El mar se acaba: Francia veta el comercio de atún rojo

Captura de un atún en la granja de la empresa Balfego en L’Ametlla de Mar (Baix Ebre), el pasado septiembre. Foto: ARCHIVO / XAVI MOLINER

E. R.
PARÍS

Antes de hacer mella en el Gobierno francés, la cruzada emprendida por Alberto de Mónaco para proteger el atún rojo obtuvo una victoria más que simbólica en el sector gastronómico. Desde el 1 de enero, los 475 restaurantes de la cadena Relais et Châteaux y algunos chefs de renombre lo desterraron de sus cartas.
«Hay que dejar de vaciar el mar sin reflexionar». La frase no es de un militante ecologista, sino de Olivier Roellinger, famoso cocinero bretón especializado en productos del mar, que encabeza la iniciativa. Han seguido su ejemplo una de los chefs de moda en París, Hélène Darroze, con tres estrellas Michelin, y Michel Troisgros, también con la máxima puntuación en la prestigiosa guía.
Si su compromiso es encomiable, el de la pequeña cadena parisina de comida japonesa Sushi Bâ tiene especial mérito. La renuncia de los cinco establecimientos de la firma, que llama a «salvar» el atún rojo –estrella de las recetas niponas a base de pescado crudo–, es emblemática. El consumo masivo de Japón es la principal causa de que las reservas de esta especie se hayan reducido en un 80% en los últimos 20 años.
Responsabilidad
Roellinger, vicepresidente de la asociación Relais et Châteaux, opina que «los cocineros, en particular los grandes chefs, tienen una gran responsabilidad. Especialmente en Europa, donde la mitad de los productos del mar son consumidos en restaurantes». La cadena hotelera de gama alta, presente en 57 países, se ha comprometido también a cocinar solo productos del mar cuyas reservas estén garantizadas. La autorrestricción no será fácil de cumplir, ya que, según los expertos, el 80% de las especies marinas están plenamente explotadas, sobreexplotadas o en recesión, sobre todo el atún, el bacalao, el pez espada y el tiburón.
«El atún rojo es la punta del iceberg, 20.000 restaurantes de sushi se abren cada año en el mundo. Da ganas de llorar», lamenta Roellinger. El cocinero también hace autocrítica: «Se consume en exceso lenguado y rodaballo. Los cocineros encargan el pescado sin conocer el estado de las reservas, sin saber que hay épocas para capturar cada especie y tallas mínimas. Los recursos del mar no son inagotables».

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Francia rectifica y apoya el veto del comercio mundial del atún rojo

1. • España aguarda a una propuesta concreta de la Comisión Europea para pronunciarse
   
2. • El cambio puede favorecer una posición común de la UE sobre la especie amenazada
   

ELIANNE ROS / PARÍS
ELISEO OLIVERAS / BRUSELAS

Los amantes del pescado azul lo lamentarán, pero el equilibrio de la fauna marina está en juego. Francia se dispone a pronunciarse a favor de prohibir la comercialización internacional del atún rojo. La posición de París resulta clave para decantar la de la Comisión Europea y el resto de los países de la cuenca mediterránea, hasta ahora opuestos a la medida, a la hora de proteger esta especie sobreexplotada a causa de la demanda japonesa para preparar sushi.
Según el diario Le Monde, el ministro de Ecología, Jean Louis Borloo, anunciará la decisión dentro de dos semanas. A cambio, Francia –el país europeo que captura más atún rojo– quiere negociar con Bruselas una zona exclusiva para los pescadores artesanos –con caña– y ayudas para reconvertir la flota afectada. Borloo también desea asegurarse de que la pesca se reanudará en cuanto la especie se haya regenerado.
Los pescadores temen que, si se inscribe el atún rojo en el anexo 1 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), no haya vuelta atrás. Hasta ahora, ninguna especie incluida en la lista ha salido de ella.
La propuesta de prohibir la comercialización del atún rojo –en ningún caso la pesca–, impulsada por Mónaco, será discutida en la próxima reu-
nión de la CITES, del 13 al 25 de marzo en Doha (Qatar). Una posición común de la Unión Europea resultaría fundamental para convencer a los 175 países de la organización. Según los científicos, solo queda el 15% de la reserva original de atún rojo. El 80% de la captura realizada en el Mediterráneo se exporta a Japón.
La Comisión Europea invitó en septiembre a los 27 estados miembros a apoyar la iniciativa, pero los mediterráneos (Francia, Italia, España, Grecia, Malta y Chipre) se negaron. El cambio de orientación francés se ha producido tras semanas de tensión entre el Ministerio de Ecología y el de Agricultura y Pesca. Este último defiende la inscripción del atún rojo en el anexo 2 de la CITES, menos restrictivo y que permite instaurar cuotas de exportación.

INFORMES PENDIENTES / El Gobierno español esperará a conocer la posición de Bruselas antes de pronunciarse. No obstante, preferiría disponer de los informes de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, que deberían estar listos en mayo. El ejecutivo comunitario, por su parte, aguardará a que el nuevo equipo de comisarios asuma sus funciones el 10 de febrero para presentar una propuesta concreta. Todavía es pronto para saber si el nuevo responsable de Medioambiente. el esloveno Janez Potocnik, mantendrá la posición de su predecesor a favor de prohibir la comercialización del atún rojo.

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