miércoles, 1 de enero de 2014

El cruel comercio con el producto animal

El trafico de animales se ha convertido en un gran negocio para las tiendas

“El club de los mimados” es el slogan de “Mister Guau”, una cadena especializada en el comercio con animales y la venta de productos para ellos. No es un secreto que muchos de los perros ofertados en las tiendas provengan de países de Europa del Este, de hecho lo indica en la etiqueta de precio. Lo que mucha gente desconoce a la hora de comprar es el sufrimiento que hay detrás de este negocio y el camino que recorrieron los perros para llegar al escaparate. Los animales se crían en “fábricas de cachorros” de la República Checa, Eslovaquia y Hungría, entre otros, donde las hembras malviven hacinadas en jaulas, condenadas a parir toda su vida para satisfacer la demanda de perros de raza en países europeos como España. Cuando ya no “sirven”, son abandonadas a su suerte o asesinadas. Se estima que cada año llegan unos 200.000 perros de estos criaderos a España. La asociación Amnistía Animal advertía el pasado diciembre que un 70% de estos animales murieron antes o al llegar a su destino.
La organización por los Derechos de los Animales Libera ha llevado a cabo en los últimos meses una investigación sobre el comercio de animales. Pudo obtener testimonios de nueve familias que compraron animales en Mister Guau y que al poco tiempo fallecieron debido a distintas enfermedades o bien siguen en costosos tratamientos veterinarios de por vida. Junto a esas familias afectadas han presentado una denuncia colectiva por infracción grave de la ley de protección de los animales contra la cadena “Míster Guau” que cuenta con un total de 16 tiendas en Catalunya, Valencia y Zaragoza.
Las enfermedades que presentaron las víctimas son: enfermedades congénitas hereditarias, displasia de cadera, enfermedades víricas graves con resultado de muerte o tratamientos veterinarios de por vida, falta o malformación de órganos internos, minusvalías físicas como sordera y ceguera, hongos, problemas oculares, afecciones cardíacas y trastornos emocionales y de comportamiento.
Por falta de un organismo europeo que controle el bienestar de los animales o una ley que los proteja, es totalmente legal que se importen perros de otros países. Sin embargo, para el ingreso a España es obligatorio que el perro tenga la vacuna antirrábica, la cual se debe de poner a partir de los 7-8 semanas de vida del animal. Si se aplica antes, el cachorro no produce sus propios anticuerpos, generando así un riesgo para el cachorro. A pesar de ello, hay veterinarios que se encontraron con cachorros que según su cartilla han sido vacunados con 30 días de vida.
Un grupo de veterinarios independientes de toda España hizo un informe –incluido en la denuncia- en el que resalta: “Estos cachorros presentan documentos en los que se falsifican las fechas de nacimiento y los tratamientos preventivos que se dice que han recibido, aún estando, en ocasiones, firmados por veterinarios colegiados de sus países de origen. Así nos encontramos con perros parasitados, pese a haber recibido, en teoría, los tratamientos adecuados, y perros con vacuna de rabia, cuando por su edad está prohibida y por tanto contraindicada. Estamos seguros que estos animales nunca fueron vacunados contra el virus rábico, dato que podría ser constatado a través de la determinación de anticuerpos vacunales. Esto es un hecho especialmente grave, ya que nos podríamos ver abocados a la introducción de rabia en nuestro país, en el que está oficialmente erradicada.”

La corta vida de Simba
Simba era un cachorro labrador. A poco de haberlo comprado y una vez llegado a casa, empezó a darse golpes contra las paredes. Resultó que Simba era ciego. Es muy poco probable que Mister Guau hubiera desconocido esta realidad con tan solo un poco de seguimiento al cachorro. Según los veterinarios del centro, la ceguera de Simba no tuvo solución, ofreciéndole a la familia cambiarlo por otro, como si de un mero objeto se tratara, sin tomar en cuenta el vínculo emocional que se ya se había creado entre ellos. La familia fue en busca de ayuda de otros veterinarios, conllevando gastos importantes, pero al final, Simba fue eutanasiado.
Cuando un animal, después de la compra, resulta enfermo existe una garantía de compra que cubre ciertos tratamientos en función de las enfermedades y el tiempo que ha pasado. Si el tratamiento supera los costes cubiertos por la garantía, y el comprador pide una compensación económica mayor por la enfermedad del animal, Mister Guau hace firmar a los compradores un acuerdo económico, en el cual a partir de ese momento queda exento de toda responsabilidad. Muchas familias firman este acuerdo porque les proporciona dinero, que necesitan para hacer frente a los gastos veterinarios aunque no cubran todos los costes ocasionados. La gran mayoría de los afectados no lleva sus reclamos a la justicia, pensando que la firma de la compensación económica no los habilita para hacer un reclamo judicial. Pero no es cierto. Rosi Carro, activista de la organización Libera, lo explica: “Mucha gente no lo tiene claro, tiene miedo. En este país no estamos muy acostumbrados a hacer uso de nuestros derechos, entonces la gente no actúa.”
Míster Guau se le declaró culpable en 8 de los 9 casos denunciados y se le impuso una multa de 3.208€ por graves infracciones de ley de protección animal. Sin embargo, el objetivo de Libera no es que se castigue con más multas a Mister Guau, sino invitar a la sociedad a una reflexión profunda y que la administración catalana tome medidas para prohibir la venta de animales –para lo que se ha creado una petición a través de Change.org para España y Catalunya-. La mayoría de tiendas investigadas en Barcelona no cumple con los requerimientos establecidos en la ordenanza de tenencia, venta y protección de los animales. “Una vitrina no es un lugar para un cachorro. La venta de animales implica necesariamente un sufrimiento”, prosigue Carro. Lo que propone Libera es convertir las tiendas de venta de animales en centros de adopción que colaboren con las protectoras locales, modelo que ya existe en los Estados Unidos.

Más de 100.000 perros abandonados en España en 2010
En nuestra sociedad de consumo no extraña que aún mucha gente acuda a criaderos o tiendas de mascotas para elegir su animal de compañía sin pensar que hay otras soluciones más éticas. Las protectoras y perreras están repletas de animales, en todos los colores, de todas las razas, tamaños y edades. Según el último estudio de la Fundación Affinity, el año 2010 hubo un total 109.074 perros abandonados en toda España. El cambio de domicilio, la pérdida de interés por el animal, el fin de temporada de caza o la falta de tiempo son factores que motivan al abandono del animal. Pero quizá el mayor factor es la cría no controlada de los particulares, camadas que terminan llenando las perreras. En 2010, el estudio de Affinity documentó el sacrificio de más de 17.000 perros en 2010, aunque se sabe que el número es mayor.
El estado español que en cuanto a leyes de protección de los animales es uno de los menos avanzados de Europa y al mismo tiempo uno de los países con mayor indicios de abandono, gasta dinero en sacrificios y “perreras de exterminio”, sin tratar la raíz del problema e invertir dinero en la concientización de la población o en programas de castración. Este trabajo lo llevan a cabo las asociaciones animalistas que trabajan sin subvenciones y con muy pocos recursos contra el abandono. Inma Gallardo, presidenta de la asociación pro-adopción de animales abandonados Save a Life, afirma que en Barcelona se nota cierto auge de adopciones: “Desgraciadamente la crisis está afectando a todos, y el único lado bueno, es que también se nota en el bolsillo de quien quiere un perro. Igualmente hay mucha gente que empieza a concienciarse, a esterilizar y a buscar uno en adopción, antes de comprar”, afirma Gallardo.

La adopción es la respuesta
Un estudio reciente entre los usuarios de Animalvitae, una plataforma para fomentar el respeto hacia los animales, también afirma esta tendencia, que documenta que el número de adopciones en España superó por primera vez el de las compras. Parece que el esfuerzo y el trabajo de las asociaciones por los derechos de los animales está empezando a dar frutos y cada vez hay mayor sensibilidad y conciencia de la población hacia los derechos de los animales.
En la perrera municipal CAAC de Barcelona conocimos a Víctor y Maite junto a sus hijos. Han venido para darle un hogar a uno de los abandonados. Para ellos, la compra nunca fue una opción. Después de pasar por las jaulas, deciden sacar a pasear a uno de los perros para conocerle un poco mejor. Rex es el afortunado, que después de media hora de paseo por las afueras de la perrera, conquista el corazón de la familia. Al subir al coche, aún un poco desconfiado, pues todavía no entiende que nunca más tendrá que volver a la jaula y que hoy, después de varios meses de espera en la perrera, para él empieza una nueva vida. Esperemos que haya muchos más.


Este reportaje fue el proyecto final de la alumna Kati Sauter para el curso “Fotoperiodismo Libre” del pasado año 2012/2013. Aquí puedes ver el reportaje completo y todos los trabajos que se presentaron.

Fuente: DATECUENTA

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