martes, 10 de julio de 2012

Corea del Sur se apunta a la coartada de Japón para cazar ballenas

Propuesta ante la Comisión Ballenera Internacional de capturas con fines científicos

DAVID BOLLERO Londres

Pescadores descuartizan a una ballena en un mercado japonés. Abajo, captura de un cetáceo. AFP / EFE

Pescadores descuartizan a una ballena en un mercado japonés. Abajo, captura de un cetáceo. AFP / EFE

Corea del Sur ha anunciado sus planes de sumarse a Japón y reanudar la caza de ballenas con fines científicos.
El anuncio se ha realizado durante la celebración de la 64ª reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que se celebra estos días en Panamá. Según han avanzado los delegados coreanos, próximamente harán públicos sus planes a un comité científico para que analice la propuesta, que se enfoca fundamentalmente al rorcual aliblanco o ballena de Minke.
El anuncio ha provocado el malestar de buena parte de los países asistentes, con Australia y Nueva Zelanda a la cabeza, así como de la comunidad conservacionista en pleno que, como en el caso nipón, ven en el coreano una excusa para volver a la caza comercial de ballenas, prohibida por una moratoria internacional desde 1986. Antes de esta moratoria, se estima que Corea capturaba cerca de un millar de ballenas al año alrededor de su península.
Corea capturaba alrededor de su península cerca de un millar de ballenas al año antes de la prohibición establecida en 1986 
Park Jeong-Seok, representante de Seúl en la CBI, se ha mostrado rotundo al afirmar que "no aceptamos ninguna proposición categórica y absoluta de que no se debe matar o capturar ballenas", alegando que "éste no es un foro de debate moral, esto es un foro de debate jurídico" por lo que "ese tipo de predicación moral [en relación a las críticas del resto de países] no es pertinente ni apropiado en este foro". Así, otro representante coreano ya ha sugerido que "esperemos la evaluación del comité y si deciden que la legitimidad de la investigación científica no es adecuada, buscaremos alternativas".
Los argumentos surcoreanos son variopintos: por un lado, sostienen que la caza tendría fines científicos para "realizar una evaluación adecuada de las poblaciones de ballenas". Por otro, los delegados se lamentan de que sus pescadores sufran la merma de las reservas de pesca como consecuencia de la creciente población de ballenas; punto éste sin ninguna base científica según la organización WWF.
Precisamente desde WWF Internacional, su responsable del Programa de Especies, Wendy Elliot, ha asegurado que Corea ya vende carne de ballena atrapada accidentalmente en redes de pesca. Elliot se suma a otras voces como Greenpeace, que ha calificado la noticia de "vergüenza absoluta", y afirma que los planes coreanos son una excusa "para reiniciar la caza comercial, al igual que lo viene haciendo Japón en el Santuario de Ballenas de la Antártida". La experta advierte, además, que las ballenas de Minke que Corea tiene previsto capturar están catalogadas como especie amenazada dentro del Comité Científico de la CBI.

Caza científica injustificada

Mientras Joon-Suk Kang, jefe de la delegación coreana, sostiene que su programa de ‘caza científica' es necesario para resolver las incógnitas que las investigaciones no letales han sido incapaces de resolver, la comunidad científica sostiene lo contrario. Vidal Martín Martel, presidente y director científico de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC), afirma que "la medida no está en absoluto justificada pues existen infinidad de métodos científicos para estudiar a las ballenas sin necesidad de matarlas".
"Corea busca un pretexto para cazar y vender la carne"  
A ello se suma, además, el hecho de que "precisamente los rorcuales aliblancos son una de las especies más estudiadas y de las que mayores conocimientos tenemos sobre sus hábitos, alimentación y comportamientos", explica el director científico de SECAC.
Martín Martel coincide con sus colegas conservacionistas al exponer que "Corea busca un pretexto para cazar y vender la carne de ballena en el mercado" y denuncia que "ya se ha realizado recogidas de muestras de carne en los mercados de Japón y tras análisis genéticos no sólo se ha demostrado que esa carne procedía de esa supuesta caza científica sino que, además, se estaban cazando especies protegidas".

Japón, en el punto de mira

 Como en el caso coreano, Japón guarda una larga tradición de caza y consumo de carne de ballena y así lo ha remarcado Yoshiichi Shimomichi, jefe de la Comisión ballenera de Japón para ejemplares pequeños: "nuestros antepasados comenzaron a utilizar ballenas varadas en la playa hace miles de años. La carne y la grasa de ballena son parte integral de nuestra cultura".
En este sentido, Japón también ha presentado una propuesta para una cuota costera de captura de este tipo de ballenas, pero el malestar generado ha sido de tal magnitud que se ha optado por posponer las discusiones, si bien ya cuenta con el apoyo de Rusia y Corea del Sur.
El Gobierno nipón ya anunció en 2007 su vuelta a la caza de la ballena jorobada con el objetivo de 50 ejemplares por temporada, aunque la cifra del conjunto de cetáceos -algunos de ellos protegidos- escalaba a 1.000 ejemplares anuales. Desde entonces, Australia ha sido uno de sus máximos opositores llegando, incluso, a denunciar al Gobierno japonés antes la Corte Internacional de Justicia (CIJ), exigiendo la retirada de todos sus permisos por cazar con fines comerciales y no científicos.

Otros acuerdos y propuestas de la CBI

 ·         - Dinamarca ha solicitado la ampliación de los derechos de los aborígenes a cazar ballenas jorobadas en Groenlandia; propuesta sobre la que la Unión Europea habrá de pronunciarse.
·         - Aprobación de la cuota de caza de ballenas para la subsistencia de comunidades indígenas de Alaska, Rusia y St. Vincent y las Granadinas.
·         - Propuesta de España para organizar un encuentro internacional sobre transporte marítimo y conservación de la biodiversidad. En este sentido, tanto EEUU como Panamá preparan propuestas para reorganizar el tráfico marítimo y reducir las colisiones entre barcos y ballenas.
·         - Creación del Fondo para Pequeños Cetáceos de la CBI para financiar proyectos de conservación como el de la Vaquita de WWF en el Golfo de California sobre técnicas de pesca menos invasivas. Holanda, Italia, Gran Bretaña y Francia ya han aportado fondos.

 

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