por Àngel Juanpere
Utilizó una escopeta de balines con disparos a bocajarro en cabeza y ojos, un martillo, navajas y destornilladores.
Tres jóvenes realizaron brutales ataques a una protectora de
animales de Sant Pere i Sant Pau, donde mataron y mutilaron a varios
gatos. Dispararon a los felinos con una escopeta de balines a bocajarro,
principalmente en cabeza y ojos. Pero en su ataque salvaje también
utilizaron un martillo, navajas y destornilladores. En su día fueron
condenados dos menores de edad –de 14 y 15 años–. Ahora, el mayor de 18
años, Joel R.G., se ha conformado con siete meses y medio de prisión por
un delito de maltrato animal y multa de 270 euros por un delito de
ocupación de inmuebles. En materia de responsabilidad civil tendrá que
indemnizar a la Associació Refugi la Perla con 253 euros por los gastos
veterinarios y 3.000 por los daños morales. Así lo recoge la sentencia
dictada por un Juzgado de lo Penal de Tarragona.
La sentencia declara probado que el acusado, Joel R.G., aficionado al
deporte conocido como airsoft, en compañía de los menores de edad –ya
condenados– entre el 15 y el 21 de noviembre de 2008 accedió en diversas
ocasiones al refugio, un cobertizo de acogida y residencia de animales
abandonados, principalmente gatos. Mutiló y torturó hasta la muerte en
la mayoría de los casos a muchos de los felinos que allí se encontraban.
En el relato de los hechos que recoge la sentencia se indica que en la noche del 15 de noviembre accedió al refugio por la ventana y disparó reiteradamente a muy corta distancia con una escopeta de aire comprimido a la cabeza de cuatro gatos. Uno resultó muerto; los otros tres, gravemente heridos.
En el relato de los hechos que recoge la sentencia se indica que en la noche del 15 de noviembre accedió al refugio por la ventana y disparó reiteradamente a muy corta distancia con una escopeta de aire comprimido a la cabeza de cuatro gatos. Uno resultó muerto; los otros tres, gravemente heridos.
Al día siguiente hirió de disparos al menos a un gato. En la noche
del 17 disparó a un gato y le aplastó el cráneo con algún objeto
contundente. Además, hirió con un arma blanca en la pata a otro animal y
lo mató a perdigonazos en la cabeza. También remató con disparos en la
cabeza a uno de los gatos que había resultado herido el día anterior.
A las siete y media de la tarde del día 19 registró el interior del refugio, del que huyó al acudir un miembro de la asociación.
Sacrificio
Al día siguiente rompió el candado y la cadena de acceso al refugio.
Sacrificó tres gatos, que luego colocó en hilera delante de la casa. A
uno de ellos lo mató clavándole un destornillador entre las costillas. A
otro, que había estado recibiendo disparos todos los días, lo mató
disparándole y golpeándole la cabeza. Finalmente a un tercero lo mató a
golpes y le arrancó la mandíbula. Murió de dolor.
Durante los días 22 y 23 de noviembre fueron hallados muertos varios
gatos que el acusado había herido o matado el día o días anteriores. Es
el caso de una gata que fue hallada degollada –presentaba un corte en
la mandíbula, una herida abierta en el tórax y mutilación de la oreja–
sobre una uralita. También mató a una joven gata golpeándole la cabeza
con un objeto contundente.
Dos de los gatos heridos y que no habían muerto tuvieron que ser
sacrificados por el veterinario por razones eutanásicas ya que padecían
terribles sufrimientos que no podían ser aliviados, como el caso de un
felino que tenía los globos oculares reventados. Otro murió al cabo de
una semana tras la infección subsiguiente a una perforación ocular que
no pudo superar.
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