Los cazadores, un ejemplo de sensibilidad
Cuando matar es amar
Si para vosotros, acosar y acorralar a un animal
es signo de ese respeto que juráis que todos ellos os merecen. Si
dispararle y rematarle con un cuchillo, o provocar que huya herido,
arrastrando su dolor, hasta que la hemorragia doble sus patas y detenga
su aliento, es una prueba del amor que decís sentir por ellos. Si
condenar a crías a la agonía del hambre tras matar a su madre, si hacer
que tantas criaturas abandonen su entorno y deambulen perdidas y
asustadas, si ofreceros solícitos cada vez que véis la oportunidad de
hacer una "limpieza" de perros y gatos en un ayuntamiento, si exigir que
se pueda cazar en zonas protegidas, es señal de unas profundas
inquietudes ecológicas que no os cansáis de pregonar. Si pegar un tiro,
arrojar a un pozo, ahorcar o arrancar el microchip a un perro escarbando
con una navaja para abandonarlo después, es el trato que algunos le
dáis a los que llamáis vuestros mejores amigos y compañeros. Si ser
responsables de la muerte de docenas de seres humanos en vuestro ansia
por abatir una pieza no es más que un fatal accidente...
Decidme cazadores: conociendo la naturaleza de
vuestras justificaciones, ¿a qué razón obedece el incendio que habéis
provocado en Estepona, al prender fuego para conseguir que los conejos
saliesen de sus madrigueras y así poder reventarlos con vuestras armas?
¿Gestión medioambiental tal vez?
La respuesta os la voy a dar yo, y lo haré con unas
reflexiones vuestras. La primera ha sido extraída de la Página de la
Real Federación Española de Caza:
"El verdadero cazador, ama mucho más a los seres
vivos y salvajes que la masa media y tierna de sus detractores... La
caza está más cerca del amor que de la violencia".
Y las tres siguientes, corresponden a unos fragmentos literales de conversaciones en foros de cazadores. Como estas, a cientos:
"Yo, si las circunstancias lo permiten suelo hacer
otra cosa, suelo pinchar en el codillo y una vez que tengo el acero
dentro tiro hacia abajo y le hago un corte bastante grande y a su vez al
tener el cuchillo dentro, este va rompiendo todo lo que encuentra a su
paso, como pulmones y corazón, esa es mi forma. Es efectiva lo puedo
asegurar. Cada agarre es diferente y la etica y la estetica no se
utiliza en ese momento".
"Estaba colocado de tal forma que el jabalí me
saldría a la vista a unos 3 metros y justo a los pies. Asi que quise
moverme un par de pasos por si me arroyaba (tonto de mi). Y me escucho y
giro, pero le pude pegar 2 tiros por el culo y le parti las patas de
atras y le saqué las tripas... Pero el cabrón se tiro por un barranco y
quedó abajo aciendo crujir sus colmillos".
"Para los gatos les pones una sardina dentro de
una jaula trampa y cuando le hayas capturado nada de complicarte la vida
con sacos ni garrotes ni nada, que escapará. Le sumerges en un
recipiente con agua donde quepa toda la jaula y arreglado".
Sí, sin duda, para vuestros cerebros ávidos de plomo y sangre, amor y violencia son dos cuestiones indisolubles.
Julio Ortega Fraile
Delegado de LIBERA! en Pontevedra
@JortegaFr
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