lunes, 5 de abril de 2010

Los derechos de los animales, artículo de Laura Cosculluela

Laura Cosculluela 01/04/2010

Tuve el gran placer de asistir a la concentración antitaurina del 28 de marzo en Madrid, motivada por la intención de Esperanza Aguirre de declarar las corridas de toros como bien de interés cultural. El número de asistentes a la manifestación fue importante, pero la verdad, tenía la esperanza de que fuéramos más, muchos más. Y es que en España la gran mayoría de la gente, o está en contra de las corridas de toros, o no le interesan en absoluto. Pero no somos tantos los activistas que luchamos por ello. ¿A quién le importa la vida de unos cuantos centenares de toros que son torturados hasta la muerte ante la atenta mirada de humanos-inhumanos

La respuesta es sencilla: aunque la gente no apruebe el maltrato animal que es la Tauromaquia, o incluso se posicione manifiestamente en contra, nadie mueve un solo dedo por algo que no sea el propio beneficio o el propio placer. En esta sociedad en la que vivimos, totalmente egoísta y egocéntrica, la mayoría de la gente vive medio adormecida, sin ser capaces de ver el sufrimiento ajeno, ni más allá de sus propios problemas. Y los que pagan el pato son siempre los más débiles, en este caso los animales, que por desgracia no pueden alzar la voz de denuncia, sino que tienen que esperar a que lo hagamos nosotros. Y por desgracia, los que estamos dispuestos a luchar por sus derechos somos muy pocos. Es más fácil no hacer nada, es más fácil quedarse en casa un domingo que ir hasta Madrid para manifestarse en contra de la crueldad animal.

Señores, así no vamos a ninguna parte, las cosas no se cambian solas. Y mientras tanto, mientras la mayoría siga optando por lo fácil y cómodo, los "maestros" y sus cómplices siguen sacando sus beneficios, y los animales siguen sufriendo y muriendo de la peor manera.

¿Dónde queda la conciencia ¿Cómo puede vivir la gente tan tranquila Se trata a los animales como simples mercancías, sin importarles que sean seres vivos que sienten y padecen, y con unos sentimientos mucho más humanos que algunos que se consideran "personas". Si el toreo sigue estando permitido no es porque sea ético ni moral; al toro de lidia se le excluye de las penalizaciones por maltrato animal por una sencilla razón: negocio y dinero, disfrazado de cultura y tradición.

En el fondo es eso, beneficio propio a costa de lo que sea.


http://www.diariodelaltoaragon.es/NoticiasDetalle.aspx?Id=622703

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