viernes, 7 de enero de 2011

Al Sr. Zapatero, defensor de la tauromaquia


Señor Zapatero: ha declarado Usted en una entrevista que en Cataluña no se deberían de haber prohibido las corridas de toros. ¿Sabe una cosa?, como nunca le había oído tomar posición respecto a este asunto yo creía que personalmente no era partidario de la tortura de un animal en la arena. Un nuevo error por mi parte, y digo nuevo porque también pensé en su día que se preocupaba más de los trabajadores que de la banca, o de las familias que de las eléctricas.


Emplea los términos “gustar” y “afición” elevándolos a elementos constitutivos de la libertad que presuntamente anhela para los ciudadanos. Por eso considera que la tauromaquia debe ser preservada y que acudir a contemplar la agonía de un toro es un acto de libre albedrío. De acuerdo, entonces, si ese es su criterio, tenga los redaños de reconocer públicamente que estima adecuado el mensaje de licitud de la violencia sobre seres vivos que se transmite durante la lidia, especialmente a los niños, y también que el sufrimiento del toro le parece una cuestión irrelevante. O eso, o admita sin rodeos que está manteniendo como táctica política una actitud que entra en contradicción con su sensibilidad y racionalidad como ser humano.

La legalidad del proceso seguido en Cataluña para la abolición fue absoluta. Esta realidad le impide, por supuesto, derogar una Ley que cumple con todos los requisitos para su aprobación. Cerrada la vía normativa sólo le queda la de lanzar a los ciudadanos su mensaje de rechazo a la ILP. ¿Qué ha logrado con tal estrategia?, pues poner de su parte a los responsables del sector taurino, los mismos que hace pocos meses le insultaban por no decantarse en contra de prohibir las corridas de toros. Se ha buscado, Señor Presidente, los amigos más chaqueteros que podía concebir. No olvide mirarse la mano cuando se la estrechen agradecidos como están por sus declaraciones, tal vez se la encuentre manchada con la sangre de las víctimas de su libertad.

Déjeme que le cuente algo: hasta no hace mucho y aunque no me identifico con ninguno, prefería que, como “mal menor”, ganasen los socialistas antes que los populares. Ha conseguido Usted que me dé ya lo mismo. Nada diferencia a dichos Partidos en la política que emana de sus líderes. Afortunadamente y aunque no abunden, existen corporaciones locales de ambas formaciones con una sensibilidad muy diferente en lo que a la brutalidad con los animales se refiere. Señor Zapatero, siga, si así lo desea, alimentando esa exhibición de salvajismo e ignorancia, que yo le agradezco que poco a poco se quite la máscara, porque siempre es bueno saber de la taurofilia que subyace en el político que prometió una Ley de Protección Animal eficaz. Cada día me recuerda Usted más a los “Padres de la Patria” que llenaban el NODO.

http://www.findelmaltratoanimal.blogspot.com/

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