Cerca de 40 organizaciones de América Latina e
internacionales solicitan al Grupo Buenos Aires acciones diplomáticas
urgentes contra la denominada caza “científica” de ballenas del gobierno
de Japón.
Internacional. - La matanza ilegal de ballenas
encubiertas de investigación científica, el peligro que representa la
anacrónica flota ballenera para el ecosistema marino antártico, la
incorporación de elementos militares en la zona del Tratado Antártico y
posibles violaciones de regulaciones marítimas en el Océano Austral, son
algunas de las justificaciones brindadas por cerca de 40 organizaciones
de América Latina e internacionales para solicitar al Grupo Buenos
Aires acciones diplomáticas urgentes contra la denominada caza
“científica” de ballenas del gobierno de Japón.
AnimaNaturalis, junto con más de 35 organizaciones de 12 países
enviaron un contundente mensaje a los representantes de los países
latinoamericanos ante la Comisión Ballenera Internacional (CBI),
conocido como Grupo Buenos Aires, para que realicen acciones diplomáticas en el menor plazo posible
frente a la próxima temporada de la denominada caza “científica” de
ballenas que el gobierno de Japón realiza en el Santuario de Ballenas
del Océano Austral.
El ministro nipón de Pesca, Akira Gunji, aseguró hace pocos días que
la temporada de caza arrancará igual que otros años para los balleneros,
que normalmente parten hacia la Antártida a principios de diciembre.
Sin embargo, no ha querido precisar fechas a fin de prevenir acciones de
grupos que defienden a estos animales.
Ante la persistencia de Japón en la matanza de ballenas, las
organizaciones han denunciado que ésta es una cacería innecesaria, que
amenaza especies protegidas del Océanos Austral y expresan su profunda
preocupación por la grave amenaza que representa la anacrónica y
desgastada flota ballenera para la protección del delicado ecosistema
antártico y la seguridad marítima.
Para AnimaNaturalis, Japón viola la Convención
Internacional de Regulación de la Caza de Ballenas en la que establece
"una cuota cero" en la captura de estos cetáceos con fines comerciales. A
pesar de la moratoria internacional para la captura de estos animales
(1986), Japón caza ballenas desde 1987 bajo supuestos fines científicos y
en algunos restaurantes japoneses se vende carne de ballena, aunque su
consumo se ha reducido en los últimos años.
Frente a estos hechos, Daniela Romero Waldhorn, directora de AnimaNaturalis Internacional, afirma que
“es hora de que los países latinoamericanos actúen con firmeza ante la
continua matanza de ballenas en el Hemisferio Sur y vista la inacción de
la Comisión Ballenera Internacional. Los gobiernos de la región deben
tomar acciones sólidas para resguardar el Santuario de Ballenas del
Océano Austral y dejar vivir a estos animales en su hábitat natural.La
protección de las ballenas y del único y delicado ecosistema antártico
no pueden continuar siendo ignorados a favor de los intereses económicos
y políticos de un minoritario grupo relacionado a la industria pesquera
japonesa”.
El pasado año, Australia denunció a Japón ante la Corte Internacional
de Justicia, con sede en La Haya, para detener sus actividades en el
océano Antártico, pero no se espera que el organismo internacional tome
una decisión antes de 2013.
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