Coincidiendo con la Feria de Abril, entrevistamos al cantaor
Francisco Contreras, “Niño de Elche”, que se manifiesta de manera
radical contra tradiciones sangrientas, como la tauromaquia, vinculadas
socialmente al arte del cante.
Otro flamenco es posible: “Primero fue un posicionamiento respecto a las connotaciones políticas y conservadoras, y de allí pasé al rechazo al maltrato animal, contra la brutalidad de la tauromaquia. Todo lo relacionado con la tauromaquia me parecen atentados a la humanidad”.
Otro flamenco es posible: “Primero fue un posicionamiento respecto a las connotaciones políticas y conservadoras, y de allí pasé al rechazo al maltrato animal, contra la brutalidad de la tauromaquia. Todo lo relacionado con la tauromaquia me parecen atentados a la humanidad”.
Cada vez son más los actores, músicos, escritores,
guionistas de televisión etc. que expresan su rechazo a la tauromaquia.
Sin embargo, el mundo del flamenco parece inalterable a la evolución.
Anclado en tradiciones, sigue vinculado socialmente al mundo taurino,
entre otras cosas. Pero deberíamos hablar en pasado, porque una de las
voces más bellas e impresionantes del flamenco actual ha roto esta
realidad. Francisco Contreras, cantaor flamenco, conocido como Niño de Elche,
cuenta en esta entrevista a El caballo de Nietzsche cómo poco a poco ha
ido desintoxicándose de aspectos que nada tienen que ver con él, como,
por ejemplo, la tauromaquia.
Niño de Elche viene del
flamenco clásico, pero no ha dejado nunca de investigar con otras
músicas, desde el rock progresivo hasta la electrónica. En su obra
combina la música experimental, el artivismo, la poesía o los
performances, situándose en la vanguardia y no sólo en el aspecto
musical, también en el poético. Ha actuado en países como Austria,
Rusia, Polonia, Eslovaquia, Francia, Italia, Jordania, Portugal, Canadá,
Inglaterra, Indonesia o Costa Rica. Su último trabajo, Sí, a Miguel Hernández,
nos acerca al poeta desde el respeto y la belleza más absoluta. Su
trabajo no se parece a ningún otro realizado, va mucho más allá, va a la
esencia de Hernández. La voz de Niño de Elche parece surgir del
interior de la tierra hasta estallar en la estratosfera; todo un viaje a
través de una voz excepcional. No deja impasible.
Francisco, ¿cómo y cuándo empezó ese proceso de toma de conciencia en un espacio donde abundan tanto los tópicos?
Mi proceso personal ha cambiado desde el principio de mi carrera. Ha
tenido una evolución. Hubo un momento en mi proceso personal y artístico
en el que tuve que hacer convivir mi posicionamiento sociopolítico con
el mundo del flamenco más conservador. Hasta que comprobé que era una
tarea imposible. Poco a poco empecé a darme cuenta de que muchas cosas
que rodean al flamenco no tenían nada que ver conmigo. Primero fue un
posicionamiento respecto a las connotaciones políticas y conservadoras, y
de allí pasé al rechazo al maltrato animal, contra la brutalidad de la
tauromaquia. Ha sido un proceso lento, pero ahora tengo una conciencia
plena del rechazo absoluto. Gracias a la incursión en otras artes y a la
colaboración con otros artistas, conseguí alejarme poco a poco de esos
espacios y no depender de su economía y, por suerte, cada vez los habito
menos.
¿Tiene la tradición alguna responsabilidad en ese vínculo flamenco-toros?
Hay gente que no se da cuenta de que la tradición a menudo les incita a
mantener posturas ilógicas. Que en el nombre de la tradición se
manipula la forma de reaccionar: por ejemplo, los mismos que disfrutan
viendo la matanza del toro, luego ven en la carretera un galgo
atropellado y se estremecen. Esto no es lógico, es una consecuencia de
ese pan y circo que les impide pensar, reflexionar, reaccionar.
Eres un músico en continua evolución, investigas y ofreces espectáculos distintos. ¿Cómo incorporas la realidad a tu trabajo?
Mi primer paso es ir limpiando todas las ramas y toda la mierda que va
dejando la supuesta tradición en general, y en concreto, la tauromaquia.
Incorporo la realidad desde lo empírico y desde la creencia de que arte
y vida van muy unidos, así que el proceso no es tanto de incorporar
sino de utilizar mi contemporaneidad social como trampolín para las
propuestas artísticas.
Supongo que te habrás encontrado con muchas situaciones paradójicas en tu carrera. ¿Puedes contarnos algunas?
«La paradoja es algo diario cuando vives dentro de la bestia», en
palabras de mi querido López Petit. La gran paradoja hasta ahora ha sido
que, justo cuando empecé a separarme de lo que conocemos como
tradición, empezaron a aparecer invitaciones a diversos actos taurinos,
futbolísticos, religiosos, fiestas de partidos políticos, festivales
flamencos donde se maltrataba animales, actos a favor de la SGAE, entre
otros. Por supuesto, no acepté ninguna de las invitaciones.
La tauromaquia pierde público a pasos de gigante. Para paliar su propia
muerte, están potenciando las escuelas taurinas para niños, pensando,
quizá, que eso garantizará el futuro que ahora no tiene. ¿Qué opinas de
las escuelas taurinas para niños?
Eso es
terrible, es un atentado al sentido común, a la educación, a la
sensibilidad y empatía que deben tener los niños. Todo lo relacionado
con la tauromaquia me parecen atentados a la humanidad. Apoyar las
escuelas taurinas con dinero público es casi terrorismo de Estado.
En Andalucía hay mucha gente abriendo camino a través de asociaciones
como los veterinarios contra la tauromaquia de AVATMA. Por otra parte,
la Plataforma La Tortura No Es Cultura denuncia que, en tiempos de
recortes presupuestarios, de cierre de teatros y salas de música, el
Gobierno declare la tauromaquia ,Patrimonio Cultural y distraiga aún más
los recursos públicos. Que un artista flamenco de tu calidad se
posicione tan claramente contra esto es, cómo diría yo, pura poesía.
¿Eres consciente de la importancia que puede tener tu ejemplo?
Todo lo que relaciona a la tauromaquia debe ser rupturista, aquí no caben medias tintas. No
hay reformismo posible. Hay que atajarlo desde la radicalidad total. Es
muy importante el trabajo que realizan los movimientos antitaurinos.
Pero me gustaría remarcar que mi posicionamiento político va unido al
posicionamiento artístico. Como dijo Herbert Read, «el arte
revolucionario debería de ser arte revolucionario», y por lo tanto mi
pequeño ejemplo está basado en esa unión de conceptos porque, si no, te
puedes encontrar gente con un supuesto posicionamiento sociopolítico
pero que sus prácticas sean totalmente conservadoras y es una línea de
trabajo que no me interesa. También quiero dejar claro que soy una
consecuencia de un movimiento que viene de atrás y que hoy está más
vigente que nunca. En el flamenco ha habido gentes que han hecho y hacen
un trabajo que me inspiran política y artísticamente hablando, como
Bulos y Tanguerías (Raúl Cantizano y Santi Barber), Juan Carlos Lérida,
Israel Galván, Los Voluble (Pedro Jiménez y Benito Jiménez), Pedro G.
Romero, Los Flamencos (Isaías Griñolo y Antonio Orihuela) o David
Pielfort, entre otros.
Hay
iniciativas que pretender gestionar las plazas de toros
reconvirtiéndolas en espacios para la cultura. Cambiar la sangre
derramada por música, las estocadas por grupos de teatro, el gemido de
un animal aterrorizado por palabras, por poesía, todo un abanico de
actividades culturales. ¿Aceptarías entonces cantar en una plaza de
toros reconvertida?
Si se hiciera con un enfoque
cultural y con un concepto aperturista de la cultura y me requieren
para mostrar mi trabajo, sin duda que aceptaría.
Formas parte de una generación de artistas unidos por una conciencia
social, por la indignación de nuestra sociedad. Para ti la poesía es muy
importante. ¿Qué relación tienes con los poetas de Voces del Extremo?
Mi primer contacto con ese mundo poético fue mediante mi gran amigo el poeta Antonio Orihuela y su blog Voces del Extremo.
Después de conocernos y entablar relación, me invitó a los encuentros
en Moguer que se celebran en julio y allí he podido conocer a grandes
poetas como Ana Pérez Cañamares, David Trashumante, Eladio Orta, Enrique
Falcón, Begoña Abad, Bernardo Santos, etc. Mi relación espiritual con
ellos es totalmente completa mediante sus lecturas.
Quiero aprovechar para darte la enhorabuena por todo tu trabajo, pero
especialmente por tu último disco, realmente maravilloso, Sí, a Miguel Hernández. ¿Qué hay detrás de este trabajo tan excepcional?
Hay un amor incondicional a la figura de Miguel Hernández, a su
espíritu social, a lo que representa para tanta y tanta gente y, sobre
todo, hay detrás una inquietud por contar las realidades sociales de
nuestro tiempo con la visibilidad que nos proporciona lo mediático de su
nombre. Para todo ello conté con el periódico que se reparte con el
disco y cuyo formato nos daba la facilidad espacial para abordar todas
las temáticas de las cuales quería hablar, como el republicanismo, las
guerras, la explotación infantil, la ecología, la memoria histórica, las
cárceles, etc. Para establecer diferentes líneas de pensamiento dentro
de los márgenes en los que trabajábamos, pedí colaboración de gentes
como Santi Barber y Olga Beca, que se encargaron de dar coherencia y
ritmo a la obra, pasando por el texto biográfico de José Luis Ferris, el
prólogo de Antonio Orihuela, entrevistas a Marcos Ana o Salhaketa
Nafarroa, poemas de Jorge Riechmman, Isabel Pérez Montalbán o David
González, junto a artículos como los de Pedro G. Romero o Pedro Jiménez,
de Zemos98, entre otros.
¿En qué proyectos estás trabajando ahora? ¿Con qué nos vas a sorprender?
En lo que a proyectos discográficos se refiere, los más inminentes serán la edición de un EP titulado Nanas, junto al músico electrónico David Cordero; la edición de un disco junto al guitarrista José Sánchez, titulado Strates y basado en las formas compositivas del minimalismo; y a finales de año quiero grabar el disco titulado Voces del Extremo,
sobre poemas de poetas actuales y en la línea de la poesía de la
conciencia crítica, acompañado de músicos del panorama alternativo
español y producido por Daniel Alonso (Pony Bravo). En lo que a escénico
se refiere, tengo por delante el nuevo espectáculo del bailaor Juan
Carlos Lérida, titulado Al cante, y que estrenaremos en Düsseldorf (Alemania); el proyecto conjunto con Juan Carlos Lérida y Raúl Cantizano, titulado ToCaBa;
la nueva creación de la bailaora Pastora Galván, así como
colaboraciones con la bailarina María Muñoz o el bailarín Guillermo
Weickert. Y seguir con los espectáculos que ya tengo en pie, como VaconBacon. Cantar las fuerzas, junto a Bulos y Tanguerías; Cantes Tóxicos, junto a Isaías Griñolo y Antonio Orihuela; Lirio entre espinas, de Guillermo Weickert; Las malditas órdenes del coronel, junto a Seidagasa, o las presentaciones de Sí, a Miguel Hernández, entre otras cosas.
Gracias, Francisco, es un placer contar con gente como tú en el
panorama musical. Es como abrir una puerta en una casa que llevaba
cerrada décadas, como lluvia de abril.
Gracias a El caballo de Nietzsche por haberme invitado y a vosotras por vuestra labor.
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