En las instantáneas Delgado posa con los testículos de uno de los
ciervos a los que acababa de quitar la vida sobre su cabeza, todavía
chorreando sangre.
Estas fotografías han generado un gran revuelo, como ocurrió hace meses, con la cacería de elefantes del Rey Juan Carlos en Botswana.
En ambos casos, desde el Partido Animalista consideramos
inadmisible que quien ostenta algún cargo de representación de los
ciudadanos cometa actos bárbaros como estos y haga apología del maltrato
animal.
En España existe un grave problema con el trato que damos a los
animales. Cada año se abandonan más de 30.000 galgos tras la
finalización de la temporada de caza, otros muchos mueren ahorcados,
apaleados o arrojados a pozos; la tauromaquia recibe más de 600 millones
de euros de financiación pública, cuando se encuentra ya abolida en
casi todo el mundo; 150.000 perros y gatos son abandonados en cunetas y
carreteras cada año; las protectoras se encuentran desbordadas y han
dejado de recibir subvenciones públicas en esta época de crisis…
La caza no solo
es una actividad que quita la vida a más de 30 millones de animales cada
año en España, sino que deja a muchos de ellos heridos, atenta contra
el ecosistema, provoca graves accidentes mortales en humanos y fomenta
la violencia.
Desde el Partido Animalista pedimos su prohibición, como ya se ha
hecho en otros países. Mientras llega ese momento, reclamamos, al menos,
responsabilidad política. Carlos Delgado debería dimitir de su cargo de
consejero de Turismo y Deportes.
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