lunes, 3 de mayo de 2010

La vida de los animales no nos pertenece


YOLANDA PLAZA. 30.04.2010

En una de las escenas de la película Un hombre y una mujer en la que la pareja está conversando, uno de ellos recuerda una frase del escultor Alberto Giacometti: "Si en un incendio tuviera que escoger entre salvar a un gato o un Rembrandt, salvaría al gato y luego lo dejaría libre".

Cada individuo, sea humano, gato, perro o toro, tiene derecho a disfrutar de lo único que posee, su vida, más digna de protección que cualquier obra de arte Vivimos en una sociedad donde la vida de la mayoría de los animales no tiene valor, incluso me atravería a decir que la vida humana pasa por época de "rebajas". Podemos encontrar noticias sobre los millones de euros que se han podido pagar para comprar un cuadro de un famoso pintor. Así mismo, miles de edificios tienen un valor incalculable. Me pueden meter en la cárcel si intento robar un cuadro del Prado, quizá incluso si causo algún daño en su edificación, pero no si mato a pedradas a un gato, un perro o una paloma que deambule tranquilamente por sus alrededores.

En algunos rincones del país se ha llegado al límite del disparate al considerar la tauromaquia, este mal denominado "arte", como Bien de Interés Cultural; así ha ocurrido en Navarra y de Madrid, otorgando a este espectáculo macabro y anacrónico, en el que un toro es torturado hasta la muerte, una protección de la que carecen millones de animales no humanos. Y no sólo esto, si no que, gracias al dinero de todos los contribuyentes esta manifestación de sadismo y estancamiento en el pasado recibe subvenciones millonarias, millones de euros de los que carecen colectivos más desfavorecidos del país, ya sean ancianos, enfermos crónicos, niños y jóvenes en edad escolar, parados, etc.

¿Qué pensaría Giacometti sobre esta decisión? Él valoró más la vida de cualquier gato a la de cualquier obra de arte. Aun más, no se sentía "dueño" de un animal que hubiese salvado de la muerte, como él dijo: "y después lo dejaría libre". La vida de los animales no nos pertenece, no son objetos que podamos comprar o vender y aun menos martirizar y matar. Cada individuo, sea humano, gato, perro o toro, tiene derecho a disfrutar de lo único que posee, "su vida". Una vida en libertad, más digna de protección que cualquier obra de arte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario