domingo, 1 de febrero de 2009

La realidad de las pieles

La realidad de las pieles

Miles de millones de animales mueren cada año en el mundo por causa de sus hermosas pieles, con el fin de satisfacer la humana "necesidad" egoísta e inútil de vestirse con los despojos de lo que fue un ser vivo.

Primitivamente, las pieles vistieron al hombre para protegerlo de las inclemencias del tiempo, pero poco a poco con el advenimiento de los avances textiles y el desarrollo de diferentes tipos de telas, se ha relegado el uso de las pieles a ámbitos muy puntuales: el abrigo o el tapado de piel como símbolo de status y poder adquisitivo. Sin embargo hoy la industria se ha reinventado para vendernos la piel de animales en accesorios y complementos de moda, a un precio mucho más asequible -y por ende, popular- que los abrigos completamente fabricados de piel.

En España, una de las pieles más rentables es la del visón (que reporta ganancias de 75 millones de euros al año) y el zorro (27 millones de euros al año). Éstos son criados principalmente en granjas de Galicia, Cantabria y Euskadi (Fuente: Ministerio Medio Ambiente). Los mayores productores de pieles en el mundo son Dinamarca, Finlandia, Holanda, Estados Unidos, Rusia y Suecia, según la World Society for the Protection of Animals (WSPA).

Un 85% de los animales son criados en granjas peleteras, bajo estrictas condiciones de control para garantizar pieles de color y calidad "homogénea", con el fin de producir en serie y "gastar" menos cantidad de animales vivos. Son criados en granjas principalmente visones, martas, chinchillas y conejos. El restante 15% corresponde a animales salvajes (zorros o felinos) que son cazados en trampas. Muchos de ellos tratan de huir cercenándose el miembro atrapado, asi como no es extraño que caigan en las trampas animales "de desecho" no deseados para la industria peletera: aves, animales domésticos, gatos, perros, ciervos, linces, etc.

La vida en la granja

Los animales viven encerrados en jaulas de menos de 1 m2, dependiendo de la especie de que se trate. Son alimentados con pienso especial para asegurar la buena calidad de la piel y el rápido crecimiento de los animales para su sacrificio. Este estresante cautiverio, suele enloquecer a especies salvajes acostumbradas a recorrer muchos kilómetros para buscar su alimento, por el aburrimiento y la falta de estímulo y socialización: son frecuentes los casos de movimiento estereotipado, autolesionamiento y autocanibalismo. Las hembras son frecuentemente inseminadas y obligadas a parir crías que se convertirán rápidamente en abrigos o complementos de piel.

Para ejecutar las muertes sin dañar sus pieles, cuando el animal alcanza el tamaño-peso adecuado para obtener pieles de la talla deseada, los animales son gaseados con monóxido de carbono, desnucados o electrocutados vía anal o vaginal. Ninguno de éstos métodos es 100% efectivo y en muchos casos el animal despierta y aún está consciente cuando lo están despellejando.

Para confeccionar un sólo abrigo, se necesitan: 120-150 chinchillas, 200 ardillas, 60 visones, 55 martas, 50 hurones, 35 mapaches, 30 castores, 30 gatos, 25 canguros, 20 zorros, 20 nutrias, 15 linces, 15 ocelotes, 8 lobos, 8 perros, 8 pumas, 8 focas.

Nuestra vanidad no puede justificar semejante nivel de tortura física y psicológica sobre animales inocentes. La tortura y la muerte de seres sintientes no puede, ni debe medirse con parámetros económicos. Digan lo que digan, con las pieles no hay excusas.

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