sábado, 26 de julio de 2008

Antitauromaquia


Comenzamos hoy una nueva sección. Los sábados, siempre que no haya noticia de actualidad que consideremos importante, dedicaremos el post a recomendar libros de temática animalista. Así iremos mostrando nuestra pequeña biblioteca. Comenzamos con antitauromaquia

Libro:
Antitauromaquia
Autor: Manuel Vicent
Ilustraciones: OPS



Cuando uno ha nacido y crecido rodeado de corridas, capeas y encierros de toros por todas partes puede creer que esta costumbre bárbara es algo natural, pero llega un momento en que se experimenta una revelación. Manuel Vicent también fue en su niñez y juventud uno de tantos españoles que gozó de la fiesta nacional, hasta que un día descubrió su miseria. "Cuando uno vuelve al lugar de aquellos juegos taurinos que le hicieron tan feliz y contempla a otros niños embruteciéndose con el mismo juego, de pronto, a uno se le abren los ojos y se presenta con toda nitidez la crueldad humana. La mirada se transforma y el estómago sufre un vuelco y entonces se inicia una lenta conversión"

Nadie tiene derecho a gozar haciendo sufrir a los animales. Nadie tiene derecho a convertir en espectáculo festivo y moral la muerte de un toro. En este principio se basa esta Antitauromaquia, que no es un arte de torear al revés, sino una apuesta por no torear nada ni a nadie y salvarse de la crueldad.

EL PRIMO DE JOSEP PLA

Dijo una vez el escritor Josep Pla al humorista Julio Camba: "Yo no voy a las corridas porque he comprobado que la primera vez aparté los ojos con asco cuando el picador le metió el hierro al toro en el espinazo. Después volví la cara cuando la sangre comenzó a correr en la suerte de banderillas, pero tímidamente me atreví a mirar de soslayo. Luego mi estómago no resistió las diez estocadas que tuvo que dar un matador miserable para tumbar al morlaco aunque tampoco estaba dispuesto a perderme aquello, puesto que había pagado la entrada.

Y tuve el valor para resistir incluso tres descabellos. Aplaudí al toro en el arrastre. Poco a poco fui mirando de frente aquella carnicería. En la cuarta corrida ya todo me parecía natural. Y en la quinta ya no me hubiera importado nada si en vez de un toro hubieran matado a mi primo".

LA SANGRE O LA FAENA

La diferencia entre un taurino y un antitaurino está en la mirada. El primero no ve la sangre ni la violencia: solo ve la faena. El segundo solo ve la sangre en primer término y se niega por principio a ir más allá porque considera que ningún tipo de belleza o arte puede estar fundado en esa carnicería previa.


LA SENTINA

Se dice que los buenos aficionados no ven la sangre durante la lidia: no la ven porque están muy acostumbrados a ella, del mismo modo que no percibe el hedor del detritus quienes viven normalmente en un estercolero o se dedican a limpiar sentinas. Oiga, aquí huele a mierda. ¿Como dice usted? Que aquí huele a mierda. Pues yo no huelo nada. Usted no huele nada porque su nariz ya se ha hecho a la mierda. Sencillamente.




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