En la alimentación vegetariana estricta no se consumen derivados como leche, huevos o miel
Los nutricionistas aceptan este tipo de régimen aunque exige tomar suplementos vitamínicos
En el vaso de leche del desayuno, los veganos ven las ubres de la
vaca conectadas a una máquina extractora. El chuletón en su punto de la
comida les recuerda que hubo una vez un cerdo hacinado junto a otros
comiendo anabolizantes y retozando en sus excrementos. En la tortilla de
la cena, los veganos ven gallinas apiladas, con la luz encendida no
vaya a ser que duerman, dejen de comer, crecer y producir. Lo ven y,
como no les parece justo, no lo comen.
A diferencia de la dieta vegetariana, el veganismo es una forma de
vida a la que cada vez se apunta más gente en España, con una ética que
rechaza cualquier tipo de explotación animal ya sea en la industria de
la alimentación, del entretenimiento o en la ciencia.
“De pequeño, a mí tampoco me gustaban las verduras”, explica Toni
Rodríguez, cocinero vegano que no utiliza en sus recetas ningún producto
procedente del animal incluyendo derivados como la leche, los huevos o
la miel. Con 26 años tiene una pastelería en Barcelona, planea abrir un restaurante en Madrid y acaba de publicar un libro de recetas.
Mientras prepara una receta dulce y otra salada para EL PAÍS, Rodríguez
cuenta que siempre le habían parecido crueles las corridas de toros
pero un vídeo le hizo tomar conciencia de que los mataderos de cerdos no
lo eran menos.
La palabra 'vegano' se acuñó en los años cuarenta para diferenciar a los vegetarianos estrictos de los laxos
De este tipo de imágenes está llena la web del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA),
en el que todos los miembros de la junta directiva son veganos. Fundado
en 2003 con la intención de influir en los gobernantes pero no de tomar
el mando, el único partido de defensa de los derechos de los animales
en España ha ido multiplicando sus votantes en cada cita electoral a la
que ha acudido.“En nuestros programas electorales defendemos el
veganismo y el vegetarianismo y pedimos que se incluyan dietas de este
tipo en colegios públicos, instituciones penitenciarias, hospitales,
etc..", explica Silvia Barquero, portavoz del partido que atribuye a la
“injusta” Ley Electoral el hecho de no tener todavía representación en
el Congreso a pesar de haber alcanzado 102.144 votos en las Elecciones
Generales de 2011.
Jasmijn de Boo
también fundó un partido político en Reino Unido con el nombre Animal
Counts (los animales cuentan), pero cansada del impenetrable
bipartidismo pensó que podría aportar más desde otro tipo de
organización. Desde 2011 dirige la Vegan Society,
fundada en los años cuarenta por Donald Watson, uno de los dos
vegetarianos estrictos que habían acuñado poco tiempo antes la palabra
vegano para diferenciarse de aquellos que consumían derivados de la
explotación animal. La organización tiene un programa online que se llama Vegan pledge
(compromiso vegano) en el que pueden apuntarse las personas que quieran
probar este tipo de alimentación entre una semana y un mes.
¿Es sana la dieta vegana?
La Academy of Nutrition and Dietetics
americana emitió en 2009 un informe en el aseguraba que, tanto la dieta
vegetariana, como su versión estricta, son saludables para todas las
edades incluido el embarazo, la lactancia, la infancia y la
adolescencia. Este informe, corroborado por la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas,
que representa a más de 2.500 facultativos, especifica que este tipo de
alimentación debe estar "bien planificada" ya que puede presentar
carencias de hierro, calcio y vitaminas D y B12.
La más peligrosa es esta última. La B12 se encuentra en la carne roja
y es fundamental para el funcionamiento neuronal, de manera que
aquellos que deciden adoptar una dieta vegana deben tomarla como
suplemento alimenticio.
En 2011 una pareja francesa vegana fue condenada a una pena de prisión por negligencia
tras la muerte de su bebé por la falta de esta vitamina. La madre no
había tomado B12 ni antes ni durante el embarazo y el juicio concluyó
que esto fue determinante para el fallecimiento del niño, según explica
el abogado del matrimonio, Stéphane Daquo. Desde Entonces, Sergine y
Joel Le Moaligou, que ya tenían otra hija de 13 años, han vuelto a tener
un bebé. "Continúan con la dieta vegana pero bajo la estricta
supervisión de un médico y de un juez de menores", cuenta el abogado, y
"el niño se encuentra en perfecto estado de salud".
Sin llegar a casos tan extremos, en España hay discrepancias entre los expertos. La nutricionista Nuria Pardillo
no recomienda la dieta vegana. Considera que a largo plazo puede ser
perjudicial para la salud. "A partir de los 45-55 años empiezan a
encontrarse agotados y a tener problemas de absorción", cuenta Pardillo y
lo justifica ya que, por ejemplo, "para conseguir el hierro que hay en
100 gramos de carne habría que comer medio kilo de espinacas". "Somos lo
que comemos", concluye la especialista, "pero no ahora, sino dentro de
unos años".
Una alimentación con base filosófica
No hay cifras sobre el número de veganos que hay en el mundo, ni tampoco en España. Pero las asociaciones de protección de animales aparecen en segundo puesto, por detrás de las de derechos humanos, cuando el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pregunta a los españoles sobre las organizaciones que despiertan su simpatía.
El profesor de filosofía moral y política de la Universidad de Santiago de Compostela, Oscar Horta, aporta el concepto de especismo,
acuñado en los setenta por el psicólogo Richard D Ryder, que
equipararía el desdén del hombre hacia los animales con el racismo o el
sexismo. "En el pasado estas discriminaciones se consideraban algo
normal. Lo que planteamos es que, en el caso de los animales, debe
producirse una evolución semejante", explica Horta, y añade que ahora a
"la mayoría de la gente le resulta extrañísimo que tengamos que respetar
a los animales de la misma forma que a las personas".
Al argumento de que los animales carecen de razón y pensamiento
consciente, el profesor tiene la respuesta preparada: "Hay humanos que
tampoco poseen estas capacidades, como los niños o las personas con
alguna discapacidad intelectual. Por eso la inteligencia no es un motivo
para no respetar a los animales", sentencia Horta. Alegando que podamos
sentir más empatía por nuestros iguales que por los animales, responde
que "con esa afirmación justificaríamos también el racismo y el
sexismo". "Nosotros damos nuestros argumentos y nuestras razones. Luego
la gente decide".
Una web que hace felices a las vacas
Después de criarse con una alimentación típicamente americana, Eric Brent dijo basta a las hamburguesas, a las pizzas peperoni
y a las lasañas congeladas y se fue a viajar por el mundo. Se dio
cuenta de que era muy difícil encontrar establecimientos veganos y
vegetarianos así que cuando volvió a Estados Unidos hace 13 años, fundó
una página web para tenerlos localizados.
Se llama Happy Cow
(vaca feliz) y ubica tiendas y restaurantes de los cinco continentes
que no tienen en sus estanterías o cartas productos de procedencia
animal. Desde hace tres años, para Brent se ha convertido en un trabajo a
jornada completa y ya tiene 12 empleados. Ningúno come carne. Con 800
mil visitas al mes y aplicaciones para IPhone y Android, Happy Cow es
una referencia para viajeros de esta filosofía y un escaparate para sus
comerciantes.
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