miércoles, 16 de abril de 2014

Comunicado de la Plataforma Iniciativa Animalista y Libera! en relación a la Asamblea Unitaria por la Abolición de los Correbous en Catalunya

¡Ven y participa de este proceso histórico!
Desde la Plataforma Iniciativa Animalista y Asociación Animalista Libera! queremos recordar que somos una de las naciones líderes y precursoras en el mundo con respecto a los derechos de los animales. El Principado de Catalunya es un territorio especialmente sensible al maltrato de los animales no humanos, como así lo demuestra el gran número de asociaciones, organizaciones, protectoras, refugios, etc, que tejen su entramado proteccionista y abolicionista.
La ley de protección animal catalana es una de las más avanzadas del mundo. Se trata de una ley que reconoce a los animales como seres física y psicológicamente sensibles que, entre otras cosas, contempla un endurecimiento de las sanciones para quien maltrate animales y la prohibición del sacrificio de animales domésticos de compañía. La ley de protección de los animales de Catalunya condena cualquier tipo de maltrato, prohibiendo cualquier espectáculo donde se maltrate o mate, pero actualmente mantiene una excepción, entendiendo que los toros utilizados por los espectáculos de los correbous no son sujeto de derecho y los excluye de los derechos que efectivamente tienen. Consideramos que estos hechos deben ser regulados y que la ley no puede admitir esta excepción y ser permisiva con este tipo de violencia.
En Catalunya las reclamas populares lograron la abolición de la tauromaquia mayor, o sea, las corridas de toros donde se torturaba públicamente a un toro hasta la muerte dentro de una plaza. Más del 70 % de la población catalana vive en un municipio declarado libre de circos con animales, lo que precipitó la intervención parlamentaria y permitirá que en los próximos meses se abolezcan en todo el país. Catalunya también ha dicho que no quiere ver animales vivos expuestos como productos en ferias y mercados, son ejemplo la reconversión de todas las paradas de las Ramblas de Barcelona así como las de numerosos mercadillos de comarcas.
Esto nos confronta con una notable contradicción como sociedad, pues aún no hemos erradicado una de las más graves y flagrantes torturas públicas como son los correbous, una cruel tradición que se da en diferentes poblaciones de las comarcas de Tarragona (Terres de fronta con una notable contradicción como sociedad, pues aún no hemos erradicado una de las más graves y flagrantes torturas públicas como son los correbous, una cruel tradición que se da en diferentes poblaciones de las comarcas de Tarragona (Terres de l'Ebre), Barcelona (Barcelonès y Garraf) y Girona (La Selva, Garrotxa y el Alt y el Baix Empordà). En las disposiciones generales de los principios y fines del Decreto Legislativo 2/2008, de 15 de abril, por el que se aprobó el texto refundido de la ley de protección de los animales, se reza que "Nadie debe provocar sufrimientos o maltratos a los animales o causarles estados de ansiedad o miedo", por lo tanto se esta contraviniendo el objeto y la finalidad de la misma ley.
Los correbous no son una tradición exclusiva de las Terres de l'Ebre, ya que también se hacen en seis comarcas más del Principado, en la Catalunya Norte , el País Valenciano y la Sierra de Tramuntana de Mallorca. No son unas celebraciones identitarias, pues en el estado español, portugués y francés también se hacen, así como en varios países de América Latina.
Toda persona que se declare contraria a cualquier abuso de poder cimentado en prejuicios y discriminaciones, pedirá la abolición de los correbous, y lo hará porque sabe que a las personas que los defienden les sobran prejuicios y les falta la ética y los valores morales que la mayoría de la sociedad, la formada por todas las generaciones vivas, siguen o persiguen.
Los taurófilos son una minoría retrógrada, quienes defienden la masculinidad y la dominación del fuerte por encima del débil, la misma minoría que celebra y disfruta de la tortura pública de un ser vivo inocente, y es precisamente por esta rémora que hace que pensemos en los taurinos como los destinatarios de una frase del desaparecido premio Nobel de la Paz, Isaac Bashevis Singer que decía: "la libertad con la que el hombre se adjudica para hacer con otras especies de animales lo que quiere, ejemplifica las teorías racistas más extremas. El principio es: quien tiene poder, tiene razón".
Cualquier persona que presencie la barbarie de los correbous y lo mire con objetividad, tendrá la sensación de haber hecho un viaje a los tiempos más oscuros de nuestro pasado reciente, donde la tradición casposa y la virilidad más vulgar son protagonistas.
La tauromaquia menor es un ritual construido y rodeado de intereses económicos y políticos, de una estética rancia y de mentiras como las relacionadas con decir que "el toro no sufre, que es una tradición, que es cultura, que en nuestras tierras hay mucha afición, la libertad, prohibido prohibir", y otras demagogias.
Las tradiciones son el pasado y sólo hay que mantenerlas si son positivas, respetuosas y educativas, y si no lo son, hay que eliminarlas y cambiarlas por otras, al igual que ha cambiado la tradición del concubinato, pegar en la escuela, las jornadas laborales de 14 horas... y otras que queremos que cambien, como la explotación laboral y sexual de niños y niñas o la lapidación y la ablación a las mujeres.
La cultura no es estática. Nosotros entendemos por arte y cultura la creación, la belleza, la vida... y los correbous, al igual que el resto de festejos con animales, son básicamente destrucción, sufrimiento innecesario, humillación, sangre y muerte. Se repite que hay mucha afición a los correbous en nuestro país y, además de ser falso, todo el mundo sabe que las aficiones se pueden crear, cambiar y manipular según los intereses del sistema y las multinacionales, que no surgen de la nada.
Las diversas administraciones públicas no promocionan con la intensidad debida otras manifestaciones culturales como la música, el teatro, la ópera, las marionetas, los juegos tradicionales, etc... mientras que se derrocha mucho dinero en una afición minoritaria. Las estadísticas hablan de que al 80% de la población no le gusta ni le interesa en absoluto la tauromaquia o bien están radicalmente en contra, sin embargo, quieren hacernos tragar una afición que sólo sigue una minoría y que, afortunadamente, pronto sufrirá un relevo generacional del que no se rehará.
Desde los sectores taurófilos se llama a la libertad para verlo y "al que no le guste, que no lo mire". Es curioso como los que participan de torturar a un ser vivo y disfrutan de la violencia se atreven a hablar de libertad y de derechos. Consideramos que el derecho a la vida está por encima del derecho a la satisfacción y la diversión. Y eso no quiere decir que no nos guste la fiesta, sino todo lo contrario, ahora, lo que no toleramos son las fiestas del sadismo.
Martirizar a los animales provoca que se justifique y se naturalice la violencia de tal forma que queda interiorizada en la gente joven como patrón de conducta. Sin embargo tenemos un modelo de sociedad muy hipócrita. Intentamos enseñar valores en las escuelas, ponemos en marcha planes y proyectos contra la violencia de género, entre iguales, contra el racismo, la homofobia, castigamos a los agresores... pero en la práctica demostramos que maltratar públicamente un animal es éticamente correcto, es legal, divertido, está patrocinado y financiado por la administración pública, y no nos damos cuenta que ninguna cultura avanzada quiere tener relación con la tortura, sino con las manifestaciones pacíficas, creativas y por la vida, sacudiéndose el maltrato basado en tradiciones opresoras. Así pues, si pretendemos una sociedad respetuosa con los demás, multicultural, sostenible e igualitaria, habrá que eliminar toda tolerancia hacia cualquier tipo de violencia, también la violencia contra los animales. Debemos ser conscientes de que mientras no dejemos de ser crueles, la crueldad existirá.
Como decíamos, la general demanda popular para el fin de los correbous no es más que el proceso natural hacia la abolición de la esclavitud y el maltrato animal que todavía se da, de forma pública, en numerosas comarcas de los Països Catalans. Queremos un país libre de tortura, por eso exigimos terminar con la brutalidad de los correbous, el último espectáculo dantesco de sadismo colectivo y público en nuestras tierras, un espectáculo que socializa y educa en la violencia, ensucia las personas y potencia los valores machistas y patriarcales.
Es por todo ello que la Plataforma Iniciativa Animalista y Libera! llamamos a participar de la Asamblea Unitaria que se celebrará en Barcelona el próximo 13 de abril. Están invitadas todas las personas sensibles a la tortura animal de Catalunya, sean del municipio y comarca que sean , a pesar de que estén especialmente convocadas las poblaciones donde se practican los correbous en sus festejos.
En esta asamblea abierta, las compañeras y los compañeros de las Terres de l'Ebre que se han ido reuniendo a lo largo de estos meses, nos explicarán su experiencia y nos abrirán los brazos para unirnos a la lucha por la abolición a nivel de país, donde, entre todos y todas, diremos la nuestra y expresaremos nuestras experiencias locales desde un punto de vista colectivo. Durante la asamblea se tratarán las líneas de actuación, las formas de participación, las propuestas, las dudas, la viabilidad, etc. Por otro lado, se acelerará la elección y la creación de los equipos de trabajo y la coordinación de la campaña abolicionista.
¡Después de la abolición de las corridas de toros, es la hora del fin de los correbous!
¡Ven y participa de este proceso histórico!

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