martes, 18 de noviembre de 2008

Busatros, continaz asinas, que a la fin tos quedarez solos

INICIO DE LA CONFERENCIA EN MARRAQUECH PARA LA CONSERVACIÓN DE LOS TÚNIDOS.

El atún mediterráneo se extinguirá si el consumo no desciende un 75%

La cumbre del organismo regulador debatirá varias mociones para reducir la pesca de forma drástica.Las delegaciones asumen que ahora la prioridad es controlar las 30.000 toneladas de pesca ilegal.

18/11/2008 ANTONIO MADRIDEJOS


Cabezas de atún depositadas por Greenpeace ante la sede del Ministerio de Agricultura francés, ayer,
Foto:REUTERS / PLATIAU

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Las poblaciones de atún rojo del Mediterráneo han descendido tan drásticamente en los últimos años que el organismo internacional que regula las capturas, conocido con las siglas ICCAT, debatirá y votará esta semana en su cumbre anual propuestas tan duras como la declaración de reservas donde estarán prohibidas las capturas, una reducción sustancial de la flota, una veda en mayo e incluso la prohibición total de la pesca durante un año entero. Ya no se trata de reducir poco a poco las capturas de aquí al 2010, como se aprobó en un calendario suscrito el año pasado, sino de ir más allá: por ejemplo, el comité científico del ICCAT, que no es precisamente un núcleo duro del ecologismo, propone que las cuotas asignadas a los diversos países que pescan en el Mediterrá- neo se reduzcan a la mitad. Japón, destino final de buena parte del atún capturado, está de acuerdo.

Tres cifras ilustran la situación del atún rojo del Mediterráneo, un pez tan preciado como amenazado: primero, las autoridades internacionales permiten que cada año se pesquen 29.000 toneladas en cualquiera de las modalidades; segundo, las estimaciones oficiales calculan que se capturan el doble, unas 61.000, debido a prácticas piratas e ilegalidades más o menos consentidas; tercero, los científicos insisten desde hace tiempo en que la única posibilidad de garantizar la supervivencia de la especie es una cuota máxima de 15.000, es decir, dos veces menos que la cuota oficial y cuatro veces menos que las capturas reales.

El ICCAT, siglas en inglés de Comisión Internacional para la Conservación de los Túnidos del Atlántico, inauguró ayer en Marraquech (Marruecos) su cumbre anual con la participación de 46 países con posturas e intereses muy divergentes. Todo las delegaciones asumen que hay un problema y que se debe actuar con presteza, pero nadie está dispuesto a dar un paso en solitario.

LA TEMPORADA Las discusiones se- rán complejas. Por ejemplo, la decisión de recortar la temporada de pesca en el mes de julio, como impone la UE a sus estados miembros, ha tenido un impacto modesto porque los esfuerzos de la flota se han trasladado a los otros meses de la temporada (mayo y junio). En la misma lí- nea, se corre el riesgo de que la declaración de reservas signifique simplemente que los barcos atuneros cambien de destino y acaben sobreexplotando las áreas que queden al margen de la protección. En fin, lo único en lo que están de acuerdo todas las delegaciones es que deben extremarse las medidas para evitar las 32.000 toneladas que se pescan fraudulentamente cada año.

Una irregularidad habitual en las granjas de atún, especialmente en los países de la ribera sur del Mediterráneo, es declarar muchas menos capturas de las que luego se venden y atribuir esa ganancia de peso a un descomunal engorde de los animales. También es frecuente, según los ecologistas, que los atuneros cambien de pabellón en función de las cuotas, de tal manera que un cerquero francés puede pescar con los permisos libios. Y, finalmente, es ilegal trasvasar las capturas a otro barcos cuando se llenan las redes y buscar bancos de atunes con aviones.

"Lo primero que se debería garantizar es que no se superen las cuotas, y la única manera no es aplicar nuevas restricciones, sino colocar inspectores en todos los barcos y puertos de descarga", dice Juan Serrano, director general adjunto del Grupo Balfegó, uno de los mayores productores españoles de atún de cerco y granja. Desde el 2006, una de cada tres inspecciones a bordo de atuneros han detectado irregularidades.

En opinión de Serrano, las limitaciones por zonas o fechas suponen un agravio comparativo porque no afectan a todos los barcos por igual, y considera que lo fundamental se- ría reducir el número de embarcaciones. "No podemos seguir así --replica Sergi Tudela, responsable de pesquerías de la asociación ecologista WWF--. Claro que se deben mejorar los controles, pero ahora necesitamos auténticas medidas de choque, prohibiciones efectivas".

Binclo: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=456378

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