sábado, 21 de mayo de 2011

Alaveses en riesgo de exclusión social mejoran su salud con terapias con perros

La asociación txakurrekin ikasten trabaja con mayores, sin techo y discapacitados

El tratamiento potencia la autonomía personal, autoestima y responsabilidad por la estimulación sensorial y cognitiva

agurtzane salazar

Laida

vitoria. Junto a un compañero, cada paso adelante cuesta menos y si éste se da en compañía del mejor amigo del hombre, los resultados pueden ser inimaginables. Ya que, los perros, además de cariño, pueden ayudar a mejorar la salud mental y física de las personas, como así lo han comprobado en Txakurrekin Ikasten, la asociación de Terapia Asistida de Animales de Euskadi, creada en Vitoria. Hace justo un año que dos canes, Samba, una golden retriever y una mestiza, Laida, empezaron a obrar el milagro de devolver la sonrisa a todo tipo de personas en riesgo de exclusión social. Entre ellas, a una treintena de mayores de las residencias gasteiztarras Aurora y Los Molinos, donde todos los martes y viernes esperan como agua de mayo a que el reloj marque las 10.30 horas para que arranquen los sesenta minutos que tienen para acariciar el lomo aterciopelado de Laida, único can actual de la agrupación. No en vano, el entretenimiento que les ofrece este cachorro ha conseguido romper la rutina, los males y la depresión que envuelven a los habitantes de estos geriátricos. "Cuando llegamos y la soltamos se quedan encantados. La mayoría de ellos baja al salón y la llaman", cuenta Nayara Ortíz de Guinea, presidenta y psicóloga de Txakurrekin Ikasten.

Esta fase se conoce como el "saludo" y para que éste se salde con éxito los tres miembros del colectivo -formados por una psicóloga, educadora e integradora social- dan "unas bolitas de pienso" para conseguir que la mascota se acerque a los destinatarios de la terapia. A continuación, llega el momento de potenciar la psicomotricidad y, para conseguir que los de la tercera edad se muevan, juegan a baloncesto con la pequeña Laida. Una persona hace de canasta humana, el resto intenta encestar y la perra recoge la pelota. "Los usuarios no lo perciben como un trabajo para estar en forma sino como una diversión y participan", matiza Ortíz de Guinea, quien agrega que este animal, que reside en su casa tras cogerlo de la perrera hace dos años, ha conseguido atraer la curiosidad de los hombres, "que antes no se levantaban del sillón". Pero no sólo eso. "También hemos logrado que los mayores hablen más entre ellos, que toquen, porque el tacto es fundamental para la estimulación física y cognitiva".

Salud mental Las personas aquejadas de algún tipo de discapacidad intelectual "independientes que viven en hogares tutelados" también tuvieron el lujo de pasar un rato con Laida y con otros perros "aptos" que llevaban voluntarios. En concreto, hasta una veintena de miembros de Asafes o Bidegurutzea pudieron participar los sábados en actividades, como los paseos por la capital alavesa, denominados Tipi Tapa, que realizó este último colectivo formado por personas con dificultades de integración social. "El objetivo de las sesiones con estas asociaciones es aumentar las habilidades sociales con personas que de alguna forma se aislan", detalla. Se sienten cómodos porque el perro no juzga a las personas ni mucho menos las discrimina.

De ello también se dieron cuenta las cinco personas acogidas en el Hogar Betoño que han participado en el adiestramiento en positivo. "Usaban un aparato llamado clicker para pulsar un botón cuando el animal hacía una cosa bien, como subirse al banco sin que ellos tuviesen que decir nada". Así fomentaban el sentido de la responsabilidad.

Txakurrekin Ikasten ahora busca mayores que vivan solos con sus perros para formar un grupo de paseo entre amigos. Y también quiere ampliar el equipo de canes. "Si alguien tiene un animal bueno para esto nos lo puede traer. Pero antes le tenemos que pasar un examen".

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