por Julio Ortega Fraile
Una investigación de Igualdad Animal sobre la brutalidad y la ilegalidad
Durante la guerra civil de Nicaragua
(1979) el periodista norteamericano Bill Stewart fue interceptado por
fuerzas somocistas en un control. Le hicieron tumbarse boca abajo en el
suelo y cruzar las manos sobre la nuca al grito de “acuéstate hijoputa”.
Su bandera blanca y su acreditación como corresponsal no sirvieron de
nada. Al cabo de unos instantes el guardia nacional al mando del grupo
le descerrajo un disparo en la cabeza e hizo lo mismo con su traductor,
Francisco Espinoza. Todo lo ocurrido fue filmado por Jack Clark, un
compañero del asesinado, también reportero, que logró esconderse en la
maleza a unos metros y emitir la escena posteriormente.
Hasta ese momento EEUU había apoyado al
régimen de Somoza pero aquellos imágenes hicieron que muchos
norteamericanos sintiesen y proclamasen una rabia, hasta entonces
inexistente o mitigada, por la complicidad moral y material de su
gobierno con el del dictador nicaragüense. A partir de aquel momento y
ante la indignación de sus ciudadanos Estados Unidos dejó de apoyar a
Somoza que perdió la guerra cuatro semanas después.
Lo que no se ve hay muchos que no lo reconocen, pero no son pocos los que tampoco lo hacen después de haberlo visto.
“Tachito” Somoza, que intentó que la
escena no saliese a la luz, lo calificó de suceso lamentable y puntual,
pero miles de asesinados, torturados y desaparecidos desdecían sus
palabras, como las de tantos otros antes, como las de otros tantos
después...
Igualdad Animal ha grabado en granjas de
conejos, ha obtenido datos de más de setenta y de mataderos, mostrando
en su investigación la brutalidad con estas criaturas, su tormento
atroz, las prácticas salvajes con tintes de ensañamiento en ocasiones,
la muerte lenta, además de ilegalidades que vulneran no sólo las normas
de bienestar animal, sino también la legislación sobre salud pública.
Tomás Rodríguez, de Intercún, la principal organización que representa a
la industria cunícula, niega los resultados obtenidos y dice en su
descargo que las imágenes fueron tomadas con engaños (las de la
ejecución de Bill Stewart se hicieron a escondidas), que no responden a
una práctica habitual (tampoco lo era el asesinato del reportero,
aseguraba la dictadura nicaragüense), y que los conejos no merecen la
misma consideración de bienestar que los animales de compañía (para
Somoza los campesinos insurrectos tampoco merecían vivir)
Pero estas grabaciones, como aquellas
tomadas en el barrio de Reguero, en Managua, son la única verdad, la
indiscutible, la que echa por tierra las coartadas, los engaños.
En EEUU muchos sabían lo que estaba
ocurriendo en Nicaragua pero su empatía selectiva sólo empezó a
funcionar cuando el asesinado fue uno de los suyos. Los conejos lo
tienen mucho más difícil, porque en este caso la empatía ha de superar
la barrera del especismo. Si a un armero de Nevada le importa un bledo
la suerte un campesino de Matagalpa, ¿cuánto le conmoverá a una señora
de Toledo o un señor de Alcañiz la de un conejo? Aunque tal vez lo haga
más la de su salud y la de sus hijos, la física digo, no la moral,
también puesta en juego en este asunto y denunciada por IA.
Paul Mccartney dijo que si los mataderos
tuvieran muros de cristal todo el mundo sería vegetariano. Creo que fue
demasiado optimista, peo lo que es seguro es que a muchos empresarios
de granjas les interesa que sigan siendo muy altos y de hormigón, así
siguen tapando a la vista y al oído, lugares en donde para muchos
residen los estímulos de la conciencia, tanto el sufrimiento de las
criaturas allí prisioneras como las ilegalidades en las que incurren.
Y si no se ve desde afuera, ¿quién va a
denunciarles?, ¿un trabajador e inmediatamente quedarse sin trabajo?,
¿un conejo que logre escapar?
Pero esta vez, como ocurrió con las
granjas de cerdos también con IA o con los sótanos del zoo de Barcelona
con Libera!, vuelve a haber paredes de cristal gracias al valor y el
compromiso de unos activistas, que tras un trabajo de dos años han
dejado al descubierto una realidad tan sabida como intencionadamente
oculta.
Ahora sólo falta que la empatía y la ley no sean un producto degenerado y hagan honor a su descripción y finalidad.
Este es el enlace al reportaje de IA sobre las granjas de conejos en Youtube:
https://www.google.es/#q=granjas+conejos+igualdad+animal+youtubeJulio Ortega Fraile
@JOrtegaFr
http://www.kaosenlared.net/secciones/s/consumo-responsable/item/88189-maltrato-en-granjas-de-conejos-en-espa%C3%B1a.html
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