explotación animal, a las que en ocasiones han acudido periodistas,
pueden ser consideradas prácticas “terroristas”. Esto es de una
alarmante gravedad que pone de manifiesto las intenciones políticas que
están detrás de todo esto cuyo único fin de destruir nuestro movimiento.
En el año 2009 la organización finlandesa Oikeutta Eläimille
(Justicia para los Animales) hizo pública una investigación sobre la
industria de la explotación de cerdos. Esta investigación dió lugar a un
gran debate social y dos años más tarde Karry Hedberg y Saila Kivelä,
dos de los participantes en dicha investigación, reconocieron
públicamente haber grabado las imágenes.
Los granjeros que acusaron a Karry y Saila de “difamación grave” y
para los que pidieron una compensación económica de 180.000 euros ni
siquera se percataron de la incursión de estos activistas en sus granjas
porque en sus visitas ni dañaron la propiedad ni forzaron la entrada.
Finalmente fueron absueltos.
AUSTRIA: LAS MENTIRAS DE LA POLICÍA, INVESTIGACIONES ILEGALES Y ABSOLUCIÓN DE LOS ACTIVISTAS
Hace menos de dos años en Austria tuvo lugar el mayor montaje
policial que ha sufrido el movimiento de Derechos Animales. Se acusaba a
varios activistas de haber perpetrado multitud de acciones y sabotajes
clandestinos ocurridos en los últimos años. Todos estos activistas eran
miembros muy activos de varias organizaciones que participaban en una
exitosa campaña contra Kleider Baüer, la mayor empresa de moda que vende
pieles del país. Los directivos de dicha empresa se reunieron
secretamente con la policía para acabar con las protestas de estos
activistas. Los activistas se negaron a cesar sus protestas pacíficas
contra este negocio apelando a su legitimidad hasta que en la mañana del
21 de mayo del año 2008, unidades especiales de la policía austriaca
irrumpieron en sus hogares arrestando a 10 activistas que fueron puestos
en prisión preventiva.
Se había utilizado por primera vez la ley 278a. Una ley que sólo se
había utilizado contra organizaciones de tráfico de seres humanos y de
narcotráfico se estaba utilizando ahora contra activistas que ejercían
su derecho a la libertad de expresión promoviendo un trato justo con los
animales y protestando pacíficamente en las cercanía de las tiendas de
Kleider Baüer. Amparados por esta ley, la policía espió durante años a
todos estos activistas mediante intervenciones telefónicas, policías
infiltrados, cámaras en sus portales, escuchas en sus hogares,
seguimientos y poniendo localizadores en sus vehículos entre otras
tácticas.
Los activistas pasaron tres meses y medio en prisión preventiva,
incomunicados y con un régimen de visitas controlado. Ante esta
situación, el activista Martin Balluch se puso en huelga de hambre
haciendo uso de la única forma de protesta que le quedaba. En una carta
decía:
“Por otro lado están los archivos policiales que
documentan como yo y la VGT han estado bajo vigilancia policial durante
años; mi móvil fue pinchado, todos mis e-mails fueron leídos y he sido
vigilado continuamente. Que los resultados de estos enormes esfuerzos no
hayan dado la mínima sospecha para conectarme con cualquier acto
punible debería colocarme fuera de cualquier sospecha. Así sería si las
cosas se estuviesen haciendo según la ley, pero de alguna manera parece
que aquí nada se está haciendo según la ley.”
Tras catorce meses de juicio —el juicio más caro de la historia de
Austria— fueron absueltos. La jueza absolvió a los trece acusados y
afirmó que la policía mintió bajo juramento, que había realizado
investigaciones ilegales y escondido algunos resultados de su
investigación.
La legitimidad de nuestro movimiento
Los animales son confinados y esclavizados desde que nacen hasta que
finalmente se pone fin a su vida: se les asesina. Nuestro objetivo es
acabar con la discriminación que sufren los animales que, siguiendo la
misma lógica en la que se basa el sexismo o racismo, recibe el nombre deespecismo.
Da igual tu sexo, tu raza o tu especie, lo que importa es que, si
sientes, si sufres y si aprecias tu vida, mereces que se te respete.
Para avanzar hacia tal objetivo es necesario que la sociedad tome
conciencia de la situación que padecen los animales, razón por la cual
nuestro activismo se centra en dar a conocerla. No se pueden tomar
decisiones sobre algo que se desconoce y que se mantiene
intencionadamente oculto. Las industrias lo saben y por ello intentan
impedir que lo saquemos a la luz y que puedas acceder a esa información.
Nuestros objetivos se contraponen a los intereses de quienes explotan
a los animales. Estos aluden a la “legitimidad” de sus negocios y
nosotros a la legitimidad de nuestro activismo.
Nosotros tenemos muy clara la legitimidad de lo que hacemos:
defendemos a los animales de quienes los esclavizan y luchamos por un
mundo donde se les respete porque su vida es tan importante para ellos
como para nosotros la nuestra. En nuestro movimiento nadie queda
excluido de él y aboga por una idea tan conocida como necesaria: vive y deja vivir.
No se puede decir más alto y no se puede decir más claro. A pesar de
los intereses de las industrias de explotación animal, a pesar de todas
las triquiñuelas políticas y judiciales, a pesar de toda la represión
que estamos sufriendo a nivel internacional el movimiento en defensa de
los animales sigue creciendo y llegando a aquellas personas que ven en
los animales a un igual y que han decidido dejar de formar parte de la
mayor injusticia de la historia, para pasar a formar parte del cambio
social más necesario.
Por los animales.
Eneko Pérez — Activista de Igualdad Animal e imputado en el proceso
INFORMACIÓN DE INTERÉS
SITIOS DE LAS ORGANIZACIONES CITADAS
INFORMACIÓN SOBRE LA REPRESIÓN AL MOVIMIENTO
SITIO WEB DE LA CAMPAÑA DEL PROCESO
En este sitio puedes acceder a toda la información sobre el proceso en el que 12 activistas estamos imputados www.UnidosContralaRepresion.org
SITIO WEB DE WILL POTTER
Un periodista independiente que analiza los intentos de criminalización al movimiento en defensa de los animales www.GreenistheNewRed.com
NOTA: En el artículo utilizo el sexo en masculino para referirme a
seres humanos (evitando utilizar la arroba) así como el término animales
en referencia a los animales no humanos. El objetivo de esto no es otro
que facilitar la lectura evitando la utilización de un lenguaje más
complicado aunque no por ello incorrecto. Todos los animales, humanos y
no humanos, mujeres y hombres, merecemos la misma consideración y el
mismo respeto.