sábado, 19 de octubre de 2013

Pero, ¿dónde ves tú la educación y la diversión?



¿En un negocio miserable que explota a víctimas y lucra a canallas?
¿Cargos en su contra? Cero.
¿Argumentos preliminares? Ninguno, porque no hay delito.
¿Abogado? No tienen.
¿Declaración de testigos? Fase probatoria de qué acusación ¿Testigos de qué crimen? ¿Testigos de nada?
¿Alegatos finales? ¿Y quién podrá proporcionarlos cuando no existe defensor y el reo no puede hablar? No, nunca hay alegatos finales.
¿Instrucciones del jurado? Cómo explicar un juez que no es juez sino empresario, a un jurado que no es jurado sino cómplices asalariados, conceptos como culpabilidad más allá de toda duda razonable.
¿Deliberación del jurado y veredicto? Los participantes no analizan, no reflexionan, no debaten y deciden. Sólo obedecen y cobran. El veredicto estaba escrito desde mucho antes. Desde antes incluso de nacer el acusado de nada.
¿Recursos? No ha lugar. ¿Ante quién presentarlos? ¿En base a qué fundamentos legales interpornelos? Porque los morales aquí no importan.
¿Sentencia? Cadena perpetua.
Convictos para los que no hubo juicio.
Prisioneros para los que no habrá revisión de condena ni libertad condicional.
Por carecer hasta carecerán de los derechos de los encarcelados...
No se preservará su intimidad y dignidad.
Para ellos no habrá revisión de condena ni libertad condicional.
Nadie velará por su salud física y mental más allá de lo que exija la cuenta de resultados del negocio. Cuando no resulten rentables podrán ser confinados en los sótanos de las instalaciones hasta su muerte, vendidos a un establecimiento de inferior categoría o sacrificados.
No podrán relacionarse con sus iguales en el exterior. Sólo podrán hacerlo con los visitantes que pagan para que todo, todo lo anterior, siga ocurriendo.
Probablemente no existe una definición más amplia y exacta de ausencia de justicia que los zoológicos.

Julio Ortega Fraile
Coordinador Plataforma "Manos Rojas"
@JOrtegaFr

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