jueves, 17 de enero de 2013

La realidad oculta de la hípica

Arrojamos luz sobre lo que no se cuenta de los deportes ecuestres, tras la fatal noticia del caballo matado a golpes en Mallorca el pasado 30 de diciembre en el Hipódromo de Manacor.

La realidad oculta de la hípica

A raíz de los hechos acontecidos el pasado 30 de diciembre en Mallorca, en los que un caballo murió desnucado tras recibir golpes con una vara de hierro por parte de su entrenador después de una carrera de ‘trot’ en el Hipódromo de Manacor, PACMA quiere ahondar en el  uso de caballos para la práctica deportiva y sus consecuencias fatales.
Lo sucedido en Mallorca no es un hecho aislado. Que se haya producido en público ha desatado la polémica en la sociedad y los medios de comunicación, pero la realidad es que el maltrato durante el entrenamiento de los caballos forma parte de la práctica deportiva en sí.
La hípica, la doma, el rodeo, el polo o el trot (práctica muy extendida en las Islas Baleares) suponen maltrato, abuso y muerte para los caballos. Estos animales necesitan ser entrenados para poder desarrollar los comportamientos antinaturales para los que son utilizados. Este entrenamiento esconde una realidad muy amarga, que basa su razón de ser en la consideración de los caballos como recursos de los que se debe sacar un rendimiento, y que son desechados cuando dejan de ser rentables.
Durante el entrenamiento se utilizan alambres de púas, fustas o látigos con descarga eléctrica, serretas (pieza metálica con dientes aguzados que se coloca en la boca del animal y que se vale del dolor que le produce la presión ejercida por el jinete al tirar de las bridas), espuelas con las que golpean los lomos del animal o cuerdas que obligan al caballo a mantenerse con la cabeza agachada, lo cual le provoca graves lesiones cervicales y fuertes dolores, como se puede ver en este vídeo.
El entrenamiento de estos animales y su consideración como recursos económicos es la cara oculta de un deporte considerado de élite, aclamado en los Juegos Olímpicos y de gran peso en las casas de apuestas.
Pero la realidad, es que estos animales viven explotados y cuando dejan de ser rentables son enviados al matadero. En la situación económica actual, para más inri, el volumen de carne de caballo ha aumentado debido al alto coste de su mantenimiento. Hipódromos y particulares “propietarios” se deshacen de sus animales para convertirlos en carne.
Afortunadamente, existen personas que les dan una segunda oportunidad, los rescatan de estos lugares horribles y les ofrecen un hogar seguro. Un valiosísimo ejemplo es la Asociación en Defensa de los Équidos, que da cobijo y cariño a animales que jamás podrán recuperarse de sus secuelas físicas y psíquicas tras entrenamientos y años de competición terribles.
Desde PACMA queremos agradecer la labor de estas personas y de todas aquellas que desde organizaciones, o anónimamente, dedican su vida a darles una segunda oportunidad.



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