jueves, 17 de septiembre de 2009

Villarquemado. (Diario de Teruel)

No me gustan los toros. Ni en la plaza, ni ensogados, ni embolados. No me gusta el toreo a pie, ni a caballo. ni en motocarro. No es la primera vez que en estas páginas expreso mi rechazo a semejante salvajada. El Estado, para mi seguridad, me multa si conduzco bebido o sin casco cuando voy en moto. Dice que por mi bien y por el de los demás. Sin embargo puedo ponerme hasta las cejas de calimocho y con una gorra de papel ponerme a hacer el gilipollas delante de un bicho negro que con sus cuernos me puede traspasar el pecho y estamparme contra unos barrotes de hierro. Esto es lo que ha sucedido en mi pueblo, Villarquemado, el pasado fin de semana. Un joven de 23 años, Fernando, fue arrollado por un toro y murió como consecuencia de los traumatismos causados cuando se golpeó con la cabeza contra los barrotes de una barrera metálica. En este caso no había aglomeraciones y Fernando estaba sobrio. Acababa de salir de casa y se encontró con la muerte. A los 23 años.

El Ayuntamiento de mi pueblo ha suspendido las fiestas y ha decretado dos días de luto. Ha informado y actuado con prontitud y sin ningún tipo de duda. Conozco a los miembros que forman el consistorio y sé que la mayoría no son aficionados a los toros, que si por ellos fuera no se celebrarían este tipo de festejos. Pero han de hacer no lo que ellos piensan sino el sentir mayoritario de la población. Y en mi pueblo y en otros muchos pueblos de España, por tradición, por costumbre o por lo que sea, unas fiestas sin toros no son fiestas para la mayoría de los ciudadanos, especialmente para los jóvenes. De poco sirve que un pueblo prohíba los toros si los de al lado no lo hacen. Corresponde a las autoridades autonómicas y estatales buscar soluciones para que muchos de nuestros conciudadanos dejen de pensar que tirar una cabra por un campanario, acribillar a dardos a un animal o hacer el chorras delante de un toro son una manifestación cultural. La barbarie no es arte y el canibalismo no es gastronomía. Ojalá que la muerte de Fernando sirva para que en mi pueblo se pida mayoritariamente que no quieren más espectáculos sanguinarios y crueles y para que se piense que unas fiestas sin toros son más fiestas.


Evaristo Torres en la edición del Diario de Teruel del 15 de Septiembre

2 comentarios:

picarralero67 dijo...

Yo creo que la cuestión pasa por que las asociaciones del movimiento antitaurino se reunan con los partidos pidiéndoles una sóla cosa:
que saquen los festejos taurinos de las fiestas y que se abstengan de subvencionarlos y de construir infraestructuras para ello, y amorticen las que tengan en uso (plazas de toros, etc.)
Si consiguiésemos que en nuestros aytos. hubiese concejales que votasen en contra de los presupuestos de las fiestas por contener festejos taurinos ... menudo escándalo!

Anónimo dijo...

Uno de los grandes problemas es que la mafia que envuelve la tortura a los toros tiene el apoyo explícito de los poderes fácticos -principalmente, casi todos los partidos políticos y los medios de comunicación (sic)- (incluido en Aragón). La unión debe ser la base de construir un frente animalista y contra cualquier tipo de tortura. Además de la concienciación de la sociedad por el respeto a la vida de cualquier ser vivo por el mero hecho de serlo. Avancemos. Enta debán!

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