El pasado 19 de mayo aparecía en la prensa regional de Extremadura
una noticia que ha provocado nuestra más profunda indignación: la
empresa Eventauro, que organiza por primera vez los festejos taurinos de
Plasencia, repartirá 2.000 entradas en los colegios para que menores de
12 años puedan asistir a las corridas de toros de la Feria del día 7 de
junio. Su objetivo no es otro, según han manifestado a los medios de
comunicación, “que los pequeños se aficionen para que la fiesta nacional
tenga futuro”.
En respuesta a tal noticia, el PACMA ha procedido a enviar sendas cartas manifestando su rechazo tanto a la propia empresa Eventauro como a la Junta de Extremadura, instando a esta última a tomar medidas al respecto.
Desde el Partido Animalista mostramos nuestra preocupación por el adoctrinamiento que se pretende hacer a estos niños, y consideramos una falta de ética involucrar a escolares y menores de edad, de manera más que cuestionable, para inculcarles la afición por las corridas de toros.
Queremos recalcar que la tauromaquia es una actividad cruel, rechazada por la mayoría de la sociedad debido a su carencia de respeto hacia los animales, y que en muchas Comunidades Autónomas está prohibido el acceso de menores de 14 años a las plazas. Las corridas de toros, además, han sido catalogadas como “contenido violento”, permitiendo que desde el año 2006 no se emitan en la televisión pública española y se cuide especialmente el horario de especial protección de la infancia.
Es necesario que, desde la infancia, se fomente la empatía hacia el resto de seres vivos que comparten con nosotros el planeta. Un niño sensibilizado en el respeto a otras especies se convertirá en un adulto cívico y respetuoso también con sus semejantes. Por el contrario, tal y como han demostrado ya numerosos estudios, la promoción de la crueldad hacia los animales puede ser el germen de inicio para la violencia hacia las personas.
Expresamos, por todas estas razones, nuestra más absoluta repulsa a que los niños sean iniciados en actividades como la tauromaquia, caracterizadas por su crueldad, oscurantismo y total carencia de sensibilidad.
Que se manipule a los jóvenes para que desde pequeños vean la tortura, derramamiento de sangre y ejecución pública de un animal como algo normal, divertido y digno de aplauso solo puede tener consecuencias negativas para el avance de nuestra sociedad.
Las únicas beneficiadas en este caso son las empresas taurinas, que ilusamente pretenden ver en las nuevas generaciones el motor necesario para poder mantener un poco más este triste y denigrante espectáculo, ante unas plazas de toros cada vez más vacías y una sociedad que da la espalda a su sangriento negocio.
En respuesta a tal noticia, el PACMA ha procedido a enviar sendas cartas manifestando su rechazo tanto a la propia empresa Eventauro como a la Junta de Extremadura, instando a esta última a tomar medidas al respecto.
Desde el Partido Animalista mostramos nuestra preocupación por el adoctrinamiento que se pretende hacer a estos niños, y consideramos una falta de ética involucrar a escolares y menores de edad, de manera más que cuestionable, para inculcarles la afición por las corridas de toros.
Queremos recalcar que la tauromaquia es una actividad cruel, rechazada por la mayoría de la sociedad debido a su carencia de respeto hacia los animales, y que en muchas Comunidades Autónomas está prohibido el acceso de menores de 14 años a las plazas. Las corridas de toros, además, han sido catalogadas como “contenido violento”, permitiendo que desde el año 2006 no se emitan en la televisión pública española y se cuide especialmente el horario de especial protección de la infancia.
Es necesario que, desde la infancia, se fomente la empatía hacia el resto de seres vivos que comparten con nosotros el planeta. Un niño sensibilizado en el respeto a otras especies se convertirá en un adulto cívico y respetuoso también con sus semejantes. Por el contrario, tal y como han demostrado ya numerosos estudios, la promoción de la crueldad hacia los animales puede ser el germen de inicio para la violencia hacia las personas.
Expresamos, por todas estas razones, nuestra más absoluta repulsa a que los niños sean iniciados en actividades como la tauromaquia, caracterizadas por su crueldad, oscurantismo y total carencia de sensibilidad.
Que se manipule a los jóvenes para que desde pequeños vean la tortura, derramamiento de sangre y ejecución pública de un animal como algo normal, divertido y digno de aplauso solo puede tener consecuencias negativas para el avance de nuestra sociedad.
Las únicas beneficiadas en este caso son las empresas taurinas, que ilusamente pretenden ver en las nuevas generaciones el motor necesario para poder mantener un poco más este triste y denigrante espectáculo, ante unas plazas de toros cada vez más vacías y una sociedad que da la espalda a su sangriento negocio.
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