Ya os conté que este blog está hermanado con otro en Colombia, alojado en el periódico El colombiano: Dame tu pata de Andrés Restrepo.
Hace poco andrés ha publicado un post precioso de colaboración hispano-colombiana para ayudar a niños con perros por medio.
Os dejo con parte de ese post:
Conchi no habla pero sabe escuchar. Su mirada dulce le devuelve la confianza a niños y niñas que han sufrido abusos sexuales, maltrato o desplazamiento forzado. A ella le pueden contar la pesadilla que han tenido que vivir, sin que nadie los juzgue.
Esta labradora dorada de cinco años de edad hace parte del programa de terapia asistida con animales de la Fundación Las Golondrinas, una entidad sin ánimo de lucro que atiende a más de dos mil niños en los barrios de Llanaditas y Esfuerzos de Paz, en el centro oriente de Medellín.
Española de nacimiento, Conchi llegó a nuestro país gracias a una alianza con la Fundación Bocalán. Esta organización con sede en Madrid se ha especializado en el entrenamiento de perros para el tratamiento del autismo, síndrome de Down o trastornos del aprendizaje.
Aunque la realidad del barrio Llanaditas es muy distinta a España. Aquí, casi el 80% de la población es desplazada del Chocó y Urabá. Los abusos sexuales y la violencia están a la orden del día.
“El perro no sana por sí mismo, pero sirve de estimulante para que el niño se relaje y pueda hablar“, cuenta Jairo Aristizábal, uno de los terapeutas de Las Golondrinas. “Para una niña que ha sufrido abuso sexual es muy difícil sentarse a hablar con un hombre en una habitación cerrada. Si está Conchi, se siente en confianza”, replica Reinel Arias, director del proyecto.
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