Una mujer se enfrenta a una multa de hasta 50.000 euros por montar un refugio para perros

El Ayuntamiento de Sagunt ha denunciado a una vecina porque construyó el albergue de animales sin solicitar la declaración de núcleo zoológico

. M. R. SAGUNT
Amar a los animales y realizar trabajo de voluntariado implica a menudo un cierto grado de sacrificio. Carmen de Andrés y los numerosos voluntarios que vienen colaborando en SOS Sagunto lo saben bien, por todo el trabajo y el esfuerzo invertido todos estos años en ayudar a decenas de perros y gatos abandonados, a los que han atendido y buscado un nuevo hogar. Pero lo que no sabían es que, además, su altruista labor puede acabar ocasionándoles un importante sacrificio económico.
Hasta 50.000 euros. Esta es la sanción que podrían acabar sufriendo como consecuencia del expediente abierto por el Ayuntamiento de Sagunt. El origen de esta situación está en una inspección del Seprona a principios de verano a las instalaciones que tiene en una zona de montaña de Sagunt. El 2 de julio los agentes notificaban al ayuntamiento la existencia de este centro de acogida, donde se contabilizaron 23 perros. Igualmente, se indicaba en su informe que las instalaciones carecían de la declaración de "núcleo zoológico" que le exige el decreto que regula la protección de los animales de compañía en la C.Valenciana, ni de la autorización ambiental integrada. A la vista de estos hechos, el consistorio abría el pasado 1 de septiembre un expediente sancionador por una "infracción grave", lo que puede acarrear una multa de entre 2.001 hasta 50.000 euros.
La noticia supuso toda una sorpresa para la responsable del albergue, que se enteró ayer de la decisión municipal a través de Levante-EMV . "Ningún vecino se ha quejado -afirma Carmen-, porque hacemos todo lo posible para tratar bien a los animales y no molestar". "A las siete de la mañana ya estoy limpiando, soy una obsesionada con la limpieza y si huele a algo es a lejía", destaca.
Afirma que incluso los miembros del Seprona destacaron la situación en que se encuentran los animales en el centro. "Parece que el Seprona fue alertado por alguien que vio muchos perros y pensó que podían estar maltratados, pero cuando los agentes vinieron y comprobaron las instalaciones se sorprendieron de sus condiciones".

Proceso de regularización
Sin embargo, reconoce que le faltan las autorizaciones que le reclaman, ni está en condiciones de obtenerlas en las actuales instalaciones. "Tener el centro legalizado supone buscar un terreno y realizar una inversión que en estos momentos no puedo asumir", admite Carmen. Sin embargo, asegura que su intención es regularizar la situación a medio plazo. "En estos momentos estamos tramitando la inscripción como asociación y la idea es ir aumentando el número de socios y en año y medio o dos años buscar otro terreno y tratar de encontrar financiación", señala.

Una vida entregada a los animales

Toda su vida Carmen de Andrés ha estado cuidando a los animales. Sin embargo, cuando el pasado febrero supo que iban a sacrificar 30 galgos en Cuenca sintió la necesidad de hacer algo más. Así surgió la idea de montar un albergue para perros abandonados. Por ella han pasado más de un centenar de animales que son llevados al veterinario, vacunados, alimentados y dados en acogida, eso sí, tras una exhaustiva selección. Algunos viven hoy en Asturias, Madrid o Barcelona. Pero lo que comenzó como un empeño personal hoy ya es mucho más. Unos cuarenta voluntarios colaboran con ella en el cuidado de los animales, en sacarlos a pasear. Y eso sin contar los donativos que recibe y que le permiten en parte afrontar los 1.000 euros mensuales que cuesta el mantenimiento de las instalaciones. j. m. r. sagunt

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