viernes, 24 de junio de 2011

Un estudio constata que los osos huyen de los humanos

Los animales buscan densas zonas boscosas para esconderse en unas montañas cada vez más visitadas por humanos

Javier Ricou

Lleida

Cuando un oso se topa cara a cara con una persona, el animal se asusta tanto o más que el humano. ¿Y qué hacen los plantígrados para evitar los contactos con esa especie de dos patas, que camina erguida y a la que tanto temen? Alejarse lo más que pueden de la civilización y buscar, para vivir, zonas de difícil acceso y de densa vegetación. Pero cada vez tienen menos espacio para encontrar ese refugio. Un estudio realizado por la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida ha constatado que los humanos son, ahora mismo, la principal amenaza para el oso pardo. Durante meses se controlaron, en Suecia, los movimientos de 22 osos en más de cuatrocientos de sus hábitats. La conclusión: los osos huyen de los humanos. Andrés Ordiz, autor principal del estudio, afirma que esos animales buscaron, a la hora de escoger sus encames (lugares de descanso), las zonas más escondidas. "La densidad de vegetación en torno a los encames fue más alta si los osos estaban cerca de núcleos poblados. Más densos durante el día -coincidiendo con las horas de actividad humana- que durante la noche y más densos en primavera y verano, época en la que aumenta la presencia de humanos en las montañas".

Los osos invierten –según este estudio, publicado en la revista Oecologia– más tiempo en la elección de un refugio seguro que en la búsqueda de comida. "Han tenido que adaptarse a la humanización del medio para sobrevivir", añade Ordiz.

Jordi Ruiz, jefe del servicio de biodiversidad y protección animal del Departament d'Agricultura, afirma que si este estudio de la universidad noruega se hubiese hecho hace trescientos años, "los resultados habrían sido los mismos". La diferencia entra aquella época y ahora es que la presencia humana ha aumentado en las montañas y los osos lo tienen cada vez más difícil para evitar contactos con las personas.

Desde el año 1996, cuando se reintrodujeron en los Pirineos los primeros osos procedentes de Eslovenia, los encargados del seguimiento de estos animales en Catalunya han anotado más de 15.000 movimientos en esa cordillera. "Del análisis de esos datos –afirma Ruiz– extraemos la misma conclusión: el oso evita, siempre que puede, a los humanos". En cambio, no ocurre lo mismo cuando estos plantígrados se cruzan con otros animales. "Se muestran más confiados", añade este técnico de la Generalitat. A las personas, en cambio, "las ven como un enemigo peligroso", indica Ruiz. "Al ser más altas que ellos, presumen que en caso de enfrentamiento tienen todas las de perder".

El caso del oso pardo, el que habita en los Pirineos, es muy diferente al del oso polar. Esta última especie no teme al hombre y ataca a la mínima oportunidad. Para Ruiz, ese comportamiento se explica por la complexión del oso polar, que puede llegar a pesar quinientos kilos, mientras que el oso pardo no suele llegar a los doscientos.

Jordi Ruiz afirma que en los últimos 15 años "son contadas las ocasiones en las que los osos se han acercado a núcleos de los Pirineos. Cuando ha ocurrido es porque no ha detectado presencia humana e iban a buscar comida". En ese periodo únicamente se han resgistrado dos ataques a personas. En ambos casos se trataba de cazadores, que sorprendieron a este animal en su hábitat. Lo mismo ocurre en Suecia, con una colonia muy parecida a la de los Pirineos. "Apenas hay casos de ataques de osos a humanos en las últimas décadas y los ocurridos siempre han estado relacionados con cazadores", revela Ordiz. Este experto apunta que para garantizar la supervivencia del oso "hay que reducir al mínimo la interacción con los humanos". Propone preservar las zonas más boscosas para que puedan esconderse en ellas y proteger las áreas de ganado o espacios con colmenas para evitar los ataques.

Una colonia de 30 osos en los Pirineos

En la cordillera de los Pirineos se calcula que habitan, en la actualidad, alrededor de una treintena de osos. Una cifra insuficiente, según los expertos, para garantizar la superviviencia de una especie que casi estuvo a punto de desaparecer en esas montañas. En el año 1996, la Unión Europea aprobó un plan de reintroducción para evitar la desaparición del oso. El programa ha levantado mucha polémica, principalmente entre los ganaderos de los Pirineos, que consideran este animal como una amenaza para sus intereses. Las administraciones suelen ser muy ágiles a la hora de indemnizar por daños causados en el ganado por los osos, pero eso no parece ser suficiente para el sector ganadero, que no quiere a ese animal en las montañas. Critican que el plan no cuente con su opinión.

LA EXPERIENCIA DEL CANTÁBRICO
200 animales

En la cordillera Cantábrica se ha duplicado, en los últimos 15 años, la población de osos. En la actualidad se calcula que hay en esas montañas más de 200 ejemplares. Ahí conviven en armonía animales y humanos.

http://www.lavanguardia.com/vida/20110619/54172804826/un-estudio-constata-que-los-osos-huyen-de-los-humanos.html

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