miércoles, 10 de marzo de 2010

Indultar al último oso pirenaico

Indultar al último oso pirenaico




Mercedes DURÁN
04/03/2010


Condenados a desaparecer en pocos años, o tal vez en meses, los últimos ejemplares de oso pardo que viven en los Valles Occidentales del Pirineo, circulan ya por el estrecho corredor donde la actividad humana les ha cercado.

Sin embargo, la supervivencia hasta ahora de este ancestral habitante de las montañas, no ha sido un milagro. Simplemente había coexistido en legítima convivencia con los demás habitantes de los valles. Su presencia era y es garantía de un entorno de extraordinaria calidad natural y de riqueza.

Pero también ha tenido sus enemigos (la eterna rivalidad entre los grandes depredadores y el hombre). Y la última osa autóctona (Cannelle) que fue abatida a tiros por un cazador francés hace pocos años, ha desatado la crisis de la supervivencia de la especie, y el debate de la reintroducción de otras hembras, como ya se hizo en el Pirineo Francés.

Este debate está causando alguna tensión con los ganaderos de la zona, que practican la ganadería extensiva y que son imprescindibles para la vitalidad de las zonas de montaña.

Pero el oso es un animal protegido, y declarado por la Directiva de Habitats Comunitaria como en grave peligro de extinción. Y este año 2010, ha sido declarado como el Año Internacional de la Biodiversidad, ante la alarmante pérdida de especies.

Conservar un paisaje íntegro con toda su riqueza biológica y en equilibrio con los usos humanos, es un reto para trasmitir el mejor patrimonio, como siempre se había hecho en los Valles Occidentales.

Pero en estos momentos ya no es suficiente con la organización tradicional.

Es necesaria una decidida acción política, que garantice la normalidad, con los presupuestos, las indemnizaciones necesarias, las guarderías y la aplicación estricta de las normas.

Y esta voluntad política, en estos momentos, es la llamada de gracia, es el acto final de justicia, el indulto que espera el oso pardo.

De lo contrario, con el punto de mira puesto en las Administraciones, por no haber actuado en el momento oportuno, tendrán éstas que cargar con la responsabilidad, y responder ante las sociedades presentes y futuras, por la desidia que les llevó a permitir el cumplimiento de esta sentencia injusta.


http://www.diariodelaltoaragon.com/NoticiasDetalle.aspx?Id=617863

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