El fiscal pide que se investigue el gasto en un matador de la localidad sevillana
Parece una historia propia del universo berlanguiano, pero es real y
contemporánea: el Ayuntamiento de la localidad sevillana de Espartinas
firmó en junio de 2007 un contrato de representación artística con el
vecino Agustín Pérez García, por aquel entonces prometedor novillero
conocido en los carteles como Agustín de Espartinas.
Lo que comenzó como una apuesta por la promoción de un joven valor
local ha acabado, por el momento, en la fiscalía, que, a partir de una
denuncia del PSOE de la localidad, ha pedido al juzgado que investigue
un posible delito de malversación de caudales públicos por una supuesta
financiación de 120.000 euros de la que habría gozado el matador.
Los hechos suceden en el pueblo natal de la conocida figura del toreo Juan Antonio Ruiz, Espartaco,
situado en el Aljarafe sevillano, a 12 kilómetros de la capital, donde
el Partido Popular gobierna con mayoría absoluta desde 1983. Famosa y
reconocida fue la alcaldesa María Regla Jiménez, reelegida en seis
ocasiones, y que, a raíz de su fallecimiento en 2003,
fue sustituida tanto en la alcaldía como en la presidencia del partido
por su hijo, Domingo Salado, que aún mantiene el bastón de mando.
La mano derecha de Salado es Javier Jiménez,
primer teniente de alcalde y concejal multifuncional, pues está al
frente de las áreas de Hacienda, Cuentas, Urbanismo, Desarrollo Local,
Seguridad Ciudadana y Deportes. Y algo más: es vicepresidente y
consejero delegado de Esdelsa (Espartinas Desarrollo Local, SA), que es
la sociedad que firmó el contrato con el torero.
Jiménez, veterinario de profesión y aficionado a los toros, es el
padre de dos novilleros con picadores, Borja y Javier Jiménez; este
último lleva una fulgurante carrera y el pasado domingo cortó una oreja
en la plaza de Las Ventas. Precisamente, la noticia de su triunfo madrileño es la que abre estos días la página web del Ayuntamiento.
Además, Jiménez fue el principal impulsor de la construcción de una
plaza de toros, que fue inaugurada en 2005, y en la que las arcas
municipales invirtieron 3,5 millones de euros; y de la Escuela de
Tauromaquia de la localidad, que ha estado dirigida por el padre de
Espartaco y que cerró el pasado año por razones presupuestarias.
Agustín de Espartinas destacó en esa escuela y, tras triunfar en La Maestranza, recibió la oferta de apoderamiento del propio Jiménez.
El concejal lo cuenta así: “Estábamos en 2007, cuando la crisis no
era siquiera un rumor lejano, y había tantos recursos privados y
públicos… Y se nos ocurrió que Esdelsa patrocinara la carrera de
Agustín, del mismo modo que desde esta sociedad promocionamos el
flamenco, el arte sacro, las flores, el ciclismo, el baloncesto y un
diseñador de moda; el torero llevaría el nombre del pueblo por todas las
plazas, lo que redundaría en beneficio de todos. En estos momentos, no
tendría ningún sentido porque no tenemos ni para pipas”.
Así, el contrato se firma el 24 de junio de 2007 y se revoca el 10 de
enero de 2008, cuando el torero decide unilateralmente cambiar de
apoderado.
El asunto queda dormido hasta enero de este año, cuando se anuncia
una corrida en Espartinas en la que no figura Agustín. Su representante
actual, Tomás Campuzano, se queja con amargura, y la respuesta del
Ayuntamiento fue una nota de prensa enviada al portal
Sevillataurina.com, que destapó esta noticia, en la que reprochaba al torero su queja cuando el Consistorio local había invertido más de 120.000 euros en su carrera taurina.
Aunque Javier Jiménez rectificó seguidamente, el escándalo estaba
servido. Dijo entonces que no había habido tal inversión, sino que se le
había perdonado al torero la cantidad de 150.000 euros que debía pagar a
Esdelsa como cláusula de rescisión del contrato, al estilo de los
futbolistas.
Sin embargo, cuando se le pregunta al concejal, su respuesta no deja
duda: “Claro que hemos destinado recursos a la carrera del torero, y
contó con nuestra ayuda antes de que se firmara el contrato. Organizamos
festejos; en unos ganamos, en otros perdimos, y Agustín cobró sus
honorarios. Todas las gestiones las hemos cifrado en torno a los 120.000
euros, y las cuentas están claras y aprobadas por el consejo de
administración de Esdelsa, por el pleno del Ayuntamiento y remitidas a
la Cámara de Cuentas”.
No es de la misma opinión Ignacio Rubio, portavoz socialista en el
Ayuntamiento, que presentó la denuncia por presunta malversación de
fondos públicos. Él y el resto de la oposición —Partido Andalucista,
UPyD e IU— aseguran desconocer que se hubiera firmado un contrato con el
torero. Rubio afirma que nunca se habló de este asunto en el
Ayuntamiento, y que “solo el desliz de Jiménez, fruto de su prepotencia”
ha permitido que salga a la luz.
“Si es para hablar de Agustín de Espartinas, claro que hablamos;
sobre el asunto del Ayuntamiento, no, porque eso se aclarará donde
debe”. Esta fue la respuesta del torero cuando este periódico requirió
su opinión.
Agustín tiene 27 años, fue un exitoso novillero, pero pronto conoció
la hiel de esta dura profesión. El 1 de mayo de 2008 tomó la alternativa
en su pueblo de manos de su idolatrado Espartaco, y, desde entonces,
solo ha actuado una docena de tardes, muy pocas para quien no ha perdido
la esperanza de ser figura.
El pasado día 3, en Estella (Navarra), se vistió por vez primera de
luces esta temporada, y el 15, en Tafalla (Navarra), será la segunda, en
esta ocasión ante toros de Victorino Martín.
En invierno se dedica a la recogida de aceitunas, trabaja en un bar
de copas o en algún gran almacén porque el año es largo y la profesión
no le da para vivir.
Agustín de Espartinas fue el doble de Adrien Brody en la película Manolete. Parece como si le hubiera perseguido el mal fario de aquella cinta.
Por su parte, el abogado del torero, Javier de Cossío, quiere dejar
claras algunas cuestiones. No cree, en primer lugar, que la denuncia
prospere porque este tipo de delitos prescribe a los cinco años, plazo
que ya se ha cumplido, aunque no la inhabilitación para cargo público,
que lo hace a los diez. Añade que el torero no solo no ha recibido un
solo euro de esa supuesta cantidad invertida, sino que se ha visto
obligado a pedir el aval a sus padres y a un grupo de amigos para
solicitar un crédito con el que hacer frente a deudas con la Seguridad
Social, Hacienda y sueldos de la cuadrilla no abonados en su día por la
sociedad que ejercía como apoderado. “¿Cómo pueden decir que han apoyado
a Agustín si solo ha toreado una corrida en la plaza de Espartinas?”,
se pregunta. Y concluye: “Todo esto ha sido un gran despropósito muy
dañino para el torero, que ha perdido dinero y no ha ganado nada”.
Mientras tanto, los habitantes de Espartinas se debaten entre la
solidaridad con el torero y el deseo de que todo se aclare. Una encuesta
en la página web del PSOE local pregunta: ¿Qué le parece el
apoderamiento de un torero con dinero público? Entre quienes han
contestado, 300 vecinos dicen que es “una auténtica vergüenza en los
tiempos que estamos”; y 87 considera: “Muy bien, habría que hacerlo
más”.
1 comentario:
He trabajado ocho años en Espartinas y he visto cómo entienden la elección en las urnas: como nos han elegido - a nosotros o a nuestros familiares, es igual - estamos legitimados por los votos para actuar de cualquier forma ... y quien no lo entienda o no lo acepte, no es un demócrata, pues está poniendo en duda los votos ...
El pueblo aún tiene calles dedicadas a Franco ..., fíjense si todos en él van a oponerse a tal uso de fondos públicos, esto es, a tal abuso de poder ...
joaquinplana@wordpress.com
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