martes, 12 de abril de 2011

El drama de la industria peletera

Actualmente, el gremio peletero se complace en justificaciones alegando que la mayor parte de las pieles no proviene de animales cazados con trampas, sino de animales de granja. Y tienen razón. Pero esto no es menos cruel. En estas granjas los animales (visones, zorros, chinchillas...) están confinados en pequeñas jaulas toda su triste vida hasta que son asesinados. La forma de asesinarlos va desde la electrocución con electrodos en el ano y en la boca hasta la lenta muerte en cámaras de gas, como sufren los visones.
El drama de la industria peletera

Una de las formas que el ser humano tiene de explotar a los demás animales con los que comparte el planeta es haciendo uso de su piel. En épocas prehistóricas el ser humano comprendió enseguida la utilidad que podía tener la piel de aquellos majestuosos animales que veía pasar ante sus ojos y a los cuales cazaba, y comenzó a utilizarla para abrigarse. Actualmente el proporcionarnos abrigo sigue siendo uno de los principales usos que se da a las pieles de otros animales, pero no el único. También se utiliza para el calzado y todo tipo de objetos. Desde bolsos, tapicerías de muebles y automóviles, cinturones y correas de reloj hasta objetos decorativos.

Pero actualmente no vivimos en las cavernas. Hemos desarrollado tecnología suficiente para fabricar zapatos, cinturones, bolsos, abrigos o tapicerías sin tener que matar y despellejar a ningún animal. Si lo seguimos haciendo es, por un lado, por mera inercia. La industria peletera y la industria del cuero llevan existiendo desde hace miles de años. Y, por otro lado, porque nuestra consideración moral hacia los animales sigue siendo más o menos la misma que en la época de las cavernas. Seguimos pensando que los animales son nuestros esclavos y están a nuestra disposición para cualquier cosa que necesitemos, y que matar visones para hacer abrigos o matar vacas para hacer bolsos, por supuesto es algo totalmente legítimo.

En el PACMA nos oponemos a esto porque pensamos que los animales tienen derecho a disponer de sus vidas y sus cuerpos, y que los humanos no tenemos derecho a arrebatárselo, menos aún cuando no existe necesidad alguna.

En el ámbito de la peletería estamos hablando de una industria especialmente cruel. Durante mucho tiempo la industria peletera tuvo que afrontar serias acusaciones de crueldad cuando la mayor parte de las pieles provenía de animales cazados con trampas. En esas trampas un cepo de hierro atrapaba al animal que por allí pasaba en la parte del cuerpo que hubiera tenido la desgracia de posar primero en esa máquina de muerte: los animales estaban atrapados por una pata, por el tronco o por la cabeza durante días hasta que eran descubiertos y asesinados, o hasta que morían. En algunos casos se amputaban el miembro atrapado para poder huir.

Actualmente, el gremio peletero se complace en justificaciones alegando que la mayor parte de las pieles no proviene de animales cazados con trampas, sino de animales de granja. Y tienen razón. Pero esto no es menos cruel. En estas granjas los animales (visones, zorros, chinchillas...) están confinados en pequeñas jaulas toda su triste vida hasta que son asesinados. La forma de asesinarlos va desde la electrocución con electrodos en el ano y en la boca hasta la lenta muerte en cámaras de gas, como sufren los visones. Estos animales carnívoros suelen vivir en zonas húmedas y boscosas y son muy territoriales. En general su vida es solitaria, excepto cuando llega el apareamiento. En las granjas son obligados a vivir cientos de ellos muy próximos unos a otros, en pequeñas jaulas en las que nunca podrán correr. Imagina cómo sería estar en una pequeña jaula toda tu vida. Esto les causa trastornos psicológicos que les lleva a comerse a sus crías, autolesionarse o adoptar comportamientos repetitivos compulsivos. Puesto que no son animales que hayan nacido para mantenerse quietos, se pasan toda su vida en la jaula moviéndose de un lado a otro de ésta, totalmente enloquecidos. No, no hay menos crueldad en una granja que muriendo en una trampa.

Hoy en día existen alternativas vegetales o sintéticas para los climas más fríos. Los escaladores de alta montaña no llevan pieles, llevan materiales especiales diseñados para aislar del viento y el frío. Puedes vivir en zonas muy frías sin necesidad de llevar pieles que fueron arrebatadas a otros.

Pero desgraciadamente el uso de pieles de animales no se ciñe al mundo de la peletería. Lo que llamamos cuero y lana son igualmente pieles que fueron sustraídas a sus legítimos dueños. En el caso del cuero, la gente suele pensar “ya que matan a los animales de todas formas para comérnoslos, ¿qué hay de malo en aprovechar su piel?” Pero esto no es tan sencillo. Para empezar muchos de los animales usados para la producción de cuero no son los mismos que los de la carne.

La piel de estos animales no debe sufrir daño por golpes, cortes, magulladuras, etc., por lo que deben ser criados y matados de forma diferente. Esto significa que es necesario criar a otros animales específicamente para este fin. Gran parte de las pieles proviene de países en desarrollo, como India, China o Bangladesh. Esto es así porque en estos países hay más ganadería extensiva, por lo que la piel de esos animales estará menos dañada y será más útil para fabricar cuero. Desgraciadamente, en estos países las normas sobre bienestar animal son aún más insignificantes que en el primer mundo. En India, por ejemplo, las vacas son obligadas a viajar cientos de kilómetros desde los estados hinduistas hasta los estados islámicos donde serán matadas, en dicho viaje se las tortura de todas las formas posibles para obligarlas a caminar.

Por otra parte, el comercio del cuero tiene una facturación mundial mayor aún que la de la carne. El cuero no es un subproducto de la carne, sino una industria poderosa que mata millones de animales, y a la que estamos contribuyendo cada vez que compramos calzado o bolsos de piel, cazadoras de cuero, o simplemente un automóvil con tapicería de cuero.

Tampoco hay que olvidar la piel de animales llamados ‘exóticos’ como canguros, búfalos, avestruces, cocodrilos y otros reptiles, e incluso de animales marinos, generalmente utilizada para artículos de lujo y que representa también la muerte de inocentes para satisfacer los caprichos de unos pocos. Recientemente se ha sabido que en Australia se ha decidido el asesinato de miles de canguros para fabricar zapatillas deportivas para la empresa Adidas. Sin embargo, en el calzado deportivo se pueden encontrar artículos de primera calidad fabricados con material sintético.

La lana es otro caso de producto que la gente piensa que se obtiene sin crueldad. Sin embargo, hoy en día el esquileo se realiza de forma mecánica con máquinas. La producción en cadena exige rapidez y eficiencia en la extracción, el animal pasa a segundo lugar. Estamos hablando de que un esquilador profesional puede llegar a esquilar 200 ovejas al día. Y con esas exigencias de producción los cortes y heridas son consecuencias, a veces, inevitables.

En Australia, el principal productor de lana del mundo, con más del 30% de la producción mundial, utilizan ovejas del tipo merino, por su piel y calidad de la lana. Este tipo de oveja no tolera las altas temperaturas del país, muriendo deshidratadas en muchos de los casos. También se realiza el denominado “mulesing” que consiste en cortar trozos de carne alrededor de su cola, para evitar que parásitos se alojen en el interior del animal devorándolo por dentro. Operación realizada sin anestesia y que en muchas de las ocasiones produce la muerte por infección de la propia mutilación. Sin hablar de su masivo exterminio, cuando su producción disminuye, fuera del país. Las ovejas son trasladadas en pésimas condiciones a países del Medio Oriente o Norte de África, para ser sacrificadas bajo otra reglamentación sanitaria menos estricta y más rentable.

Si hablamos de otros tipos de lana hablamos también de la ambición humana, de los excesos de la producción en masa y de la visión del animal como objeto a nuestro servicio. Hablamos de la proveniente de los conejos de angora, enjaulados toda su vida en la semioscuridad en granjas de China. Hablamos de cabras de Cashmere sacrificadas si no cumplen los requisitos de producción a los años de vida. La mayoría de estas lanas exóticas son producidas en países del Tercer Mundo o ya la nombrada China, lugares donde no existe ningún tipo de reglamentación acerca de sus condiciones, alimentación o traslado. Empeorando la situación en muchos casos con el hecho de que los diferentes gobiernos ofrezcan subvenciones por cada animal, fomentando su uso y abuso por granjeros no especializados, cuyo “objetivo de producción” es exclusivamente el recibir tal prestación.

Existen alternativas para calzado, ropa de abrigo, complementos de ropa o el tapizado de muebles con el uso de productos sintéticos o vegetales, que no requieren que arranquemos la piel a seres cuyas vidas malogramos y sesgamos. Desde PACMA nos oponemos al uso de pieles animales y trabajaremos para impulsar alternativas éticas a este cruel negocio.

ENLACES:

www.laspieles.org – Extensa Web de la organización Equanimal sobre el destino y origen de diferentes pieles animales.

www.granjasdevisones.org – Una investigación de la organización Equanimal en granjas de visiones gallegas que nos muestra de forma gráfica el padecimiento y la muerte de estos animales.

http://animanaturalis.org/n/204/siete_millones_de_canguros_seran_masacrados_por_adidas - Enlace de la asociación AnimaNaturalis donde explica cómo morirán millones de canguros para fabricar zapatillas deportivas.

http://www.petaindia.com/issues/animals-used-for-clothing/Leather.aspx - Web de la organización Peta India sobre el tormento que sufren las vacas en India para la industria del cuero (en inglés).

http://www.pacma.es/p/61

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