Y cuando el maltrato está subvencionado
“El torero José Antonio Canales
Rivera condenado como respossable de un delito de maltrato animal, al
haber provocado a su caballo heridas sangrantes y profundas en el hocico
con un artilugio de castigo…”.
Ay José Antonio, ¿cómo se atreven a condenarte?, tú y yo sabemos que lo has hecho por amor a tu caballo, ¿verdad que sí maestro?
Como por amor le clavas al toro la
divisa y lo empujas a una plaza de la que le será imposible huir, aunque
lo desee, aunque lo necesite, aunque nunca quiera combatir.
Como por amor le destrozas al toro
músculos, tendones, ligamentos, nervios, venas y arterias con la puya
además de producirle daños respiratorios y neurológicos.
Como por amor se fractura el toro los huesos de su cráneo en el “crimen del estribo del picador”.
Como por amor las banderillas se hunden
allí donde poco antes estuvo escarbando la pica, acrecentando las
heridas, las hemorragias y el terrible dolor del toro.
Como por amor atraviesas al toro con el
estoque perforando cavidad torácica, pulmón, diafragma y, a veces,
incluso hígado y panza.
Como por amor llegas a introducirle la
puntilla hasta ocho veces porque las siete anteriores no acertaste con
el sitio adecuado y el toro no dobló las manos. Y eso tú, que eres un
profesional curtido en mil ruedos.
Como por amor mutilas el cuerpo agonizante del toro.
Como por amor el toro llega a veces inmóvil pero todavía vivo al desolladero.
Como por amor tú sales a hombros de la plaza y él lo hace a rastras.
Sí, seguro que el haberle colocado a tu caballo serretas vivas en su hocico fue porque lo amas con locura.
Hay padres, profesores, periodistas,
políticos, que juran que eres un héroe, un ejemplo, un modelo a imitar
para la infancia y la juventud. Y como tal te ensalzan y ofrecen espacio
público, tiempo público y mucho dinero público.
¿Lo harán porque aman a los niños y a los jóvenes? ¿Por qué los aman como tú amas al toro y al caballo?
Decía Jean Paul Sartre que la violencia,
sea cual sea la forma en la que se manifieste, es un fracaso. Cuando
encima se glorifica ejercida sobre inocentes es el más canalla de los
actos.
Y no, no hay amor. Sólo hay estupidez, cobardía y crueldad. Y muchísimo cinismo.
Y no, no hay amor. Sólo hay estupidez, cobardía y crueldad. Y muchísimo cinismo.
Julio Ortega Fraile
Coordinador Plataforma “Manos Rojas”
@JOrtegaFr
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