miércoles, 24 de marzo de 2010

El mito de los toros

20/03/2010 CARMEN Pérez

Un tema que levanta pasiones porque para algunos es como si les tocaran sus raíces más profundas o su arte más arraigado. Las opiniones de los que defienden las corridas de toros considerándolo un arte, una tradición o una cultura, caen en argumentos basados en su propia afición. Elevar una actividad humana a la categoría de arte, sin pasar por los filtros necesarios, sería devaluar su acepción. Tampoco por ser una tradición sería suficiente, las hay que se han suprimido como la que hacían los quintos de un pueblo de Zamora que montados a caballos y blandiendo una espada descuartizaban los gallos colgados en la plaza. Que artistas de la talla de Goya, Picasso o Botero pintaran escenas taurinas, o escritores como Alberti o Hemingway escribieran prosa y poesía no elevan la tauromaquia a la categoría de arte. Los artistas necesitan solo una excusa para inspirarse y suelen ser prolíficos en temas. La corrida de toros es un espectáculo que goza de una estética única, como podría ser un pelea de gallos o el enfrentamiento de dos machos de cabra montesa. La diferencia es que en los toros la emoción del riesgo con final trágico lo eleva a otra categoría, a un entusiasmo que tendría que ver con la arena de los coliseos romanos, pero más aburrida, porque en la mayoría de las veces el espectáculo acaba con cuatro capotazos y lleno de agujeros el toro. En todo caso aunque ocurriera lo contrario hay un componente ético que habría que plantear y es el divertimento a través del sufrimiento subvencionado por los gobiernos y los ayuntamientos. Los toros hoy en día se mantienen más por su interés económico que por lo que dicen que valen. El mito donde se apoya lo creen muy pocos, el resto está en contra o no les interesa.

Pintora y profesora de C.F.

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=568178

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