El animal, un ejemplar de ciervo rojo, era el más grande de las Islas Británicas tenía 12 años, medía dos metros y medio y pesaba 136 kilos.
Era el "Emperador de Exmoor", se le había bautizado con ese nombre porque era el animal silvestre más grande de las Islas Británicas, sin embargo, de nada le sirvieron sus 136 kilos y sus dos metros y medio de altura cuando fue abatido a golpe de fusil. Su cadáver fue encontrado en el West Country, una zona del suroeste de Inglaterra, con una bala en el corazón.
La cabeza de este gran ciervo rojo acabará, con toda probabilidad, colgada de la pared de cualquier coleccionista y es que, la hipótesis con más peso es que habría sido un cazador en busca de un trofeo el responsable del asesinato.
"Hay personas dispuestas a gastar sumas muy altas por tener un trofeo en la pared, hasta miles de libras", explica Peter Donnelly, experto en ciervos del Parque Natural de Exmoor.
La muerte del animal, de doce años, ha generado un fuerte debate en el Reino Unido y la noticia de la muerte ha sido una de las más leídas en los medios online británicos. Para alimentar las críticas está el hecho de que el disparo se ha producido, según The Sun, durante la estación de apareamiento, momento en el que debería haber una mayor protección.
Los ciervos rojos son los animales más grandes de Gran Bretaña y en concreto los de la zona de Exmoor son los más imponentes ya que su dieta es muy rica. A principios de octubre el fotógrafo naturalista Richard Austin, que puso al animal el sobrenombre de "Emperador", lo había retratado en una serie de instantáneas, sin embargo mantuvo en secreto el lugar donde lo había hecho para no dar pistas a los cazadores. Una precaución que, por desgracia, no fue suficiente.
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