Una
galga apareció muerta al lado de las instalaciones del albergue de
animales de Albacete. Su cuerpo estaba lleno de perdigones y tenía una
cuerda atada al cuello. Además, le habían arrancado el microchip para
que no sea posible localizar y denunciar al culpable.
Durante la temporada de caza en España miles de galgos son
abandonados, ahogados, torturados, ahorcados. Desde el Partido
Animalista denunciamos a los galgueros y cazadores como
responsables de una práctica absolutamente ilegal, y responsabilizamos
de esta situación a nuestros gobernantes y a la propia Justicia, que se
muestran ajenos a este drama.
Cada día, protectoras de toda España nos reportan informes advirtiendo de la gravedad de la situación. “Esta es la verdad y la realidad de la caza o las carreras con galgos, esta es la verdad que los políticos y las autoridades nunca quieren ver”, destaca indignado Javier Navarro, portavoz de la Protectora de animales.
El pasado 4 de octubre de 2011, el Intergrupo por el Bienestar Animal del Parlamento Europeo pidió explicaciones a España por el trato que los cazadores dan a los galgos en nuestro país. En la carta, transmiten su preocupación por los casos documentados por organizaciones de rescate: los galgos son severamente golpeados, quemados vivos, rociados con ácido, tirados en pozos, atados en cuevas o abandonados hasta morir por los cazadores cuando ya no les sirven.
Desde el Partido Animalista lamentamos que los políticos ignoren
sistemáticamente la realidad de un país en el que, por las cunetas,
deambulan perros que nadie quiere. Un país que apoya, promociona
y subvenciona la tortura de animales. Un país a la cola de Europa y el
resto del mundo, en el que se da la espalda al terrible trato que
reciben los animales.
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