miércoles, 20 de noviembre de 2013

Millones de espárragos fritos


El B.O.E. de hoy nos trae la triste noticia de la corrupción gubernamental, la cual decide apoyar y financiar las corridas de toros en el estado español
MILLONES DE ESPÁRRAGOS FRITOS

Mi buenos días de hoy hay sido el B.O.E., miercoles 13 de noviembre del año en curso, el cual se inaugura citando a Alfonso X el Necio -tanto como todos los reyes de la historia-, para justificar que el gobierno en curso le ha puesto un escudo antimisiles y un traje de antidisturbio -ataviado del pertinente arsenal, supongo- a las corridas de toros en la Península Misérrima, vulgo mi querida Ejjjpaña.
En el maldito B.O.E. se menciona que la tauromafia supone cierta ¨identidad colectiva¨ la cual para empezar no me afecta a mí ni al setenta y tantos por ciento de las nacidas en la península, que no nos gusta el asesinato en ágora, por mucha fanfarria que le adjunten. Parece ser que el concepto de cultura y colectividad están también secuestrados, como la democracia, las pobres están siendo violadas y torturadas en los hemiciclos de la geografía ibérica, y aquí paz y luego gloria.
Será por porcentajes de colectividad que la casi totalidad de la población está sanamente también en contra de los recortes en Sanidad y Educación, los dos pilares fundamentales de la sociedad de derecho, la garantia de los cuales da sentido a los estados, y sin los cuales no se puede hablar de Politica nacional sino de Terrorismo Institucional. La Tauromafia sólo puede haber sido defendida de este modo por medio del terror burocrático, ese que empuja por la ventana y ahorca en la calle a las abuelas que no pueden pagar su vivienda. No hay dinero para gasas esterilizadas, pero sí para estoques y banderillas.
Unas pocas personas, armadas hasta los dientes, en armonia al golpe de estado que se está cometiendo contra el país con el dinero robado al pueblo, han decidido dar parte de ese monto a una actividad fraudulenta, tradicionalmente fascista, vomitiva y muy muy muy ejjpañola como es la tortura, linchamiento y descuartizamiento ese magnífico mamífero herbívoro ungulado artiodáctilo, el toro. Quizás están empujando a la gente a una nueva guerra civil, lo digo porque de apretar tanto la tuerca, el perno se parte. Y ya saben ustedes lo que sucede cuando los pernos se parten, que la máquina se detiene.
Si hablamos de colectividades en la Ejjjpaña contemporánea no podemos obviar fácilmente al buen porcentaje de personas que estarían a favor de regresar a la pena de muerte ( se empezaría con las etarras y las pedófilas, pero nunca se sabe dónde se acaba..., que ancha es Castilla...), pero eso sería una cromañonería y no se decretaría el volver a ello, por muy identitaria de la cultura europea que haya sido. Y digo lo mismo de la defenestración de las disidentes a la fe católica y la pirofília del cardenal Torquemador. Gran tradición la del fuego.
Ejjjpaña es un país de diversidad y contrastes, dice el B.O.E., ahí le ha dado, seguramente por eso se ha ninguneado la investigación seria de los cientos de crímenes de las diversas organizaciones fascistas y racistas cometidos desde la caída del franquismo (por shock endotóxico), porque pese a esa modélica transición que dícen que tuvimos, se siguen manteniendo comportamientos como el mencionado en el B.O.E., de carácter identitario.
Pero lo nefasto de la imposición, el intríngulis, no es esa sarta de loas y epopeyas heróicamente  atribuídas a la actividad tauromáfica, sino el meollo del asunto, lo único que importa al lobby taurófobo: la obligación institucional y administrativa de financiar la cría de toros y su ejecución en plaza pública. Hablamos de miles de millones de euros, no es propina, los que teóricamente faltan para que la cirujana salve una vida, una niña salga menos tonta de la escuela o una abuela decida no reventarse contra la calzada porque un gobierno corrupto y fascista haya decidido que salvar bancos y condenar toros forma parte de la identidad cultural de una nación, la cual a estas alturas ya empieza a heder a mierda. Con perdón de las coprófobas, si las hubiera.
Con el maldito B.O.E. se criminaliza sucintamente como atentado a la libertad y a la idiosincrasia nacional el protestar contra la tauromafia, de modo que pudiera ser que vestir una camiseta en contra de las corridas de toros supusiera un agravio mayestático contra la seguridad nacional, siendo penalizado mediante leyes contra el ¨ecoterrorismo¨, otro invento fascista.
Por eso y para comenzar una propondría manifestaciones multitudinarias en la calle, en cada ciudad, exigiendo toros vivos, ancianas vivas, gente bien tratada sanitariamente y niñas escolarizadas, todo en uno, creo que debiera ser la primera respuesta de la sociedad española, contra la estupidez estatal y el lobby taurófobo. Boicot a las empresas que favorecen la tauromafia, tolerancia cero al asesinato, y mandar de una vez por todas a esa ejjjpaña casposa y diarréica, fascista y ecocida, a freir espárragos. Millones de espárragos.

Xavier Bayle

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