El Comité de Derechos del Niño expresa su preocupación por la
presencia y la participación de niños, niñas y adolescentes en
espectáculos taurinos.
La resolución de la ONU llega cuando Colombia está inmersa en un proceso de paz y respeto por la vida en general, que debe promoverse desde la infancia.
La resolución de la ONU llega cuando Colombia está inmersa en un proceso de paz y respeto por la vida en general, que debe promoverse desde la infancia.
El caballo de Nietzsche
La Organización de Naciones Unidas (ONU), a través del Comité de los Derechos del Niño, se ha pronunciado de forma expresa
en contra de que los niños participen y asistan a eventos taurinos, y
ha instado a Colombia a apartar a los menores de “la violencia” que
suponen las corridas y las corralejas.
En el marco de su campaña ‘Infancia sin viOLEncia’,
la Fundación Franz Weber presentó en 2014 un informe en el que llamaba
la atención del Comité sobre la existencia en Colombia de eventos
taurinos en los que niños, niñas y adolescentes presencian violencia, y
escuelas de tauromaquia en las que participan de esa violencia, algo que
viola la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, un
tratado de obligado cumplimiento y que es, en la actualidad, la
Convención de Derechos Humanos más ratificada por los poderes
legislativos del mundo.
Esa Convención establece el derecho de todas las
personas menores de edad a un nivel de vida adecuado para su desarrollo
físico, mental, moral y social, así como la obligación de los estados de
adoptar las medidas que aseguren esa protección, algo que no se cumple
en Colombia en el caso de la tauromaquia, según denunciaron varios
miembros del Comité.
En la sesión celebrada en Ginebra
los días 21 y 22 de enero, la delegación enviada por el Gobierno de
Colombia no ofreció explicaciones al Comité sobre las medidas que piensa
tomar para evitar que se sigan vulnerando los derechos de los niños en
esas actividades.
Natalia Parra, delegada de la
Fundación Franz Weber en Colombia, participó en la sesión en Ginebra, y
considera demostrado que “ la violencia de la tauromaquia no solo tiene como víctimas a toros y caballos, sino también a los niños, niñas y adolescentes”.
“En el futuro comprenderemos que todos somos víctimas, de un modo u
otro, de cualquier modelo de violencia tolerada, y mucho más aun la que
es aplaudida”, aseguró.
Parra subrayó que Colombia está inmersa en un proceso de paz, por lo que la resolución no podía llegar en mejor momento: “ la paz y el respeto por la vida en general es una cultura que debemos promover desde la infancia”.
Dado que el Senado de Colombia ratificó la Convención de los Derechos
del Niño, el Gobierno está obligado a aplicarla. “No tiene opciones, es
el garante del cumplimiento de los derechos recogidos en la Convención y
el Comité es el encargado de interpretarla. Las medidas tendrán que ser
aplicadas sin excepción ni excusa”.
En opinión de
Anna Mulà, abogada de la Fundación Franz Weber, “el principio del
interés superior del niño, que es la esencia de la Convención, prevalece
sobre el de diversidad cultural y sobre cualquier interés legítimo que
pudiera entrar en conflicto”.
Esta resolución llega
poco después de la conmoción que supuso dentro y fuera de Colombia el
asesinato de un toro a cuchilladas y golpes durante una corraleja, un
festejo popular en el que son los vecinos quienes “torean” al toro en la
plaza. Pocos días después, en otra corraleja, un caballo herido era
descuartizado vivo.
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