lunes, 21 de julio de 2008

La "fiesta nacional" de orgullo a vergüenza


Retrocedemos 10 años en el tiempo, ni más ni menos que a los comienzos de la actividad antitaurina en Uesca, para releer un par de artículos que aparecieron por aquellos días. El segundo pertenece a Luís Luna Gallego y apareció en el programa de las fiestas de San Lorién de 1998. En él, habla de la que denomina su fiesta nacional y muestra su incomprensión de que existan ciudadanos no capaces de disfrutar de la cruel tortura de un toro. ¿Los argumentos? Barbara diversión y ejpañolismo rancio unidos en uno. El primero, es la contestación de un ciudadano, activo antitaurino, que fue publicada en la prensa local. En él rebate los ya de por sí vacíos argumentos del taurocida. Diez años después poco parece haber cambiado... el artículo taurino podría aparecer perfectamente en el programa de fiestas de este año, desconozco aunque temo que un clon suyo pudiera hacer acto de presencia, esto es Uesca.

Comenzamos así un espacio en el que iremos recogiendo viejos artículos aparecidos en prensa y relativos a temas animalistas en Aragón.



La fiesta nacional, toda una vergüenza.

Por Antonio Torralba Burrial

Tras leer el programa de fiestas de este año y el texto del Sr. Luis Luna, no puedo por menos que sentirme aludido, al estar entre ese "gran número de personas, españolas también, que pueden llegar no sólo a ignorar, sino a rechazar la fiesta más arraigada por su dilatada historia: nuestra fiesta nacional". De hecho, lo que no puedo comprender, es que existan ¿personas? capaces de reunirse en una plaza y disfrutar mientras se tortura sádicamente a un pobre animal, mientras se marea, se pincha, se hiere, se acuchilla, se humilla y se asesina a un tranquilo herbívoro.

Las razones expuestas por ese señor para ser un gran aficionado son, cuanto menos, ridículas. Ninguno de los tres puntos (ni siquiera argumentos) enumerados se sostiene tras leerlo, a no ser que quién lo lea esté convencido de que hacer sufrir cruelmente y a propósito a un animal y manchar de sangre la arena sea un arte, que es como confundir el canibalismo con la gastronomía.

Su primer punto lo único que prueba es que el sadismo no es patrimonio exclusivo de los españoles, y que siempre hay gente dispuesta a pagar por ver en directo la tortura y el dolor ajenos. Además, de aceptar que una acción, por el solo hecho de producirse en diversos países es algo que merezca tener afición, deberíamos estar de acuerdo que el asesinato, el terrorismo y la guerra la merecen igualmente, puesto que cumplen la misma condición.

El segundo punto es totalmente ilógico, y para demostrarlo basta echar una ojeada a los periódicos, pese a que toreros y toros se juegan la vida, las probabilidades no son las mismas para ambos. Además, el toro no elige jugársela, y se limita a intentar defenderse de los bárbaros ataques del torero. En cuanto al texto de Bergamín, solo muestra la identidad de ideas del crítico con las suyas.

En cuanto al último punto, se trata más bien de un recorrido por la España profunda, aquella que debió de haber acabado con la transición.

En definitiva, no hay más remedio que admitir que ese sentimiento extraño no es más que sadismo, gusto por la tortura, el dolor, el sufrimiento, la sangre y la muerte, en este caso de un pobre animal.


Publicada en:
DIARIO DEL ALTOARAGÓN, sección de Cartas al Director, 1998.08.02.
HERALDO DE HUESCA, sección de Correo del Lector, 1998.08.04.


La fiesta nacional, todo un orgullo.

Por Luis Luna Gállego

Yo, como español y buen aficionado, no puedo entender cómo un gran número de personas. españolas también, pueden llegar no sólo a ignorar. sino a rechazar la fiesta mas arraigada por su dilatada historia: NUESTRA FIESTA NACIONAL.

Existen infinidad de razones para que ud. sea también un gran aficionado/a:

Primero, es algo que nos caracteriza a nivel mundial, ya que no solamente nosotros, los españoles, acudimos a las plazas de toros, sino gente de todos los países que, aun pagando altas cantidades de dinero. se interesan como espectadores para ver a un hombre y, en algunos casos, a una mujer dar lidia y muerte al bravo toro, un animal nacido, criado y seleccionado para este fin y razón únicos, para conservar su raza o especie brava -casta- a lo largo de varios siglos.

Segundo. y tomo como referencia, especialmente dedicado a aquellas personas que aseguran que la Fiesta Nacional sería más bonita si no matasen al animal. rogándoles que lean bien y con atención lo que sobre este tema escribió el ilustre escritor. crítico y excelente poeta José Bergamin:

"Ni el torero mata al toro.
ni el toro mata al torero,
los dos se juegan la vida
al mismo azaroso fuego"

Y tercero, por si queda todavia alguien sin convencer,.. ¿y lo bien que se pasa en la plaza de toros, viendo la gallardia y el valor que derrochan los toreros, escuchando los ¡OLÉS! que lanzan los aficionados al compás de ardientes palmas, ante la contemplación del bello arte del toreo...? ¿y los que lanzan las aficionadas al torero que admiran, desprendiendose de los claveles rojos que adornan con tanta gracia la mantilla tan española? ¿y esos mantones de manila con los que visten las barreras de cada corrida? ¿y que me dicen de los pasodobles, que hacen estremecer nuestros ánimos cuando resuenan en los alberos como premio a grandes faenas?, y todo ello tarde tras tarde, con un buen tinto del Somontano...

En definitiva. no hay más remedio que admitir ese sentimiento extraño por interesante, tan íntimo y tan español. que hace que más de ocho mil personas, en unos casos más y en otros menos, llenen cada tarde el aforo de nuestros cosos.

Yo he sacado una media aproximada. desgraciadamente en nuestro coso sólo tenemos cinco mil quinientas localidades; ello, unido a las buenas combinaciones que se traen a nuestra feria, hace que los precios sean más altos que en otras plazas; pero. con todo ello, se grita ¡OLÉ!. y en la plaza de Huesca con más motivo. por la alegría que derrochan los peñistas en los tendidos con su buen humor y sus charangas,

Aquí queda pues la sincera opinión de un buen aficionado a nuestra sin par fiesta de los toros, como dije al principio.

Publicado en: Programa de Fiestas de San Lorenzo, 9 al 15 de agosto, Huesca 1998.

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