por Xavier Bayle
El B.O.E. de hoy nos trae la triste noticia de la corrupción
gubernamental, la cual decide apoyar y financiar las corridas de toros
en el estado español
MILLONES DE ESPÁRRAGOS FRITOS
Mi buenos días de hoy hay sido el
B.O.E., miercoles 13 de noviembre del año en curso, el cual se inaugura
citando a Alfonso X el Necio -tanto como todos los reyes de la
historia-, para justificar que el gobierno en curso le ha puesto un
escudo antimisiles y un traje de antidisturbio -ataviado del pertinente
arsenal, supongo- a las corridas de toros en la Península Misérrima, vulgo mi querida Ejjjpaña.
En el maldito B.O.E. se menciona que la tauromafia supone cierta ¨identidad colectiva¨
la cual para empezar no me afecta a mí ni al setenta y tantos por
ciento de las nacidas en la península, que no nos gusta el asesinato en
ágora, por mucha fanfarria que le adjunten. Parece ser que el concepto
de cultura y colectividad
están también secuestrados, como la democracia, las pobres están siendo
violadas y torturadas en los hemiciclos de la geografía ibérica, y aquí
paz y luego gloria.
Será por porcentajes de colectividad
que la casi totalidad de la población está sanamente también en contra
de los recortes en Sanidad y Educación, los dos pilares fundamentales de
la sociedad de derecho, la garantia de los cuales da sentido a los
estados, y sin los cuales no se puede hablar de Politica nacional sino
de Terrorismo Institucional. La Tauromafia sólo puede haber sido
defendida de este modo por medio del terror burocrático, ese que empuja
por la ventana y ahorca en la calle a las abuelas que no pueden pagar su
vivienda. No hay dinero para gasas esterilizadas, pero sí para estoques
y banderillas.
Unas pocas personas, armadas hasta los
dientes, en armonia al golpe de estado que se está cometiendo contra el
país con el dinero robado al pueblo, han decidido dar parte de ese monto
a una actividad fraudulenta, tradicionalmente fascista, vomitiva y muy
muy muy ejjpañola como es la tortura, linchamiento y descuartizamiento
ese magnífico mamífero herbívoro ungulado artiodáctilo, el toro. Quizás
están empujando a la gente a una nueva guerra civil, lo digo porque de
apretar tanto la tuerca, el perno se parte. Y ya saben ustedes lo que
sucede cuando los pernos se parten, que la máquina se detiene.
Si hablamos de colectividades en la
Ejjjpaña contemporánea no podemos obviar fácilmente al buen porcentaje
de personas que estarían a favor de regresar a la pena de muerte ( se
empezaría con las etarras y las pedófilas, pero nunca se sabe dónde se
acaba..., que ancha es Castilla...), pero eso sería una cromañonería y
no se decretaría el volver a ello, por muy identitaria de la cultura
europea que haya sido. Y digo lo mismo de la defenestración de las
disidentes a la fe católica y la pirofília del cardenal Torquemador.
Gran tradición la del fuego.
Ejjjpaña es un país de diversidad y
contrastes, dice el B.O.E., ahí le ha dado, seguramente por eso se ha
ninguneado la investigación seria de los cientos de crímenes de las
diversas organizaciones fascistas y racistas cometidos desde la caída
del franquismo (por shock endotóxico), porque pese a esa modélica
transición que dícen que tuvimos, se siguen manteniendo comportamientos
como el mencionado en el B.O.E., de carácter identitario.
Pero lo nefasto de la imposición, el
intríngulis, no es esa sarta de loas y epopeyas heróicamente atribuídas
a la actividad tauromáfica, sino el meollo del asunto, lo único que
importa al lobby taurófobo: la obligación institucional y administrativa
de financiar la cría de toros y su ejecución en plaza pública. Hablamos
de miles de millones de euros, no es propina, los que teóricamente
faltan para que la cirujana salve una vida, una niña salga menos tonta
de la escuela o una abuela decida no reventarse contra la calzada porque
un gobierno corrupto y fascista haya decidido que salvar bancos y
condenar toros forma parte de la identidad cultural de una nación, la cual a estas alturas ya empieza a heder a mierda. Con perdón de las coprófobas, si las hubiera.
Con el maldito B.O.E. se criminaliza
sucintamente como atentado a la libertad y a la idiosincrasia nacional
el protestar contra la tauromafia, de modo que pudiera ser que vestir
una camiseta en contra de las corridas de toros supusiera un agravio
mayestático contra la seguridad nacional, siendo penalizado mediante
leyes contra el ¨ecoterrorismo¨, otro invento fascista.
Por eso y para comenzar una propondría
manifestaciones multitudinarias en la calle, en cada ciudad, exigiendo
toros vivos, ancianas vivas, gente bien tratada sanitariamente y niñas
escolarizadas, todo en uno, creo que debiera ser la primera respuesta de
la sociedad española, contra la estupidez estatal y el lobby taurófobo.
Boicot a las empresas que favorecen la tauromafia, tolerancia cero al
asesinato, y mandar de una vez por todas a esa ejjjpaña casposa y
diarréica, fascista y ecocida, a freir espárragos. Millones de
espárragos.
Xavier Bayle
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